Dos operaciones señuelo de EEUU infiltraron armas en Centroamérica, México y Colombia

(Infodefensa.com) Por A. López, San Salvador – Las operaciones señuelo estadounidenses Náufrago y Rápido Furioso, infiltraron armas en México, Centroamérica, Colombia y el Caribe con el objetivo de seguir la pista a sospechosos de actividades delictivas y del crimen organizado. Sin embargo, el armamento ha dejado una estela crímenes que han despertado el malestar de las autoridades de Seguridad y Defensa de la región.

Fox News reveló a mediados de julio que Rápido y Furioso, la operación que alentó el tráfico de armas hacia México, no fue el único programa de este tipo para seguir la pista del armamento en las bandas criminales. La operación Castaway o Náufrago fue creada también por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) para suministrar equipo bélico a los criminales en Honduras y Puerto Rico, el cual llegó a manos de la Mara Salvatrucha (MS), un grupo delincuencial que trafica con drogas y seres humanos desde Centroamérica, pasando por México y hasta Estados Unidos.

Hasta ahora se habla de por lo menos mil armas de fuego que habrían sido entregadas a las bandas criminales. Políticos estadounidenses sostienen que las operaciones son un nuevo Irán-Contras.  Según la citada cadena, las armas colocadas por la operación Castaway en las manos de los criminales de la Florida han sido relacionadas con varios delitos específicos.

Documentos judiciales indican que al menos cinco armas de fuego de la venta ilegal fueron utilizadas en delitos cometidos en Puerto Rico. También una pistola fue recuperada en Colombia después de ser utilizada en un homicidio.

Castaway, al igual que su hermana Rápido y Furioso, comenzó con la misión de reducir la venta ilegal de armas de fuego. En la última operación, la ATF en Phoenix utilizó las tiendas de armas en el suroeste para rastrear las llamadas “compras de paja”, que colocan las armas en manos de delincuentes extranjeros.

En una “compra de paja”, una persona, generalmente un ciudadano estadounidense, compra armas con la intención de revenderlas a los individuos que no pueden adquirirlas legalmente.

Castaway presuntamente operaba en la Florida con una misión similar, y terminó de la misma manera: las armas de fuego adquiridas en ese estado fluyeron libremente en Centroamérica. De acuerdo con medios norteamericanos, los miembros del Congreso están pidiendo una mayor investigación de dicha operación.

El legislador Gus Bilirakis escribió al Fiscal General Eric Holder y al titular de la ATF, Kenneth Melson, en un intento de obtener más datos acerca de la operación.

Las operaciones señuelo se extendieron a la región centroamericana, sobre todo a Honduras, una región con alta presencia de la MS.

Ya los presidentes de Honduras, Porfirio Lobo, y de Guatemala, Álvaro Colom, dijeron el viernes anterior, en el marco de la cumbre de mandatarios del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), en San Salvador, que estos hechos confirman la corresponsabilidad que tienen algunos gobiernos por apoyar los esfuerzos de combate al crimen en la región.

Según publicación de este martes del periódico hondureño La Tribuna, la Fiscalía Especial hondureña contra el Crimen Organizado investiga desde hace varias semanas el trasiego de armas en Honduras, provenientes de operaciones irregulares y otras vinculadas al operativo Castaway.

Después de que las autoridades hondureñas obtuvieron información que  Castaway sería una réplica de la operación Rápido y Furioso que se realizó en México, se iniciaron investigaciones de manera urgente y en completo secreto, agregó la misma edición del diario La Tribuna.

Esto último debido a lo delicado del tema, ya que las autoridades suponen podrían estar involucradas muchas personas residentes en el territorio nacional y que operan en completa impunidad, según lo manifestado por fuentes oficiales de unidades especializadas en este tipo de delitos.

Esta información trasciende, pese a que el Ministerio de Defensa a través de su titular, Marlon Pascua, manifestó el pasado viernes que “no creemos que se haya desarrollado una operación de ese tipo, sin contar con el apoyo del gobierno de Honduras (…)” y que al igual que la Policía Nacional no manejan un informe por parte del Gobierno de los Estados Unidos, sobre el origen del armamento incautado en los últimos meses.

Por su parte, el portavoz fiscal, Melvin Duarte, confirmó que “la Fiscalía Especial contra el Crimen Organizado inició con las investigaciones correspondientes, desde que tuvo conocimiento de esta operación, denunciada ampliamente”.

El caso está siendo conocido por la Unidad Antisecuestros, Tráfico de Personas, Tráfico de Armas y Terrorismo, indicó el vocero.