Militares hondureños destruyen tres pistas clandestinas del narcotráfico

Las Fuerzas Armadas de Honduras han destruido tres pistas clandestinas que eran usadas por el narcotráfico en este arranque de 2017.

La operación corrió a cargo de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional (Fusina), cuyos técnicos en explosivos inhabilitaron tres pistas para aeronaves utilizadas por estructuras criminales.

Las Áreas Clandestinas de Aterrizaje (ACA) son espacios en zonas remotas y de poca infraestructura, acondicionadas por el crimen organizado para ingresar droga por vía aérea, informó el portavoz de Fusina, el teniente coronel Santos Nolasco.

“En los primeros días de operaciones del 2017 la fuerza inhabilitó tres ACA: una ubicada en la aldea del Tapón de Oro, otra ubicada en el municipio de Baracoa y la tercera en el municipio de Brus Laguna, todos estos lugares en la zona atlántica del país”, dijo Nolasco.

El analista de seguridad y catedrático de la Universidad Nacional de la Policía de Honduras, Edgardo Mejía, consideró que la destrucción de este tipo de pistas representa la voluntad de Fusina para enfrentar a colaboradores del crimen organizado. “La destrucción de estas zonas es una clara demostración de la preparación operacional de los ejecutores de justicia en Honduras y evidencia la voluntad del gobierno para hacer frente a las acciones del crimen organizado y al narcotráfico internacional”, expresó.

Durante los tres años de funcionamiento de Fusina las autoridades deshabilitaron 54 ACA en 2014, 60 en 2015, 26 en 2016 y tres en lo que va de 2017. Además, los militares decomisaron más de 15.000 kilos de cocaína, casi 132.000 libras de marihuana y más de 15 millones de dólares en efectivo.

Para Fusina, según el teniente coronel Nolasco, destruir las ACA representa la disminución de la posibilidad del ingreso de droga por vía aérea al territorio hondureño. “La mayor parte de las pistas están construidas en sectores de topografía plana y aislados de los centros poblacionales. Estas varían en tamaños desde 15 metros de ancho por 1.000 metros de largo, hasta 20 metros de ancho por dos kilómetros de largo. Para destruir una zona de aterrizaje hacemos hasta seis detonaciones, que producen cráteres de unos cinco metros de profundidad”, explicó.

Por las características geográficas de las ACA, los grupos criminales que transportan la droga utilizan de preferencia aviones más ligeros y económicos, que pueden tener una capacidad de carga de hasta 250 kilos.