Argentina busca crear una división aérea antincendios junto a Coulson Aviation

El Ministerio de Defensa de Argentina y Coulson Aviation, empresa especializada y certificada en las operaciones aéreas de lucha contra el fuego, firmaron recientemente un memorándum de entendimiento con el fin de analizar la posible puesta en marcha de una división aérea de combate de incendios.

Casi dos millones de hectáreas de campo fueron arrasadas entre los meses de noviembre y enero por los incendios que afectaron a la zona central de Argentina. Los pastos secos, la baja humedad debido a las reducidas precipitaciones, las elevadas temperaturas del verano austral y los vientos de alrededor de 80 kilómetros por hora propagaron el fuego a gran velocidad por las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Mendoza y Río Negro.

Un equipo especializado

Con el fin de evitar futuros desastres de este tipo, el Gobierno de Mauricio Macri y la compañía canadiense estudian ahora este acuerdo, que permitirá desarrollar y capacitar en conjunto un equipo dedicado en exclusiva al combate contra el fuego, fundamentalmente con los recursos humanos y operacionales de la Fuerza Aérea Argentina.

En su cuenta en la red social Facebook, el secretario de Servicios Logísticos y Coordinación Militar en Emergencias del Ministerio de Defensa, Walter Ceballos, manifestó que este memorándum fue posible gracias a la intervención de la Canadian Commercial Corporation (CCC), una organización pública que funciona como intermediaria entre empresas canadienses y gobiernos internacionales. Por su parte, la empresa canadiense calificó el posible acuerdo de “excitante”.

Esta iniciativa podría suponer el empujón definitivo para que el Gobierno argentino adapte las aeronaves Hercules C-130 de su Fuerza Aérea con el fin de que funcionen como "aviones hidrantes", una medida que estudia desde hace meses, como ya publicó INFODEFENSA.COM.

Implicación de la industria local

Este plan tendría lugar en la Fábrica Argentina de Aviones 'Brigadier San Martín' (FAdeA), en la provincia de Córdoba. El objetivo es articular un sistema pueda hacer frente al manejo del fuego y a otras inclemencias climáticas de forma más efectiva. La idea es que de los cinco equipos con los que cuentan, uno, el Lockheed L-100, que es la versión civil del Hercules C-130, esté equipado para el ataque al fuego, ya que este modelo podría cargar hasta 15.000 litros de agua frente a los 1.500 que aguantan los aviones actuales dedicados a la extinción de incendios.

La adaptación consistiría en habilitar unas compuertas en el fuselaje y unas válvulas que regulan el líquido para que cuando se expulse, pueda caer todo en un instante y lograr el “doble efecto” deseado: el enfriamiento y la asfixia del fuego. A esto se sumaría la instalación de un kit, fabricado en la misma Canadá o en Estados Unidos, que segmenta los 15.000 litros en seis lugares diferentes para mantener la estabilidad del vuelo y que se monta en el avión sólo cuando va a ser utilizado.

La idea sería incorporar otra aeronave de este tipo para tener operativos dos Hercules “hidrantes” y, de esa forma, armar una misión de alto impacto para la extinción de incendios.