Industria de defensa 2015: un año de transición, pero ¿hacia dónde
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Industria de defensa 2015: un año de transición, pero ¿hacia dónde

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El informe de la patronal de las industria aerospacial y de defensa recientemente publicado, nos muestra por una parte las fortalezas de una industria que cada vez depende menos de la demanda interna, pero por otra parte aparece como el año récord de pérdidas del sector, consecuencias principalmente de los ajustes contables y de las provisiones efectuadas para reducir los altos riesgos en los que la industria ha incurrido en estos años pasados de crisis y, en especial, en los últimos dos años con el parón de América Latina que ha afectado notablemente a compañías como Indra y, en menor medida, a Airbus, así como al sector armamento que ha visto reducida su cartera de pedidos en la región a casi cero.

Los datos generales nos muestran que el conjunto de industrias de Tedae facturaron 9.700 millones de euros, una cantidad superior en un 2% a la de 2014 e inferior en 200 millones de euros a los datos de 2013. Sin embargo, comparado con el resto de la actividad industrial, el sector creció a la mitad de velocidad, especialmente por el peor comportamiento del sector Defensa.

El sector Defensa tuvo un comportamiento muy aceptable con una facturación de 4.900 millones de euros, de los cuales un 50% proceden del sector aeronáutico. Este sector en su conjunto facturó 7.800 millones de euros mostrando un crecimiento muy sólido y con un nivel de exportación de valor añadido superior a cualquier industria del automóvil.

El empleo ha crecido muy por encima de la facturación lo que nos alerta de dos peligros; menor competitividad y trabajos de menor calidad. Este elemento podría limitar la continuidad del crecimiento en los próximos años y ser un síntoma de la pérdida de capacidad industrial de mayor nivel tecnológico.

En términos consolidados, (el informe suma todas las facturaciones sin discriminar entre subcontratista y valor final) el sector aeronáutico tuvo unos ingresos de 6.300 millones de euros, de ellos en el sector Defensa unos 1.700 millones de euros, y el total de la industria de defensa facturó de forma consolidada 3.800 millones de euros, una cifra muy respetable si la comparamos con los presupuestos actuales de defensa en España, lo que muestra que la mayoría del crecimiento proviene del sector exterior, siendo el programa A400M el que absorbe casi el 50% de esta facturación en terceros mercados del conjunto de la industria.

La industria aeronáutica y de defensa supone una facturación consolidada de 8.400 millones de euros un 2,37% del producto industrial del sector manufacturero excluido alimentación bebidas y tabaco; mientras que el sector defensa supone el 1,07% del mismo sector industrial.

En términos de PIB, la industria de defensa en España supone el 0,38%, frente a un gasto en defensa en inversiones y mantenimiento inferior al 0,24% del PIB incluyendo créditos extraordinarios, lo que muestra que las exportaciones reales, fuera de los programas cooperativos que son financiados por el gobierno español, asciende a un 0,14% del PIB español, es decir 1.400 millones de euros. Un 36% de la producción nacional de la industria de defensa se exporta a terceros clientes, una de las tasas más altas de los últimos veinte años.

Si analizamos por sectores, todos los de defensa han mejorado ligeramente sus resultados y, sobre todo, sus expectativas debido a los contratos nuevos firmados en los últimos meses.

Antes de entrar en el análisis de los principales hitos del año, no podemos dejar de olvidar la verdadera losa que lastra la capacidad de supervivencia de nuestra industria y, en especial, la de las compañías tractoras. El reajuste de los programas especiales en 2013 supuso una reducción real de trabajo por unos 4.000 millones de euros; es decir más de la facturación total de la industria en un año.

Este año conforme a la reprogramación aprobada en 2013 se debían pagar a la industria 1.609,5 millones de euros, y en el conjunto de esta nueva legislatura deberán abonarse 6.845 millones de euros, mientras que el Gobierno debe echar mano de la hucha para pagar las pensiones este verano y el déficit público continúa cerca del 5% en este año 2016, todo un reto para un gobierno que deberá llevar al Parlamento cualquier iniciativa que implique un euro de gasto público.

Lo más crítico de los casi 27.000 millones que se adeudan de los denominadas programas especiales es que más de la mitad se refiere a programas ya terminados hace años como el programa Leopardo o la F-100 cuyas entregas se terminaron hace ya muchos años, de manera que de las cantidades pendientes de estos programas su efectos en términos de facturación futura y trabajo real apenas será de 7.000 millones de euros en los próximos cinco años concentrados entre los programas S-80 y A400M.

Navantia en este año ha tenido unas pérdidas finales muy considerables de 167 millones de euros, sin embargo en términos operacionales los resultados no son tan negativos. El dato positivo del año pasado es, por contra, que los ingresos de la compañía se incrementaron en un 26% con respecto a lo obtenido en el ejercicio anterior lo que sin duda es un excelente resultado.

