Las exportaciones de material de defensa aumentan un 16 hasta los 3.720 millones
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Las exportaciones de material de defensa aumentan un 16 hasta los 3.720 millones

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El Gobierno autorizó el año pasado operaciones de venta de material de Defensa por valor de 10.676,9 millones de euros, una cifra que casi triplica la de 2014. Las exportaciones en este sector también aumentaron, un 16,1%, hasta los 3.720 millones, según informe anual de la Secretaría de Estado de Comercio.

Las estadísticas muestran que en 2015 la industria de defensa recuperó el impulso exportador, situándose cerca del récord histórico de 2013, cuando las ventas rondaron los 4.000 millones (3.908), publica el diario El País.

Como en anteriores informes, la Secretaria de Comercio recoge en sus cifras globales las ventas realizadas de forma efectiva el año pasado y las autorizadas la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material de Defensa y de Doble Uso (Jimddu), compuesta por los ministerios de Economía, Exteriores o Defensa. En este segundo caso, las ventas no siempre se materializan durante el año.

El aumento de las exportaciones se debe en gran medida a las entregas de aviones de transporte militar A400M y aviones cisterna A330 MRTT, ambos de Airbus Defense and Space, cuyas líneas de montaje finales se encuentran en Sevilla y Getafe, respectivamente. Ambos programas están en plena producción y se unen a productos tradicionales de la compañía como el CN235 y el C295.

Por sectores, el 85,6% de las ventas se produjeron en el mercado aeronáutico. En total, se exportaron 30 aviones y el listado de operaciones autorizadas registró 54 aeronaves más, de acuerdo con la información de El País. Las ventas a países de la OTAN o UE sufrieron un importante retroceso, pasando del 66% en 2014 al 49% el año pasado. El 51% restante se repartió entre 47 países de todo el mundo.

En Europa, los principales clientes fueron Alemania (546,8 millones), Reino Unido (364,1) y Francia (280), todo ellos compraron aviones de transporte militar.

Arabia Saudí, el mejor cliente

Arabia Saudí se convirtió un año más -ya lo fue en 2014- el principal cliente no europeo de la industria de defensa nacional con un aumento en términos absolutos de 250 millones. Sumando los demás país del Golfo Pérsico, la compra de armas españolas se situó en los 715 millones. En concreto, Arabía Saudí compró un avión de transporte y dos aviones de reabastecimiento en vuelo, más los repuestos. Además, adquirió granadas de mortero y munición por 42 millones.

Cabe destacar que, según recoge el informe de Comercio, “todas las licencias relativas a munición fueron acompañadas de certificados de último destino con estrictas cláusulas de no reexportación o uso fuera del territorio del país”.

El Ejército iraquí también es un buen cliente, sobre todo de munición. España recibió más de 80 millones de la venta de espoletas de munición de artillería y para armas ligeras y granadas de mortero. En Irak, unos 300 soldados españoles forman a las tropas iraquíes contra el Daesh. El documento además recoge la venta de cinco vehículos blindados con un brazo robótico especialmente diseñados para el desminado.

Norte de África y Turquía

El Magreb sigue siendo uno de los principales destinos del material de defensa de las empresas españolas. Marruecos aparece como el tercer mayor comprador de munición española. En 2015, adquirió munición de artillería y antiaérea por 21 millones, a lo que hay que sumar 24,5 millones más en repuestos de aeronaves, equipos navales y sistemas de visión nocturna.

Egipto por su parte compró material por más de 100 millones. La mayor parte se destinó a cuatro aviones de transporte, aunque también adquirió recambios de vehículos, cadenas de tanques y repuestos para motores de corbetas. En el caso de Túnez, las ventas españolas se centraron en equipamiento policial. España vendió granadas de mano, colorante y aerosoles antidistubios por 207 millones.

Turquía, como socio del OTAN e integrado en el consorcio del A400M, adquirió una avión de este modelo, componentes de motores de buques, y sistemas de comunicación por satélite por un importe de 167,9 millones.

Países latinoamericanos

Los países latinoamericanos también ocupan un puesto destacado en esta lista. España entregó a Venezuela cañones y una ametralladora ligera para las patrulleras que vendió Navantia hace unos años, además de piezas construir un buque por un total de 14,3 millones, según recoge el diario El País.

En Colombia, las ventas ascendieron a 12,8 millones. El país, que está a punto de firmar la paz con las FARC, compró el año pasado piezas de aeronaves y helicópteros, repuestos para un vehículo acorazado, blindaje para una patrullera, munición de artillería y sistemas de visión nocturna a Colombia por 12,8 millones.

Cubano fue otro de los destinos del material de defensa español con la adquisición de sistemas de visión nocturna para unidades policiales de control de fronteras y antidrogas por 208.080 euros y Perú fue el mejor cliente de material antidisturbios para la Policía con 2,5 millones.

Ventas denegadas a Israel

Israel compró material militar a España por 2,2 millones en 2015. En concreto, las Fuerzas Armadas israelíes compraron de munición inerte para demostración, espoletas de granadas para reexportar a Tailandia y sistemas electroópticos del avión de combate europeo.

Sin embargo, por vez primera, Israel figura en la lista de destinos a los que se ha negado licencia para exportar. España denegó la venta de una partida de cartuchos de balas de goma por su “posible uso en represión interna”. También se denegó la exportación a Israel de una “sustancia propulsante de cohetes”, debido a la situación de inestabilidad regional, detalla el diario.

También se negaron licencias de exportación a Egipto y Venezuela. En este grupo de países también está Rusia, tras la anexión de Crimea. En concreto, España denegó un lote de circuitos electrónicos integrados por riesgo de desvío a uso militar, así como de un rifle de caza y 60 pistolas de uso deportivo.

Es importante destacar que la decisión de denegar o conceder una licencia puede parecer arbitraria pero, en teoría, lo que se valora no es tanto a quién se vende, sino qué y para qué.

Foto: Airbus Defense and Space



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