Defensa autorizó el pago extra de 43,6 millones a Sapa por el programa Leopardo
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Defensa autorizó el pago extra de 43,6 millones a Sapa por el programa Leopardo

Carro de combate Leopardo 2E. Foto: Ejército de Tierra
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El Ministerio de Defensa autorizó el pago de 43,6 millones de euros a la empresa Sapa en concepto de compensación económica derivada del incremento de costes ocasionados durante el proceso de producción de las transmisiones del programa del carro de combate Leopard 2E, según informó el Tribunal de Cuentas.

Los sobrecostes aprobados fueron consecuencia, señala, “de múltiples e inesperadas vicisitudes” en el proceso de fabricación, “máxime –agrega- cuando en estas relaciones de interoperabilidad complejas intervienen actores internacionales, que para más abundamiento, son indispensables en los procesos de certificación de la calidad de los productos, rol que desempeñaba en el programa la empresa alemana Renk”.

Según un informe elaborado por el Tribunal y al que ha tenido acceso Infodefensa.com, el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó en agosto de 2014 un crédito extraordinario para hacer frente a estos costes extras para Sapa que fueron formalizados a través del contratista principal de este programa especial de armamento, la compañía General Dynamics Santa Bárbara Sistemas (Gdsbs).

El documento del Tribunal de Cuentas explica que Santa Bárbara Sistemas solicitó en octubre de 2009 una compensación económica para hacer frente a unos extra costes por valor de 55,7 millones de euros, de los que 31,8 millones serían para Sapa; 17,7 para Gdsbs, 5,1 millones para Indra y 949.845 euros para Tecnobit.

Sin embargo, después de una evaluación del Grupo de Evaluación Costes a petición de la Dirección de Sistemas de Armas del Ejército de Tierra, solo se consideraron admisibles en este caso un total de 27,4 millones para SAPA.

Problemas entre Sapa y Renk

En junio de 2011, la Oficina del Programa señaló que los sobre costes de SAPA fueron originados “principalmente por la falta de calidad en la transmisiones de los carros apreciada por el tecnólogo alemán Renk”, quien debía proceder a los procesos de verificación de calidad y homologación de estos sistemas.

“La falta de aceptación de dichas trasmisiones por Renk –dice el informe del Tribunal al que ha tenido acceso Indodefensa.com- obligó a Sapa a la adquisición de nueva maquinaria de precisión para alcanzar las cotas de calidad reseñadas en el contrato, así como a rehacer multitud de piezas ya fabricadas, añadiendo un retraso importante en el suministro de las transmisiones”.

“Además –continua- la alemana Renk durante la producción de las transmisiones por parte de Sapa, paró sin previo aviso su banco de pruebas de las mismas, y dado que Sapa carece de su propio banco de pruebas, ello impidió el suministro de nuevas transmisiones durante un período a pesar de que ésta estuvieran ya terminadas, lo que añadió nuevos incumplimientos al calendario de entregas. Todo ello derivó en una serie de gastos tanto para Sapa como para la propia Gdsbs (almacenaje de carros, compra y fabricación de nuevos utillajes, equipos y herramientas…)”.

En septiembre de 2013, Santa Bárbara Sistemas presenta un segundo recurso reclamando “el restablecimiento del equilibrio económico-financiero” del contrato por los sobrecostes que ha incurrido de nuevo Sapa por diversas razones.

Entre ella, el Ministerio de Defensa señala que Renk puso a disposición de Sapa “un paquete de documentación técnica obsoleta para la fabricación de determinadas piezas vitales para las transmisiones”, además de que Renk llevó a cabo una “parada, imprevista y sorpresiva” del funcionamiento del único banco de pruebas autorizado para la revisión y modificación de los carros de combate.

“El trato preferencial dado por la empresa Renk a la empresa Krauss Maffei [también alemana] en su relación comercial para la producción de los carros de combate del Programa Leopardo Griego –continua explicando el Tribunal- (…) ocasionó un nuevo retraso en la consecución de los hitos marcados en el programa”.

Según la instancia judicial española, esta actitud de la compañía alemana Renk pudo estar motivada por la circunstancia de que SAPA se pudiera convertir en “posible competidor” en futuros programas de otros países.

Penalidades, revisión de precios y retrasos

De acuerdo con el informe, el Ministerio de Defensa impuso penalidades globales por valor de 10,2 millones de euros y el coste final del programa, una vez contabilizadas las revisiones de precio y las modificaciones, ascendió a 2.507,17 millones de euros, un 30 por ciento por encima del coste inicial estimado de 1.909,5 millones.

En este sentido, Defensa aceptó una revisión de precios total de 504,9 millones de euros, de los que, a la fecha del informe, estaban pendientes de pago unos 417,5 millones. El beneficio industrial del programa estuvo entre el 7 y 10 por ciento.

Respecto a las entregas, el programa, en la actualidad prácticamente finalizado, registró importantes retrasos ya que los 219 carros de combate fueron recepcionados por el Ejército de Tierra con siete años de retraso –estaba previsto recibirlos en 2007 y no lo hizo hasta 2013- y los 16 de escuela con dos años -2005 a 2007-.

El Tribunal de Cuentas concluye que, en términos generales, “el seguimiento que se ha venido haciendo del Programa Leopardo es escaso a la vista de la información recibida por el equipo de auditoría, siendo las comisiones de seguimiento del contrato las que han realizado un control más intenso de las vicisitudes de la vida del mismo”.

Sin embargo, constata que a partir de 2014 el seguimiento ha sido más detallado respecto a la situación general, el grado de desviación, y los principales riesgos, así como las acciones para su mitigación, mejoras y cambios.



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