La Armada australiana ha adjudicado al astillero ferrolano de Navantia la obra de mayor importe económico en casi una década: 430 millones de euros para la construcción de dos buques de aprovisionamiento de combate, lo que garantiza carga de trabajo para cuatro años (tres millones de horas) y más de 3.000 empleos directos e indirectos al astillero ferrolano. La crisis de los últimos años ha producido una sangría en la ciudad que en las últimas dos décadas ha perdido 20.000 habitantes (tiene ahora menos que en 1950) la mayor pérdida de habitantes de España después de Cádiz, la sede del otro gran astillero de la compañía.

Cádiz empieza también a respirar. La reciente adjudicación de cuatro petroleros y de dos buques de acción marítima, junto a la firma de otros contratos y nuevos encargos por más de 13 millones de horas de trabajo, le proporcionan suficiente carga de trabajo para aguantar hasta 2018 que se firmen los nuevos contratos de fragatas F-110 y Buques de Acción Marítima.

Si el Ministerio de Defensa contrata definitivamente en 2018 la fragata F-110, el astillero gallego tendrá garantizada su actividad durante más de una década si el gobierno ordena la construcción de cuatro unidades por un importe de unos 3.500 millones de euros.

Por su parte, Indra registró unas pérdidas netas de 641,2 millones de euros en 2015, lo que supone casi siete veces más que los 91,9 millones de euros que perdió en 2014, como consecuencia de provisiones, deterioros y efectos no recurrentes. La compañía explica que los efectos no recurrentes en el conjunto de 2015 ascienden a 718 millones de euros, de los que 321 millones corresponden a Brasil. Los efectos positivos de estos ajustes y de la evolución del mercado ya se notaron en el último trimestre de 2015 al reducirse las pérdidas netas un 52,8%, desde los 170,4 millones de euros de 2014 hasta los 80,4 millones de euros.

Las ventas del grupo tecnológico alcanzaron los 2.850 millones de euros en el ejercicio, lo que supone un 3% menos que los 2.938 millones de euros de 2014, aunque la evolución por mercados fue muy desigual.

Por zonas geográficas, las ventas subieron en el conjunto del año un 7% en España, pero bajaron un 3% en Latinoamérica. un 9% en Europa y Norteamérica y un 13% en Asia, Oriente Medio y África. Sin embargo la contratación se redujo un 12% en 2016 en el conjunto del año, hasta los 2.651 millones de euros, lo que aventura un año 2016 que será también complicado para la compañía.

En el cuarto trimestre la caída de las ventas se ha acelerado debido básicamente al peor comportamiento de las actividades en tecnologías de la información, especialmente en Latinoamérica y España, como consecuencia de los cambios radicales que se están produciendo en el mercado en España y la contracción económica del área Latam.

Las ventas de Defensa y Seguridad han crecido un 7% en el año experimentando una aceleración en el cuarto trimestre (+11%). La firma de importantes contratos en las áreas de simulación, logística, radares, mando y control y defensa electrónica compensan el menor peso específico sobre el total de ingresos de esta división del programa Eurofighter, lo que sin embargo introduce incertidumbres a futuro al reemplazar un gran contrato a muy largo plazo por contratos de menor importe y muy dispersos en tecnologías y mercados.

Se consolida la fase de recuperación en España con un crecimiento de la cartera de pedidos apoyada en la materialización de contratos específicos plurianuales del Ministerio de Defensa (sistemas electrónicos asociados al mástil integrado de las fragatas F110, sistemas electrónicos de los futuros vehículos blindados 8x8, y simulador del helicóptero NH90, principalmente).

En cuanto a la industria aeronáutica civil, liderada de forma apabullante por Airbus, ésta ha mostrado un comportamiento muy positivo motivado por el incremento en la cadencia de producción de los grandes programas de Airbus A-350 y A-320 que continuará en los próximos años, lo que nos hace prever que el crecimiento de empresas como Grupo Airbus, Aernnova, ITP y otras auxiliares continuará robusto para los próximos años.

En el área de defensa, si bien el grupo Airbus Defence and Space se ha mantenido en unos ingresos similares a los del año anterior. Sin embargo en España la alegría va por barrios.

La firma del contrato de 28 aviones Eurofigther para Kuwait permite alargar algunos años aún, pero con una cadencia mas lenta la presencia de empresas españolas como Indra, Airbus DS, ITP y Tecnobit, entre otras; pero la finalización de las entregas en unos cuatro años si no hay otro cliente nuevo, augura la finalización de un programa que ha supuesto casi el 50% de la producción del sector nacional de defensa en los últimos veinte años.

El programa A400M ha tomado el relevo como líder industrial nacional aunque su impacto en la industria de electrónica y TI es mucho menor que en el caso de Eurofighter. Lo que no sabemos todavía es si las reclamaciones de Alemania por los retrasos serán seguidas por otros países lo que haría entrar en pérdidas al programa con un impacto directo en la cuentas de la división de espacio y defensa. Finalmente el resto de programas de aviones de transporte medio y misiones especiales ha entrado en una situación complicada especialmente para 2017 dada la muy escasa cartera de pedidos.

