El contrato de los nuevos entrenadores: 24 aviones y cuatro simuladores

El Gobierno dio luz verde el pasado viernes a la compra de un nuevo entrenador para el Ejército del Aire que reemplace a los veteranos C-101 de la Academia General del Aire (AGA). El contrato, que será lanzado en las próximas semanas, tiene un valor estimado de 225 millones de euros, iniciándose en el ejercicio 2020 y finalizando el 31 de diciembre de 2022.

La Fuerza Aérea recibirá un sistema integrado de entrenamiento de pilotos de nueva producción que estará basado en veinticuatro aviones sobre los que los alumnos realizarán la formación básica. Además, el contrato incluirá diferentes sistemas para la formación en tierra firme: un entrenador de salida de emergencia, dos simuladores de cabina para adiestrarse en procedimientos y dos simuladores de vuelo conectados en red. El expediente lo completan un sistema asistido por ordenador y un paquete logístico inicial.

La nueva solución de arquitectura sencilla deberá estar operativa en torno a 2021, año en el que el C-101 alcanzará el final de su ciclo de vida como aeronave de enseñanza básica. En concreto, los plazos establecen que, para garantizar el servicio, dentro de un año y medio tendrá que estar en servicio “un número determinado de aviones, junto con el sistema de entrenamiento en tierra”.

El Gobierno explica que “el nuevo sistema deberá permitir una transición adecuada a los sistemas de combate actuales y de un futuro a corto/medio plazo, por lo que deberá incorporar las tecnologías propias de estos sistemas (EF2000, EF18, A400M, NH90, etc.)”.

Defensa hace hincapié en que el sistema integrado debe llevar asociados a la plataforma aérea los elementos de entrenamiento en tierra adecuados. “Actualmente se cifra en un 50% la relación entre las horas de vuelo que se realizan en avión y las que se realizan en los sistemas de enseñanza en tierra”, destaca.

Posibles candidatos

Todo apunta a que la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), como órgano responsable de las compras de material de las Fuerzas Armadas, apostará por una aeronave turbohélice en la línea de las decisiones tomadas recientemente por otros países como Reino Unido o Francia para el entrenamiento de sus pilotos. Desde el Ejército del Aire han mostrado su preferencia por dos modelos el estadounidense Beechcraft T-6 de Textron y el PC-21 de la empresa suiza Pilatus.

En el mercado también existen otras opciones como el Super Tucano de la brasileña Embraer o el KT1 de la surcoreana KAI Aerospace. La apuesta por un avión turbohélice dejaría al margen a priori otras soluciones basadas en un morto turborreactor como el Aermacchi M-345 de Leonardo, del que Italia acaba de comprar un segundo lote, o el T-50 también surcoreano.

Cabe destaca que la oficina del programa del avión entrenador en la DGAM también ha barajado otras posibilidades, como ya publicó Infodefensa.com, que pasarían por la contratación de los servicios a una empresa privada que proveería la aeronave y los equipos asociados.

Aeronave 'Made in Spain'

El estado actual de las distintas fases de la enseñanza aeronáutica militar presenta una retirada del servicio de los distintos sistemas, gradual y escalonado entre 2021 y 2027. Junto con el C-101, los alumnos emplean en la etapa de adiestramiento otras aeronaves como el T-35C Pillán y el F-5. Estos dos aparatos también deber ser sustituidos a lo largo de la próxima década.

En este contexto, Airbus y España han iniciado los estudios para el diseño y desarrollo de un nuevo avión entrenador. La idea inicial es una aeronave polivalente con motor turborreactor que cubriría principalmente las fases segunda y tercera de la formación de los pilotos de la Fuerza Aérea y que estaría preparada para adiestrar a las tripulaciones del futuro caza de combate europeo, el conocido como FCAS.