0,16 minutos, cumplir con el expediente o valor añadido
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0,16 minutos, cumplir con el expediente o valor añadido

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La realización de los procesos y actividades necesarios para llevar a cabo una buena gestión, desarrollo y configuración de todo lo que rodea un proyecto de Defensa y hacerlo además de una manera eficiente, requiere de colaboración y dedicación de todas las partes implicadas en las distintas fases que conforman el proyecto durante todo el ciclo de vida. En caso contrario el caos está garantizado, que aparte de retrasos y costes, traerá consigo la salida al mercado de un producto del que se ignora el alcance real del servicio que puede dar.

La dedicación y esmero que implica el desarrollo de un proyecto significa, entre otras cosas, seguir los procedimientos uniformes establecidos, esto es, la normativa de obligado cumplimiento o no, que la Industria de Defensa aplica.

Hoy, la realidad es, que una vez establecidas las prescripciones y normas consensuadas en el pliego de Prescripciones Técnicas de cualquier proyecto, la normativa se aplica con diferentes grados de exigencia. Desde una aplicación directa sin ningún tipo de cuestionamiento, hasta amoldar lo concerniente de la información que se tenga a lo que exigen las directrices de la norma o bien al revés, acomodar la norma a nuestros propios intereses, en función de lo ya obtenido en el desarrollo del proyecto sin haber mirado con excesivo celo por su cuidado.

Los estándares militares surgen con fuerza tras la Segunda Guerra Mundial debido a los problemas que tuvieron los aliados ante la limitada interoperabilidad de repuestos y material bélico. Por ejemplo, debido a las diferencias de las tolerancias dimensionales de tornillos, tuercas y pernos entre piezas americanas y británicas resultó que no eran intercambiables, creando un sobreesfuerzo en una producción de repuestos y material que hoy sería impensable, evidenciando además la necesidad de una mejora en la calidad de producción.

La realidad que perseguía la estandarización por aquel entonces era asegurar una compatibilidad y garantizar una calidad que facilitase procesos y que redundase en beneficio del personal. Por ejemplo, abrir cajas de alimentos o de munición sin necesidad de herramientas o poder intercambiar de manera sencilla y en circunstancias no siempre ideales subsistemas y equipos dañados.

Las normas MIL-STD o MIL-SPEC(Standard o Specification) son documentos creados para la normalización por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Son documentos que establecen requisitos técnicos y de ingeniería uniformes para procesos, procedimientos, prácticas, métodos… así por ejemplo la MIL-STD-1388 es un estándar dedicado al análisis del apoyo logístico o la MIL-STD-756 sobre modelos de fiabilidad y predicción. También las MIL-HDK que son documentos de orientación que contienen información de procedimientos, técnicas e ingeniería, por ejemplo la MIL-HDK-217 que está orientada a la fiabilidad de equipos electrónicos. Son normas que conviven en el día a día en la Industria de Defensa y que sirven como referente en los procesos de desarrollo de los proyectos militares entre los países miembros de la OTAN.

Los estándares militares evolucionan entre otras razones por las necesidades de facilitar la mantenibilidad, un funcionamiento apropiado y la logística de equipos militares. Pero hoy, la proliferación de normas y su uso incuestionable han hecho que la ventaja que supusieron en el pasado sea una carga pesada de burocracia, donde la realidad ya no se contempla y ni siquiera es importante, pues tras aplicar de manera mecánica, sin ni siquiera cuestionar lo que se rellena en función de tablas y requisitos lo que dice la norma, el proyecto está cubierto. Ya no hay necesidad de plantearse si está bien o está mal, sino si cumple la norma o no la cumple, que en definitiva es lo mismo que cumplir o no con el expediente.

En los años 90 en EE.UU en el ámbito de la Defensa había casi 30.000 normas que aplicaban aProyectos Militares. Normas que en la mayoría de los casos imponían restricciones innecesarias. Normas como las MIL-STD, MIL-HDK,STANAG, ACMP,…pero no sólo normas militares,a parte, las también comerciales e internacionales, ANSI, IEEE; GEIA…

En la actualidad norteamericana, la Administración pregunta al contratista de qué manera éste intentará aplicar sus propias prácticas de gestión a un Proyecto concreto y los evalúa conforme a estándares industriales. También ha cambiado el enfoque del control de la configuración, orientándose en muchos casos hacia requisitos de prestaciones más que a detalles constructivos.

Un tornillo estándar se quita en 0,16 minutos, es decir en 9,6 segundos exactamente (según la MIL-HDK-472) y da igual que sea correcto o no lo sea, es lo que dice la norma y por lo tanto aplica al proyecto y si hay problemas, ahí está la norma como aval, hasta el punto que puedes desmontar y montar todo un equipo o subsistema sin necesidad de verlo, de tocarlo o de sentirlo, todo, claro está, sobre el papel, un papel al que se le aplica una norma y que es necesario cumplimentar para que el proyecto siga adelante, aceptando como buenos unos datos de una norma que en el mejor de los casos es de la década de los 90 del pasado siglo y que alguien redactó con las mismas ganas e ilusión en que se utiliza el dato de los 0,16 minutos.

El auge de la normativa militar está relacionado muy directamente con la mantenibilidad de productos y procesos. ¿Pero qué es la mantenibilidad? Es la probabilidad de llevar a cabo un mantenimiento en un tiempo y condiciones dados utilizando unos procedimientos definidos. Detengámonos en la definición: es una probabilidad que se determina en función de un tiempo y condiciones dados, es decir, conocidos por alguien que los suministra, tal vez tiempos de una tabla como la de la MIL-HDK-472 que ya hemos mencionado y a partir de unos procedimientos definidos a partir de más normativa.