Airbus Helicopters España ha sido sin duda una de las perjudicadas por el reajuste de programas con la reducción de un programa inicial de 90 helicópteros NH a 22 unidades, con la disminución de la carga de trabajo en el EC-135 y en el Tigre. El plan industrial inicial que justificó las grandes inversiones apoyadas por las distintas administraciones españolas ha quedado como mucho en un tercio de lo previsto, lo que sin duda introduce cierto desasosiego en el grupo ya que se trata de la división con peor comportamiento a nivel español debido a la caída de la demanda prevista.

El comportamiento de Gdels durante 2015 puede calificarse de excelente. Por una parte, el programa Ajax británico ha entrado en la fase de producción, tratándose de 589 vehículos. Esperemos que la caída de la libra de las últimas semanas no afecte negativamente a los resultados del programa. A finales de año se anunciaba la selección del Piraña V como nuevo vehículo 8x8 del Ejército danés en un contrato de 600 millones de Euros por 309 millones de euros firmado por Mowag y el lanzamiento del programa de I+D del nuevo 8x8 español formando un equipo con Sapa e Indra. Si los plazos de este último se cumplen con la firma del contrato principal para al menos 600 vehículos en 2018, la compañía podría tener asegurada una carga de trabajo muy importante para los próximos diez años.

Finalmente en este estudio particularizado, ITP terminó el año 2015 con unos ingresos muy positivos creciendo en casi un 9% llegando a los 710 millones de facturación, de ellos 184 en el sector defensa. Su división de soporte ha crecido en este año de forma espectacular, casi en un 30%. Sin embargo la empresa es consciente de que su futuro pasa por reducir aun más su participación en el sector defensa una vez se terminen los programas aeronáuticos militares en los próximos años y crecer en el mercado civil que es mucho más competitivo y donde la participación es muchas veces a riesgo, lo que siempre provoca ciertas tensiones financieras.

El año 2015 es sin duda un año de transición ya que todavía se beneficia de los programas en marcha contratados todos hace más de diez años. La contratación de buques de Navantia para Australia, aviones MRTT o de vehículos blindados en el exterior como el Ajax, generará un importe de contratación de unos 4.000 millones de euros para el conjunto de los próximos cinco años, totalmente insuficientes para mantener al sector en volúmenes como los de 2015. Las entregas de A400M en los próximos cinco años suponen la fase final de un programa que comenzó a generar actividad industrial hace diez años. las dudas sobre el S-80 y su viabilidad son asimismo otro factor de incertidumbre que podría afectar al astillero si no se encuentran soluciones en los próximos años y se entregan las unidades en el calendario previsto.

La viabilidad y supervivencia del sector pasan por los nuevos programas nacionales. El programa F-110 con un importe estimado de unos 3.500 millones de euros y del 8x8 por unos dos mil millones son la única esperanza con ciertos visos de realidad, pero para ello hará falta un gobierno que sea capaz de volver a dar a la máquina de los préstamos reembolsables del ministerio de Industria por un importe superior a los cinco mil millones. Teniendo en cuenta que el actual ha fracasado como modelo de financiación, no podemos tener la seguridad de que un nuevo gobierno abordará programas bajo este procedimiento.

En el mejor de los casos y asumiendo estos dos contratos, el descenso de la facturación será una realidad en los próximos años. Sólo el sector exterior nos puede salvar, pero no parece que dada la escasa demanda y la amplia oferta así como los escasos instrumentos de nuestra política exterior, esto vaya a ser algo más que una quimera, apenas unas oportunidades en Oriente Medio justifican cierto optimismo que debemos minorar teniendo en cuenta la muy complicada situación económica de las economías de la región.

Al menos esperemos que en los próximos meses se den algunos pasos significativos: continuar con los pagos programados de los PEAS y que se produzca un incremento sustancial del presupuesto de defensa tanto en inversiones como en mantenimiento; si no es así lo peor no serán los empleos y las capacidades que se perderán de forma permanente sino que nuestra propia seguridad estará cuestionada ya que un país como España no puede permitirse una década sin ningún programa importante de modernización, cuando la media de los últimos cincuenta años ha sido al menos uno por año.

La industria necesita de una ley programa de inversiones militares para los años 2018-2030 que contemple unas inversiones adicionales de unos quince mil millones de Euros, necesarios para no perder la mayoría de las capacidades de nuestras fuerzas armadas. Solo así se podrá hacer una adecuada y eficiente estrategia industrial del sector y se podrán generar tecnologías y capacidades industriales que permitan la continua presencia en los mercados tradicionales con nuevos productos y capacidades, ya que los actuales ya están agotándose.



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