Coronel Calvo: "El proyecto Rapaz pone en contacto a potenciales usuarios de RPAS con fabricantes"
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Coronel Calvo: "El proyecto Rapaz pone en contacto a potenciales usuarios de RPAS con fabricantes"

Pruebas con los RPAS del proyecto Rapaz. Foto: Sdgplatin
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La Subdirección General de Planificación, Tecnología e Innovación (Sdgplatin) de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) dirige un innovador proyecto, bautizado como Rapaz, que tiene como objetivo evaluar una serie de RPAS de menos de 150 kilos de cara a una posible adquisición en el futuro por parte de las Fuerzas Armadas.

En una entrevista a Infodefensa.com, el coronel Carlos Calvo de la Sdgplatin explica las características de este proyecto único por el momento que pone en contacto a la industria y a las unidades operativas de las FAS, permitiendo a las empresas probar sus diseños y realizar mejoras en los mismos, y al Ejército adiestrarse con sistemas que aún no están en el mercado.

¿Cómo surge el proyecto Rapaz?

Cuando en el año 2014 iniciamos la elaboración del Plan Director de RPAS, desde la DGAM observamos que en el segmento de los sistemas clase 1 (MTOW inferior a 150 kg) había una elevada demanda operativa a la vez que se nos presentaba un amplio abanico de posibilidades para satisfacerla desde la industria nacional. Con la idea de establecer una especie de puente entre el lado de la demanda y el de la oferta, planteamos la idea de realizar una evaluación de aquellos sistemas que se nos ofrecían, para que en colaboración con los operativos se pudiera tener un mayor criterio de las posibilidades de la oferta española, al mismo tiempo que se presentaba a la industria la posibilidad de conocer de primera mano las necesidades operativas, de tal manera, que pudieran continuar el desarrollo de sus productos de acuerdo con las necesidades del cliente.

¿Qué diferencias presente este proyecto frente a otros programas de Sdgplatin?

Este proyecto tiene una diferencia importante con respecto a otros. La mayoría de los programas que se desarrollan en la Subdirección General de Planificación, Tecnología e Innovación (Sdgplatin) se dirigen al desarrollo de prototipos o demostradores para contribuir a satisfacer las necesidades de las Fuerzas Armadas y apoyar el desarrollo tecnológico del sector industrial de defensa con un carácter finalista. El proyecto Rapaz, sin perder de vista la doble finalidad de satisfacer necesidades operativas y apoyar el desarrollo tecnológico, se enmarca dentro de las actividades de apoyo a la innovación, y más concretamente al desarrollo de conceptos y a la experimentación con sistemas disponibles en el mercado y que tienen potencial utilización en el ámbito militar. A través de este proyecto las unidades operativas pueden adiestrarse y perfeccionar procedimientos con sistemas que todavía no están en servicio y la industria puede alinear sus desarrollos de una forma más estrecha de acuerdo con las preferencias del cliente.

¿El objetivo es implantar este modelo Rapaz en otros proyectos?

El modelo Rapaz es extrapolable a otros sistemas. Hemos desarrollado los procedimientos y la metodología para poder aplicar este esquema para evaluar otros productos en los que la oferta de la industria nacional sea suficientemente amplia y la demanda operativa requiera una intervención de la DGAM en el ámbito de apoyo a la innovación. Desde DGAM somos conscientes del esfuerzo que implica este tipo de iniciativas pero también de la gran ventaja de poner en contacto a potenciales usuarios con fabricantes para generar confianza, enriquecer los desarrollos y refinar los productos a plena satisfacción del usuario.

¿En cuántas fases se divide el programa?

Tal y como lo concebimos el proyecto se estableció en tres fases. En una primera realizamos una invitación muy amplia para que las empresas interesadas nos presentasen sus propuestas. En esta fase, de carácter puramente técnico, analizamos las propuestas recibidas y realizamos una selección de aquellos productos que, en nuestra opinión, presentaban posibilidades de demostrar sus capacidades en una campaña de vuelo. La segunda fase consistió fundamentalmente en una campaña de vuelo centralizada que realizamos en León en noviembre de 2015, en la que los productos seleccionados realizaron un circuito de vuelo con una serie de pruebas que habíamos diseñado para demostrar la tecnología y en colaboración con evaluadores operativos. En esta fase se pretendía verificar la fiabilidad de los diferentes productos, fundamentalmente desde el punto de vista de la seguridad de su empleo. Esta campaña permitió a las empresas participantes disponer de un certificado de aeronavegabilidad experimental, emitido por el INTA a solicitud de la DGAM. Tras esta campaña centralizada, se diseñó una campaña de vuelos descentralizada, en la que los productos seleccionados durante la fase anterior, podían integrarse en actividades de instrucción y adiestramiento a requerimiento de los Ejércitos y Armada, de tal manera que las unidades operativas pudieran realizar la evaluación de los medios en un entorno táctico, siempre de la mano de la DGAM como 'intermediario' entre empresa y usuarios.

¿En qué punto se encuentra?

Es importante destacar que durante 2017 estamos realizando un esfuerzo importante para que las empresas que lo soliciten puedan iniciar los procesos de certificación de aeronavegabilidad, ya que este será el principal requisito de cara a una posible adquisición de los sistemas en el futuro. En estos momentos continuamos desarrollando en paralelo actividades de evaluación técnica para aquellos sistemas que, por diferentes razones, no pudieron participar en su momento, y continuamos planteando la evaluación operativa y la oferta de utilización de sistemas en actividades de instrucción y adiestramiento, como apoyo al desarrollo de conceptos y experimentación.

¿Cuáles serán los siguientes pasos?

Esperamos que una vez cerrados los requerimientos operativos y los objetivos de fuerza, pueda establecerse en el futuro inmediato un programa de obtención que permita seleccionar aquellos productos susceptibles de entrar en servicio operativo, para lo que las lecciones del proyecto Rapaz serán fundamentales. En ese sentido desde la DGAM se ha propuesto iniciar una adquisición centralizada de sistemas RPAS clase 1 a partir de 2018.



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