Nueve accidentes de F-18 en 30 años de servicio en España

El accidente del avión de combate F-18, en el que falleció este martes el teniente Fernando Pérez, es el noveno de una aeronave de este modelo desde su entrada en servicio en el Ejército del Aire en 1986. En estos accidentes se han visto implicadas 11 aeronaves con el saldo de tres pilotos fallecidos.

El primero se produjo el 7 de noviembre de 1988 cuando un F-18 se estrelló en la sierra de la Muela, en las cercanías de Zaragoza, por un fallo en los motores. El piloto logró saltar en paracaídas sin daños considerables. Apenas unos días después, un F-18 y un Hércules chocaron en pleno vuelo en las proximidades de la base zaragozana cuando uno trataba de aterrizar y el otro de despegar. En esta ocasión, se registraron también daños menores.

En 1991 un F-18 de la Base Aérea de Torrejón se estrelló en el campo de maniobras de las Bardenas Reales en Navarra. Como resultado de este accidente falleció el teniente del Ejército del Aire que lo pilotaba. Un año después, en el mismo escenario, un F-18 colisionó con un ave de gran envergadura y el comandante al frente de los mandos resultó herido.

El siguiente accidente tuvo lugar el año 2000 cuando dos aviones F-18 de la Fuerza Aérea chocaron en pleno vuelo en el término municipal de Ejea de los Caballeros en Zaragoza. Un capitán del Ejército del Aire murió y un teniente logró saltar del caza de combate. Tres años después, en marzo de 2003, un caza F-18 cayó al mar cerca de la localidad de Pozo Izquierdo en Gran Canaria sin heridos, tras la eyección del piloto del aparato.

Los dos últimos accidentes, antes del registrado este martes en Madrid, se produjeron en 2009. En abril de ese año un F-18 del Ala 12 cayó al suelo después de que su piloto saltara cerca del polígono de tiro de Bardenas Reales y, en junio, otros dos aviones F-18 de Gando, en Gran Canaria, se estrellan en el mar y sus dos pilotos logran salvar la vida.

Programa FACA

La llegada de los F-18 a España se gestó en 1983, después de cuatro años de maduración y estudio de las distintas opciones existentes en el mercado. El Gobierno eligió el caza estadounidense para el Programa Faca (Futuro Avión de Combate y Ataque), considerado el primer gran proyecto de compra de armas tras el regreso de la democracia.

La decisión final incluía la adquisición de 84 unidades del F-18 Hornet, los cazas americanos de cuarta generación. El coste para este plan se cifró en unos 200.000 millones de las antiguas pesetas, si bien la factura se rebajó porque se compraron finalmente 72 unidades en total.

En los últimos décadas, la transferencia de tecnología por parte de Estados Unidos y el trabajo realizado por organismos como el Centro Logístico de Armamento y Experimentación (Claex), junto con compañías españolas, ha permitido el desarrollo de sucesivas modernizaciones de los F-18, que han convertido esta aeronave en un producto casi español.