Discurso íntegro de Carme Chacón en la toma de posesión como Ministra de Defensa.
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Discurso íntegro de Carme Chacón en la toma de posesión como Ministra de Defensa.

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14/04/2008 (Infodefensa.com) - Texto íntegro del discurso de toma de posesión de Carme Chacón como ministra de Defensa:

Presidentes del Congreso y del Senado, Vicepresidenta, Ministras y Ministros, autoridades, Señoras, Señores... Querido José Antonio.

Sé que hablo en nombre de todos los presentes si digo que nuestro recuerdo está junto a todos los militares españoles que en este momento defienden la paz y la legalidad internacional en diferentes lugares del mundo. Toda la sociedad española valora su dedicación y su profesionalidad. Sentimos orgullo por su labor. Igual que lo sentimos por el conjunto de nuestras Fuerzas Armadas.

Ese recuerdo se transforma en homenaje al evocar a quienes perdieron la vida en el cumplimiento de su deber, a quienes entregaron su vida por un valor aún superior a su vida: la libertad de otros seres humanos. Uno de los grandes autores de la lengua española lo dijo de la forma más bella: "Conocer es recordar. Ignorar es haber olvidado". Cada vez que evocamos su recuerdo el testimonio de su valor y de su entrega ilumina nuestras vidas. Para nuestros héroes y para sus familiares, nuestro reconocimiento y nuestra gratitud que es la expresión del reconocimiento y la gratitud de toda España.

Al asumir el cargo de Ministra de Defensa tengo ante mí el reto de continuar la magnífica labor de mi predecesor. Recibo el testigo de un excelente servidor público, cuyo paso por este ministerio yo definiría con tres palabras: trabajo, discreción, y eficacia. Tres palabras que definen la trayectoria de José Antonio Alonso, y que, también, forman parte de las mejores virtudes de las FF.AA. españolas: trabajo, discreción, y eficacia.

Gracias a un trabajo eficaz, realizado de una manera discreta, nuestras FF.AA. han experimentado en las últimas décadas un profundo cambio. En España no hay ninguna institución, ningún ámbito de la Administración que haya sabido adaptarse mejor a los nuevos tiempos, a las nuevas circunstancias, tanto internas como externas, a las profundas transformaciones que en todos los órdenes se han producido en estos años.

Hoy las FF.AA. españolas gozan de una excelente reputación en el mundo y la valoración que los ciudadanos tienen de ellas es altísima. Y ambas percepciones son complemente merecidas.

Nunca como ahora las FF.AA. han estado mejor preparadas para garantizar la soberanía y la independencia de España, para defender el territorio nacional y nuestro ordenamiento democrático, es decir, nunca han sido más capaces de cumplir el mandato que la Constitución les asigna. Nunca como ahora han contado con tanto respaldo social.

Con inteligencia y dedicación, se ha logrado que el cambio de modelo a un ejército profesional no haya traído consigo un alejamiento de la sociedad, sino todo lo contrario. Los ciudadanos comprenden y apoyan las actuaciones de unas FF.AA. que sienten como suyas. Que forman parte de la sociedad a la que sirven y en la que están perfectamente integradas. Y creo que este acto, el hecho de que una mujer asuma la responsabilidad de dirigir el Ministerio de Defensa, es una prueba de esta integración, de esta identificación, entre la sociedad española y sus FF.AA.

Con esa certeza asumo la misión que me ha encomendado el Presidente del Gobierno. Con la convicción de que debemos ahondar en los cuatro principios que han inspirado la transformación de las FF AA y su fusión plena con la sociedad española.

En primer lugar, el mantenimiento de nuestro compromiso con la paz y la seguridad en el mundo, de la irrenunciable apuesta del Gobierno español por el respeto a la legalidad internacional. Un compromiso y una apuesta que se expresan en la firme defensa del multilateralismo y de las Naciones Unidas como ámbito idóneo para la resolución pacífica de conflictos. España es un miembro destacado de la Alianza Atlántica, un aliado leal que no elude sus responsabilidades. En un escenario internacional cambiante, en el que a las antiguas amenazas se han sumado otras nuevas, nuestro país debe consolidar su papel de agente a favor de la paz.

El segundo gran objetivo que ha informado la actuación de mis predecesores, y que va a marcar la mía, es el incremento de la capacidad de nuestras Fuerzas Armadas para hacer frente a su misión constitucional, tal y como exige la Ley de Defensa Nacional. Ello implica modernizar los instrumentos materiales, perfeccionar los procedimientos de actuación y mejorar la preparación y la motivación de los profesionales que prestan servicio en los tres ejércitos. Comprenderán que en este apartado subraye mi compromiso de fomentar la incorporación y la promoción de las mujeres en las Fuerzas Armadas.

Soy plenamente consciente de que se ha avanzado mucho en este aspecto, pero aún avanzaremos más.

La defensa de España se está viendo reforzada con la contribución creciente de la inteligencia y el valor de las mujeres que se agregan al valor y la inteligencia de los hombres. Hombres y mujeres, en las Fuerzas Armadas, como en toda la sociedad, no restan; al contrario: suman.

En tercer lugar, me comprometo a generar en torno a la política de defensa, como política de Estado, el mayor grado de acuerdo social y parlamentario. En esto proseguiré la senda trazada por mis predecesores. El recurso más potente que podemos proporcionar a nuestras Fuerzas Armadas para cumplir sus fines es el apoyo unánime de la sociedad a la que sirven. Cada soldado español que está poniendo en riesgo su vida en defensa de nuestros valores colectivos ha de saber que tiene tras de sí el respaldo de todos sus conciudadanos.

Y por último, con la convicción de que son sus hombres y sus mujeres lo más importante nuestras fuerzas armadas, quiero decirles que es mi voluntad llevar a cabo un desarrollo de la Ley de Carrera Militar.

Un despliegue que garantice una nueva estructura más acorde con los nuevos tiempos y las nuevas misiones que llevan a cabo, así como una mejor formación de sus integrantes que redunde en una mayor operatividad y eficacia.

En resumen: unas Fuerzas Armadas bien preparadas para cumplir su función constitucional, reconocidas y respetadas fuera y dentro de nuestro país; unos Ejércitos modernos, con una estructura renovada y una dotación adecuada. Ésos son los cuatro objetivos que me propongo al asumir este cargo.

Una tarea que asumo

con la responsabilidad de quien es consciente de la trascendencia de la misión; con el orgullo que experimenta cualquier español ante los logros de nuestra democracia y de nuestras FF.AA.; y movida por el profundo amor a nuestra España unida y diversa, a la paz y a la libertad. Un sentimiento que me acompaña desde que tengo uso de razón.

Muchas gracias.



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