La fragata Santa María regresa a Rota tras cinco meses en el Índico

La fragata Santa María de la Armada española regresó ayer viernes a su base en Rota, después de pasar cinco meses desplegada en aguas del Cuerno de África en la operación Atalanta de la Unión Europea.

El objetivo principal de la operación desarrollada durante estos meses, no es solamente la lucha contra la piratería en aguas del Índico, frente a las costas de Somalia, sino también la protección de los buques del Programa Mundial de Alimentos (WFP), así como otros buques vulnerables y garantizar la seguridad del tráfico marítimo en la zona.

La fragata es el primer buque de la Armada en completar un despliegue de esta naturaleza y duración, durante la pandemia. Tras un período de preparación y alistamiento efectuado en condiciones exigentes, debido a las restricciones impuestas por el Estado de Alarma decretado en marzo, la Santa María se hizo a la mar desde la base naval de Rota el pasado 5 de junio.

Este viernes, explica la Armada, fue la primera vez que la inmensa mayoría de la tripulación puedo bajar a tierra, tras casi 150 días sin desembarcar del buque y es que, debido a las medidas Covid de protección al personal embarcado, no se ha autorizado la salida de los mismos durante las escalas logísticas del buque en los diferentes puertos.

Media vuelta al mundo

Durante la operación, la fragata española ha navegado más de 25.000 millones, el equivalente a más de una vuelta al mundo y visitado numerosos puertos, entre los que están el de Yibuit, Mombasa (Kenia), Salalah (Omán) o Duqm (Omán).

Durante las distintas patrullas efectuadas, la fragata ha llevado a cabo un gran número de misiones de control y vigilancia sobre la costa somalí, en las que ha desplegado RPAS Scan Eagle y a su helicóptero AB-212, embarcados a bordo durante la misión, pertenecientes a la Undécima y la Tercera Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves, respectivamente.

Además de las misiones ordinarias de vigilancia de la zona de operaciones, la Santa María rescató en aguas somalíes y trasladó posteriormente al puerto de Bossaso, en duras condiciones de mar, al remolcador Alaa el pasado mes de julio y llevó a cabo una asistencia sanitaria al buque gasero Al-Thakhira, en aguas del IRTC (International Recognized Transit Corridor) del golfo de Adén, con un paciente en coma.