El futuro 8x8 ante la nueva industria de armamento terrestre

(Infodefensa.com) Madrid – En los últimos 25 años, a pesar de la desaparición del enfrentamiento entre bloques, la industria de armamento terrestre en Europa ha experimentado importantes niveles de crecimiento, debido fundamentalmente al mantenimiento de una demanda marcada por las intervenciones de los países occidentales, bajo el liderazgo norteamericano, en escenarios exteriores, fundamentalmente Balcanes, Irak y Afganistán. Las reticencias de buena parte de los países europeos a intervenir en los conflictos más recientes con unidades terrestres están marcando de forma significativa las perspectivas futuras en una industria que se ve afectada por otros factores.

La demanda de los Ejércitos de Tierra europeos se ha transformado de forma significativa por consideraciones geoestratégicas. A pesar de que en conjunto puede presentar un volumen importante, se ha visto excesivamente condicionada por la reducción generalizada de los presupuestos de defensa que ha afectado a una oferta demasiado fragmentada. Por otro lado, la demanda de las potencias emergentes ha producido un fuerte aumento de la competencia en un mercado en el que los nuevos productos tienen además que competir con una oferta de segunda mano con posibilidades muy atractivas.

En unas condiciones generales marcadas por la saturación de la demanda interna por falta de capacidad financiera y por las dificultades crecientes en el mercado de exportación, las iniciativas empresariales se están centrando en racionalizar la oferta sobre la base de productos realmente competitivos. Este marco general condiciona las aproximaciones de racionalización industrial que afectan de forma especial al ámbito de las plataformas, fundamentalmente carros y vehículos de combate.

Aunque la crisis de Ucrania ha puesto de manifiesto la debilidad occidental para enfrentar amenazas de corte clásico, sin entrar en el debate de la cantidad, la demanda europea de carros de combate parece estar cubierta sobre la base fundamentalmente de sistemas de la familia Leopard, pero también sobre Leclerc, Challenger o Ariete. La fusión de KMW y Nexter permite aventurar un relevo a largo plazo sobre una única plataforma franco-alemana, que pudiera monopolizar el mercado europeo, respondiendo a una aspiración que data de los años 70 del siglo pasado, quedando otras opciones como residuales. En este ámbito los próximos 15 a 20 años estarán marcados por el sostenimiento y las modernizaciones de los carros en servicio, así como por las actividades de investigación para su relevo en el horizonte 2030.

Para dotar las unidades mecanizadas equipadas con vehículos de combate sobre cadena pudiera darse una situación similar. La decisión del Ministerio de Defensa británico de adquirir 589 vehículos Scout, basados en el Pizarro, se enmarca en un plan global que afecta al conjunto del parque acorazado y mecanizado británico por valor de alrededor de 15.000 millones de euros, que además del relevo de la familia Scorpion de la antigua Alvis, contempla la modernización de la flota de Challenger y Warrior. En el plano industrial la decisión tomada, en detrimento de la opción BaE – Hagglunds, representa un fortalecimiento de la presencia del grupo General Dynamics en Europa, que a la larga pudiera entrar en competición con la futura KANT (KMW and Nexter Together) en el ámbito de las plataformas. El reparto inicial de carga de trabajo dejaría en manos alemanas las plataformas de cadena, sobre el vehículo Puma, mientras que las opciones basadas en ruedas quedarían en manos francesas sobre la base del VBCI de Nexter, que está siendo evaluado en el Reino Unido como derivada de los acuerdos franco-británicos.

Es en este segmento de los vehículos de combate 8x8, dónde la demanda puede verse materializada con mayor probabilidad a corto plazo, puesto que las operaciones actuales obligan a proporcionar mayor protección, movilidad y capacidad de combate a las unidades ligeras. Pero también donde la oferta presenta condicionamientos sobre la decisión que exceden los ámbitos operativo e industrial.

La situación de General Dynamics European Land Systems se ha visto aliviada por el programa británico, puesto que permitirá mantener un volumen importante de carga de trabajo justo en un momento en el que la empresa está realizando un esfuerzo de racionalización y está centrando su actividad en plataformas relegando otras líneas de actividad. Recordemos además que la opción Pizarro (ASCOD) cuenta con excelentes perspectivas en Dinamarca.

Una posible decisión favorable a la opción Piraña en nuestro país reforzaría tanto la viabilidad de algunas factorías de GDELS en España, como la presencia del grupo norteamericano en Europa. En sentido inverso, la opción francesa presenta incertidumbres desde el punto de vista de presencia industrial y creación de puestos de trabajo en nuestro país pero podría manifestar voluntad política de realizar un mayor acercamiento a las iniciativas europeas. La opción Freccia, una plataforma en la que el Ejército español tiene amplia experiencia, representaría una solución intermedia entre ambos extremos, puesto que plantea el refuerzo de una industria con importante implantación en España y creación de puestos de trabajo a nivel local, aunque puede adolecer de cierta indefinición sobre el sentido en el que evolucionará el futuro de IVECO.

La decisión sobre el programa 8x8 español presenta por tanto múltiples variables con implicaciones a largo plazo: satisfacer una necesidad prioritaria para nuestras unidades terrestres que requieren un vehículo suficientemente probado; generar riqueza en el plano nacional; y sobre todo, un componente eminentemente político en relación con el posicionamiento de España en el futuro panorama del sector de plataformas terrestres en Europa.

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