General Monforte INTA: "El ITM ofrece apoyo institucional y servicios a la industria"
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General Monforte INTA: "El ITM ofrece apoyo institucional y servicios a la industria"

General Manfredo Monforte, subdirector general de Sistemas Terrestres del INTA
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El general de división, Manfredo Monforte, está al frente de la Subdirección General de Sistemas Terrestres del INTA, que tiene sus instalaciones principales en el Instituto Tecnológico de La Marañosa (ITM) en San Martín de la Vega (Madrid).

Ubicado en una posición privilegiada sobre los cerros de La Marañosa, al sur de Madrid, el centro cuentan con más de 40.000 metros cuadrados de laboratorios y centros de ensayos que concentran gran parte de la I+D y la innovación de Defensa que se realiza en sistemas terrestres. Pese a ser uno de los grandes desconocidos dentro del ministerio, por estas instalaciones pasan cada año la mayoría de empresas del sector de la Defensa para probar todo tipo de desarrollos desde vehículos, hasta armamento ligero, pasando por misiles y cohetes. Unas pruebas que también se efectúan en el Centro de Ensayos de Torregorda, dependiente de la subdirección.

En una entrevista a Infodefensa.com, el general Monforte destaca que esta subdirección tiene dos grandes áreas; por un lado, trabaja en proyectos de investigación junto con empresas, y, por otro, está al servicio de las Fuerzas Armadas para validar y probar todo tipo de material. El general también analiza la situación actual de centro y destaca un aumento de la facturación en los últimos tiempos, a pesar de que el presupuesto se mantiene estable. Aunque mide mucho sus demandas, subraya que la capacidad actual de la subdirección para afrontar nuevos proyectos está en parte limitada por la reducida plantilla, unos 400 trabajadores en la actualidad, de los cuales el 90% son militares.

¿Cómo definiría la Subdirección de Sistemas Terrestres?

Es una de las subdirecciones técnicas del INTA, organismo autónomo de investigación, que cuenta con unos 2.000 trabajadores y un presupuesto próximo a los 140 millones de euros, de los que aproximadamente 50 proceden autofinanciación a través de la facturación de servicios. La Subdirección de Sistemas Terrestres actúa como organismo técnico del Ministerio de Defensa y, para ello, contamos con medios de ensayo, medida y experimentación a disposición de las Fuerzas Armadas. En este caso, la Dirección General de Armamento y Material es la que establece unas directrices y nosotros realizamos las pruebas. Además, somos un organismo de investigación y, en este punto, cabe destacar que la autonomía hace que una parte de nuestro presupuesto proceda de los ingresos asociados a la prestación de servicios.

¿Podría destacar alguno de los proyectos en marcha?

Tenemos varias líneas de trabajo importantes. Por un lado, trabajamos con la industria nacional en el desarrollo de munición inteligente. Esta munición es el futuro y, a pesar de ser más cara, produce menos daños colaterales. Esta misma semana realizaremos pruebas con un cohete Teruel y una espoleta de guiado. La eficiencia energética es otra de las líneas. El ahorro de combustible es importante en operaciones donde cada litro cuesta 50 euros. El 30% de las bajas americanas en operaciones se producen en la protección de convoyes y, si hay que transportarlo por helicóptero, el precio se dispara. En este apartado, trabajamos con empresas españolas en busca de soluciones que permitan el autoabastecimiento a traves de energías renovables. Además, los perros antiexplosivos se adiestran en nuestras instalaciones. Aquí, por ejemplo, sintetizamos el explosivo conocido como 'la madre de Satán', en pequeñas cantidades. En el mismo día, un doctor en química sintetiza el producto, el artificiero lo manipula y lo coloca para los perros y, después, lo destruimos. Por el centro pasan las unidades caninas de CNI, Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Guardia Civil, Ertzantzia, Mossos de Escuadra, Guardia Republicana de Portugal o la Policía Local de Madrid.

¿Qué relación tienen con la industria de Defensa?

Desde la subdirección trabajamos con todas las empresas del sector de la Defensa, y fuera de él, que necesitan apoyo. Por ejemplo, contamos con un banco de ensayos de arena único en España, además de una amplia experiencia en explosivos y materias activas. El centro también actúa como un catalizador de sinergias industriales, poniendo en contacto a compañías y transmitiendo ideas a las empresas. En este sentido, ofrecemos apoyo institucional de cara a la exportación de material. Para las delegaciones extranjeras es importante ver que la empresa española trabaja con un organismo institucional con militares.

¿En qué situación se encuentra la subdirección?

La reciente integración ha supuesto un cambio de paradigma para el personal, que nos hemos tenido que adaptar a la estructura del INTA y aprender la cultura del organismo. Este proceso todavía no ha terminado. Procedemos de la Dirección General de Armamento y en nuestro ADN está el servicio a las Fuerzas Armadas, sin embargo, poco a poco empezamos a contar con más proyectos de investigación. La cuestión no es solo contar con un presupuesto mayor, también hay que tener unos objetivos y metas. Si bien la edad media es muy alta, el final de la crisis parece que está acompañado de una oferta de empleo público. Estamos buscando sobre todo acuerdos con la universidad y trabajos con la industria, más que crecer. Queremos ser útiles y, para eso, hay que ser ágil a la hora de plantear acuerdos universidad e industria.

¿Qué le parece la apuesta europea por la Defensa a través de iniciativas como el Plan de Acción Europeo de la Defensa?

Nuestra subdirección forma parte de un consorcio europeo liderado por la empresa italiana Sigma que ha presentado una propuesta para la iniciativa de la Acción Preparatoria relacionada con el Combatiente del Futuro. Ya era hora de que Europa apostará por la defensa. En su día se creó el Eurocuerpo, pero el proyecto se paró. Ahora, el Brexit ha afectado también a la Europa de la Defensa. Hay que recordar que las cuestiones de seguridad fronteriza o la estabilidad en el norte de África nos compete a todos y forman parte de la política comunitaria. No es de recibo que hasta ahora no se dedicara dinero a los programa de I+D+i cuando el resto de los países invierten. Es necesario unir fuerzas.

Desde el ministerio se ha planteado un aumento progresivo del presupuesto...

Sin aumentar el presupuesto estamos creciendo, nosotros estamos facturando más porque las empresas requieren nuestros servicios. En la medida que damos más, nos piden más, y eso justifica la inversión. Es una visión más empresarial de la Administración pública. Tenemos que facturar al ser un organismo público de investigación. El negocio pasa por orientarnos a la industria, hay muchas empresas que están exportando sin vender en España. También hay que aprovechar la visibilidad que tenemos en Sudamérica y Caribe. Tenemos que crecer pero no porque crezca el presupuesto.



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