Los cambios en la contabilidad nacional y los sistemas de armas
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Los cambios en la contabilidad nacional y los sistemas de armas

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(Infodefensa.com) Por Antonio Fonfría (*) – Cada cierto tiempo es necesario cambiar algunos aspectos relativos a los sistemas de cuentas nacionales, debido fundamentalmente a modificaciones conceptuales y estadísticas. Los objetivos de estos sistemas son básicamente dos. El primero es la recopilación, tratamiento y explotación de información útil para el conocimiento de la economía y su uso como instrumento para realizar política económica. El segundo se refiere a poseer estadísticas homogéneas con otros países a fin de permitir su comparación espacial y temporal.

No obstante, cuando acaecen cambios que afectan a la actividad económica, en uno o varios de sus aspectos, y son de suficiente calado, se hace necesario realizar modificaciones que respondan adecuadamente a la nueva situación. Debido a la importancia de mantener actualizada la información estadística para que refleje lo más fielmente la realidad, se actualizan los precios a los cuales se valoran las actividades económicas, se actualizan fuentes de información y, por supuesto, se actualizan los métodos de cómputo y los aspectos a cuantificar.

Tal y como expone el INE, tanto el papel de las TIC en los procesos productivos como la importancia que han adquirido los activos inmateriales y la globalización de las economías, exige cambios en ciertos aspectos importantes de la Contabilidad Nacional de España. Estos cambios son promovidos y acordados con Eurostat, la oficina de estadística de la Unión Europea, lo cual garantiza la homogeneidad entre los países.

El nuevo sistema, que entrará en vigor en septiembre, contiene, al menos, un par de cuestiones de considerable importancia en el ámbito de la defensa. En primer lugar considera el gasto en I+D como inversión debido a su peso en el conjunto de los factores de inversión y a su papel en el crecimiento económico. Además, supone un impacto distinto en el PIB según se realice por cuenta propia por un productor de mercado, en cuyo caso el valor añadido se eleva en función de los costes incurridos y el margen obtenido, o se adquiera, considerándose en este caso formación bruta de capital fijo, esto es, inversión y, por tanto, elevando también el PIB.

Sin embargo, si la I+D se realiza por un productor de no mercado -léase una administración o universidad públicas, por ejemplo-, se computa como un consumo intermedio y modifica el PIB únicamente en el valor del consumo de capital fijo realizado cada año.

Este primer aspecto es relevante en términos del sector de la defensa –considerando éste tanto las AAPP implicadas como las empresas proveedoras-, debido a la relevancia que la I+D posee en el conjunto de la producción y del valor añadido de este sector. Por lo tanto las políticas que se vienen realizando hasta ahora por parte del Ministerio de Defensa financiando una parte de la I+D empresarial, poseerán distinta consideración y tendrán un efecto diferente en el PIB según se realicen o computen.

El segundo factor a considerar que subrayan tanto Eurostat[1] como el INE, es el reconocimiento de los sistemas de armas como activos de capital. Con el sistema vigente hasta ahora, únicamente se consideraban formación de capital aquellas estructuras y equipos militares que poseían un equivalente civil –hospitales, carreteras,…-, por lo cual quedaban excluidos el armamento militar y sus sistemas de apoyo. A partir de ahora, se incluyen sistemas de armas que comprenden vehículos, barcos, submarinos, tanques, portaaviones, transportadores de misiles y sus lanzaderas. Ahora se incluyen estos productos si se utilizan continuamente durante más de un año en la producción de servicios de defensa. En definitiva, es consistente con la definición general de los activos fijos, que son aquellos que generan beneficio a su dueño en el futuro, esto es, durante más de un período de tiempo -año-.

La principal consecuencia de este cambio estriba en que hasta ahora se consideraba consumo intermedio en el año de adquisición. Con el nuevo sistema de contabilidad se considerará formación de capital y, por lo tanto, generará consumo de capital durante los años que se encuentre en servicio. En definitiva, se pasa de que las AAPP realicen un gasto de consumo, lo cual reduce el output público en igual cuantía, a una situación en la cual esa reducción se contrarresta con el aumento de la inversión, por lo que, a priori, no modifica el PIB, pero por el consumo de capital existente en los años siguientes, el PIB se ve incrementado. De aquí que tanto Eurostat como el INE consideren un incremento del PIB por este motivo de alrededor del 0,1 o 0,2%, muy reducido, si se tiene en cuenta que para España, el INE estima un cambio en el crecimiento del PIB de entre el 2,7 y el 4,5%.

¿Qué efecto posee esta nueva situación con relación a la deuda y el déficit públicos? La respuesta no es sencilla. El motivo es que si únicamente cambiase la contabilidad nacional y el resto de las estadísticas siguieran su curso normal, las modificaciones podrían achacarse a los cambios en el PIB –recuérdese que tanto la deuda como el déficit toman sustancia al dividirlos por el PIB y relacionarlos así con el tamaño de la economía-. Sin embargo, también se han modificado la famosa EPA, el Censo de Población y Viviendas y la propia Balanza de Pagos. Todo ello implica que los cambios se pueden deber, en términos de modificaciones estadísticas, tanto al numerador como al denominador de ambos cocientes.

Sin embargo, dado el crecimiento esperado del PIB, se estima una reducción sustancial de la deuda sobre el PIB que situaría esta ratio por debajo del 90%, mientras que el déficit público se situaría un 0,3% por debajo del que se obtuvo en 2013.

En definitiva, los cambios expuestos poseen un, relativamente importante, reflejo en las cuentas públicas, pero tan relevante como su importancia cuantitativa es considerar la posibilidad de estrategias y políticas alternativas a las actuales que pueden orientar el devenir de esa parte del PIB. De hecho, depende de la forma de financiación de los sistemas de armas para que genere distintos efectos sobre la deuda y el déficit.

[1] Un análisis pormenorizado de los cambios del SEC-95 (Sistema Europeo de Cuentas) al SEC-2010 se encuentra en el Manual on the changes between ESA 95 and ESA 2010, 2014, editado por Eurostat.

Antonio Fonfría es profesor de Economía Aplicada y director del Máster en Logística y Gestión Económica de la Defensa. Universidad Complutense de Madrid.

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