Fernando Abril-Martorell sustituye a Javier Monzón al frente de Indra

El Consejo de Administración de la multinacional española Indra ha aprobado, en la reunión celebrada hoy, el nombramiento de Fernando Abril-Martorell como nuevo presidente de la compañía en sustitución de Javier Monzón, que es nombrado presidente de honor "en reconocimiento a su contribución a la Sociedad".

En el Hecho Relevante comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el Consejo valora "muy positivamente" la gestión de Monzón y su contribución a los logros de Indra durante su presidencia, que ha ocupado desde su fundación, hace 22 años.

El relevo se produce al mismo tiempo que el desembarco de Telefónica en el capital de Indra tras anunciar la toma de un 6 % del capital de la tecnológica por un valor cercano a los 75 millones de euros.

Abril-Martorell fue consejero delegado de Telefónica en la primera etapa del presidente de César Alierta y mantiene una buena relación con el presidente de la operadora.

Monzón, que fue el fundador de Indra tras la fusión de la empresa pública Inisel y la privada Ceselsa, en 1992, ha estado 22 años al frente de la compañía. Sin embargo, en los últimos meses ha sido cuestionado desde algunas esferas del Ministerio de Defensa, que controla los derechos políticos del paquete del 20 por ciento que mantiene el Estado español a través de la SEPI.

Mayor participación

Indra cerró ayer en Bolsa a 7.638 euros por acción, tras registrar una caída del 1,27 por ciento, por lo que a precios de mercado el paquete adquirido por Telefónica alcanza un valor de 37,6 millones de euros y la inversión total se situaría en 75 millones de euros.

Con la entrada de Telefónica, se afianza un núcleo duro español de la sociedad, junto con la pública Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que controla el 20,14 por ciento, y la Corporación Alba que cuenta con otro 11,32 por ciento.

La SEPI entró en la empresa en agosto de 2013 para adquirir la participación de Bankia, que estaba obligada a deshacerse de su cartera industrial obligada por Bruselas. Las compró a 10,19 euros y ayer cerraron a 7,63 euros, por lo que acumularía una pérdida del más de 25 por ciento de su inversión.