La Armada de México convierte el buque 'Virgilio Uribe' en arrecife artificial

La Armada de México ha hundido el casco del buque Virgilio Uribe para convertirlo en un arrecife artificial en las costas de Rosarito, Baja California. La embarcación había sido construida por el astillero Bazan en San Fernando y ofreció 31 años de servicio a la Armada.

El hundimiento del buque se realizó dando una especial importancia del cuidado al medio ambiente marino en vista del impacto turístico que se espera que proporcione la creación del Parque Submarino en las costas del municipio rosaritense.

El Virgilio Uribe se hundió tras detonarse de forma remota una serie de explosivos colocados en puntos previamente designados para lograr el efecto deseado. El proceso completo duró aproximadamente 30 minutos y se realizó con las medidas de seguridad pertinentes. Es de destacar que para garantizar la seguridad del hundimiento, en el mismo participaron unidades de superficie, aéreas y terrestres. Los explosivos se detonaron desde el ARM Bretón.

El nuevo arrecife

Las dimensiones del nuevo arrecife artificial son de 215 metros de largo, 32 de ancho y estará a una profundidad de 13,5 metros.

Según ha explicado la Armada mexicana, el Virgilio Uribe fue uno de los primeros buques que se complementó con un helicóptero para realizar operaciones en conjunto. El barco fue pionero en la incorporación de adelantos tecnológicos como los sistemas para la ayuda a la navegación y de dirección de tiro para armas, también tenía un hangar, una cubierta de vuelo y un tanque para almacenar combustible mucho mayor a los demás, lo que le permitía realizar largas operaciones en altamar, por lo que fue el modelo a seguir para la construcción de nuevas unidades de manufactura nacional.

En su trabajo con la Armada de México, el buque Virgilio Uribe custodió la instalación de las plataformas petrolíferas situadas frente a las costas de Ciudad del Carmen (Campeche). Además, protegió la planta nuclear de Laguna Verde (Veracruz) de las protestas y manifestaciones que persuadían al Gobierno de abandonar la energía nuclear en favor de otras fuentes más seguras. Entre otras actividades, el buque participó en ejercicios de formación y adiestramiento de personal, llevó a cabo misiones de vigilancia, patrullaje y reconocimiento para evitar la pesca ilegal, el tráfico de personas y de drogas. La patrulla oceánica, como la denomina la Secretaría de Marina (Semar), causó alta en el servicio de la Armada el 1 de agosto de 1982.

Foto: Semar