La importancia en este aspecto es vital, pues en el cómputo final, el mantenimiento en un Proyecto Militar en todo su ciclo de vida puede superar económicamente hasta el 70% del total del Proyecto. Y sin embargo en esta fase del Proyecto, en el seno de la industria se especula con estimaciones.

La predicción de la fiabilidad marca la diferencia en la habilidad del diseño para mantener parámetros medibles en los términos de aceptable o no aceptable en un sistema o equipamiento en general. La fiabilidad de un sistema sirve incluso para la evaluación de fallos de componentes y por lo tanto es una necesidad básica en el estudio de un Proyecto y sin embargo no hay un riguroso enfoque realista capaz de dar respuestas verdaderas a estos planteamientos.

La norma ya lo avisa, son estimaciones, son valores aproximados tomados a partir de otros datos estimados que fueron sacados de una tabla que alguien redactó a partir, seguramente de datos estimados.

¿Cuánto se tarda en desatornillar un tornillo? Pues exactamente 9,6 segundos, sin importar estado, defectos, inclemencias meteorológicas, grasas, aceites, suciedad, nuevo o viejo... Es más fácil y económico eso, que ocupar personas, tiempo y recursos en conocer la realidad de las cosas, aunque al final, el coste total de un montón de estimaciones, eso sí, cumplimentado todo como la norma dicta (más o menos) es un coste mucho mayor.La diferencia está en que el primero lo tiene que asumir la industria y el segundo lo paga el cliente.

El incremento de la complejidad de los sistemas en el ámbito militar después de la Guerra Fría ha dado lugar a lo que se conoce como Sistema de Sistemas (SoS), esto es, un sistema tan complejo que sus componentes son otros sistemas. Son sistemas integrados a gran escala, independientes unos de otros pero que se encuentran conectados entre sí, beneficiándose unos de otros en pro de una mejor solución final. Hemos saltado la barrera del enfoque sistémico que hasta ahora aplicaba la industria, para hablar ahora de un enfoque multisistémico.

Esta realidad multisistémica no ayuda a la hora de reducir la burocracia y por tanto de reducir la norma a términos más realistas y manejables, de hecho lo complica aún más ¿Cuál fue el último Proyecto de defensa que cumplió en tiempo y forma, no sólo en España, sino también en los países de nuestro entorno? ¿Debe la Industria de Defensaremodelarse en pro de dar respuesta a la realidad multisistémica de los nuevos Proyectos Militares?

A partir del 2010 surge la S3000L de la Aerospace and Defence Industries Association of Europe (ASD) para una nueva gestión de los procesos desarrollados en el ámbito del Análisis de Apoyo Logístico (LSA) ¿Consigue dar respuestas a la realidad multisistémica? No depende de la norma sino de la filosofía con que se aplica la norma.

Hacer de la necesidad virtud. La utilización de la norma para crear y fomentar valor añadido es algo que está única y exclusivamente en manos de la industria y de aquellos que velan de manera activa para dar respuestas verdaderas a los problemas planteados y que la norma evidencia.

Los elementos físicos que conforman un sistema militar cumplen con unos requisitos, con unas cualidades físicas y mecánicas propias para cumplir con su objetivo. Su degradaciónpuede llegar a limitar la funcionalidad del mismo pudiendo producir un fallo en el sistema. Su reparación pasa por desarrollar una tarea de mantenimiento capaz de solucionar el fallo.

Influir en el diseño con la vista puesta en la mantenibilidad del producto sopesando, por ejemplo, la facilidad de acceso de un componente versus coste o eficacia operativa, hace de la mantenibilidad, bien entendida, un valor añadido para la empresa.

La industria busca cada vez una mayor estandarización, no sólo en los procesos de producción sino también durante el desarrollo del Proyecto. Documentar un Proyecto de manera estándar facilita su disponibilidad para diferentes clientes. Sin embargo las Fuerzas Armadas de cualquier país, busca una diferenciación, una exclusividad de su producto frente al de los demás.

El hecho de mantener una normalización férrea entre los Aliados para el desarrollo de proyectos de Defensa puede crear un agujero serio de seguridad dentro de la Alianza, pues un sistema resuelto a partir del seguimiento uniforme de una norma, hace que al enemigo le baste con descubrir el punto débil de esa norma para poder crear una vulnerabilidad en todos aquellos productos desarrollados con el mismo estándar.

Buscar el éxito a partir de un elemento diferenciador, valor añadido a partir de la aplicación de la norma hasta un cierto nivel de desglose estructural del proyecto, y a partir de cierto nivel buscar la diferenciación a partir de directrices exclusivas de cada cliente, o sea de cada ejército, de cada cuerpo, de las Fuerzas Armadas de cada país de la Alianza.

De este modo se sigue manteniendo una trazabilidad y una interoperabilidad entre socios; el cliente tendrá exclusividad no sólo en el producto sino en el modo de usar unos, otros o propios estándares que realmente le aporten soluciones verdaderas durante toda la fase de desarrollo del Proyecto; se crea una barrera de seguridad frente al enemigo al no saber el grado de implementación de una u otra norma; y la industria no aplicará estándares de manera mecánica, y en lugar de preguntarse si cumple o no con la norma deberá preguntarse si es correcto o no lo aplicado con la norma. Por lo que se consigue no sin esfuerzo, con mucho esfuerzo, valor añadido, que es realmente lo que se debe entender por cumplir con el expediente.



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