Recuperar músculo
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Recuperar músculo

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Pendiente de lo que pueda deparar el último Consejo de Ministros del año, la defensa no ha estado ausente de las reuniones del nuevo gabinete desde su constitución. Varios han sido los acuerdos en materia de personal o apoyo logístico. Pero muy significativos resultan las autorizaciones en materia de presencia operativa en el exterior y, sobre todo, en materia financiera. Dos líneas que apuntaba la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, en su toma de posesión y que ha recalcado en su comparecencia en comisión del pasado 20 de diciembre: compromiso con la seguridad internacional y "recuperación de músculo económico". En el primer aspecto, la prórroga de participación en operaciones aprobada el día 23 presenta un mantenimiento del esfuerzo operativo en las misiones en África, con un anuncio de incremento en Mali en 2018 como consecuencia de que España asuma el mando de la misión de la EUTM en ese país, el refuerzo del compromiso español en Irak y una mayor presencia en misiones de la OTAN, tanto en el marco de la Fuerza de Respuesta como de las operaciones en el Mediterráneo. Es importante destacar también el nivel de participación española en los Battle Group de la Unión Europea, un ámbito en el que se reclama un mayor esfuerzo desde Bruselas. En total la suma de efectivos implicados podría alcanzar picos de hasta 3.500 efectivos. Una cifra nada desdeñable si tenemos en cuenta la situación que han vivido las Fuerzas Armadas en la última década. Hay que valorar ese esfuerzo operativo en unas condiciones ciertamente restrictivas. En el segundo aspecto, el financiero, parece haber cierto consenso político en que debe recuperarse progresivamente la capacidad inversora en el marco general de la economía española y teniendo en cuenta los objetivos macro impuestos por la Unión Europea. Al menos así lo percibimos si tenemos en cuenta las intervenciones de los representantes de los partidos en el Foro Infodefensa del pasado 16 de diciembre. Ciertamente el nuevo equipo de Defensa no lo va a tener fácil, pero al menos se percibe cierta preocupación y voluntad de acuerdo entre los partidos de la oposición. Como ya hemos señalado desde La Ventana, la aprobación en Consejo de Ministros de la reprogramación de anualidades de 2016 para el pago de PEA trasladando su importe a 2017, es un primer paso. La ministra ya ha anunciado que se pretende que esta anualidad se incorpore al presupuesto ordinario del Departamento. No es ni más ni menos que la vuelta a la normalidad que se abandonó en 2009, y el cumplimiento de la sentencia dictada al efecto por el Tribunal Constitucional como consecuencia del recurso del PSOE. Salvo indicaciones en contra del Ministerio de Hacienda, la ministra ha declarado que el presupuesto contemplaría ese pago y sería difícil que tanto PSOE como Ciudadanos se opongan a la medida. No se trata de un incremento del presupuesto mas, como decimos, de un regreso a la normalidad y a la recuperación de una “trasparencia” igualmente demandada por diferentes partidos. Si finalmente se materializa esta medida, que tiene un gran contenido político, el presupuesto ordinario se acercaría al consolidado real de los ejercicios anteriores. En el entorno de los 8000 a 8500 millones de euros. Siguiendo criterios OTAN, estimamos que las inversiones en defensa de España se situarían así en un 1,2% del PIB, añadiendo las inversiones para operaciones y otras partidas que no computan en el presupuesto del Ministerio de Defensa. La ministra también ha anunciado que se plantea como objetivo alcanzar progresivamente el nivel del compromiso de Cardiff del 2% del PIB. El acuerdo contemplaba también que al menos el 25% de las inversiones en Defensa deberían realizarse en equipamiento. Teniendo en cuenta esos criterios, y lo manifestado en la Comisión de Defensa el pasado 20 de diciembre, el presupuesto de defensa a mediados de la década de los 20 debería rondar los 16.000 millones de euros y la cifra de inversiones los 4000 a 4500 millones de euros. Un incremento sustancial que permitiría abordar nuevas inversiones para modernización del equipamiento y potenciación de la industria. Parece deducirse de las primeras declaraciones políticas que ese objetivo, plantea que a medio plazo, en 2020, tendríamos un presupuesto superior a los 10.000 millones de euros que permitiría obtener el “músculo” necesario fortaleciendo el organismo y reduciendo “grasa”, para abordar nuevos programas tras una década de estancamiento. Las directrices que el gobierno imparta en materia de defensa nacional durante el próximo año, las intervenciones políticas, empezando por la de la Pascua Militar, y la actitud y voluntad del nuevo equipo una vez que se completen los nombramientos, nos permitirá validar o desmentir la hipótesis que formulamos. A pesar de la complejidad de la situación vemos margen para el optimismo.



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