Chile y el desminado, de Ottawa a Tejas Verdes 1
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Chile y el desminado, de Ottawa a Tejas Verdes 1

Trabajo de desminado nocturno. Foto: Ministerio de Defensa
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Es ampliamente conocido el compromiso de Chile con el desminado y en general lo que implica la situación de artefactos explosivos, en especial las minas antipersonales. Es por esto que Chile se adhiere en el año 1997 a la Convención de Ottawa sobre la “prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales y sobre su destrucción”.

Labores de desminado en Chile. Foto: Ministerio de DefensaEn este contexto infodefensa.com entrevistó al mayor Jorge Soto Arias, jefe del Centro de Entrenamiento de Desminado y Destrucción de Explosivos (Ceddex), quien comenta que “el Tratado de Ottawa, estipula en lo basal, normas, intenciones, obligaciones y plazos para la eliminación de las amenazas que se encuentren almacenadas y para la limpieza de aquellas áreas donde se encuentran sembradas minas antipersonales”.

En lo relativo al almacenamiento, asegura que es importante destacar que el Estado de Chile dio cumplimiento en un 100% de lo requerido, dejando un porcentaje menor autorizado por el mismo tratado para realizar actividades de instrucción y entrenamiento. Por otro lado, en el punto referido a la destrucción, específicamente lo relacionado a la limpieza de los campos minados, el mayor afirma que la cifra aproximada es de un 80% del cumplimiento en el presente año, ya que en diciembre se debe actualizar la cifra, pudiendo subir el estado de avance.

De esta forma, Soto asevera que en el año 2004 “Chile crea el Centro de Entrenamiento de Desminado y Destrucción de Explosivos (Ceddex), dependiente de la Escuela de Ingenieros, quienes tienen la responsabilidad de planificar, organizar y conducir centralizadamente el entrenamiento del personal de Oficiales y Cuadro Permanente del Ejército, además de otras ramas de las Fuerzas Armadas e invitados extranjeros, en materias de desminado humanitario y desactivación de municiones sin explosar, preparando también a supervisores internacionales, para el empleo efectivo en las zonas contaminadas con artefactos explosivos”.

El objetivo principal del Ceddex entonces es preparar y capacitar a integrantes de las FFAA en el proceso de desactivación de restos explosivos de guerra (REG). “La capacitación consiste en una secuencia desempeñada por el personal especializado del Arma de Ingenieros y que forman parte de la clasificación Internacional Explosive Ordnance Disposal (EOD) para poder acceder, diagnosticar, neutralizar, recuperar y efectuar la desactivación final de municiones sin detonar y artefactos explosivos improvisados o cualquier material que represente una amenaza en esta materia, buscando así, la eliminación de estos peligrosos, mortales y silenciosos enemigos”, comenta el mayor.

El desminado en cifras

El Ceddex ha preparado hasta la fecha a 1.767 integrantes de las FFAA, de Orden y Seguridad Pública e invitados extranjeros, de los cuales 604 fueron capacitados como desminadores básicos, 99 como operadores del sistema Information Management System for Mine Action (Imsma), 25 instruidos en el uso de cargas Ruag, 37 capacitados en planificación y gestión de unidades de desminado, 15 participantes en el curso básico de Explosivos, realizado a la Policía de Investigaciones de Chile, 18 alumnos preparados como monitores de desminado internacional, 730 operadores EOD 1, 268 operadores EOD 2, 15 integrantes del ejército de Bolivia como desminadores básicos, un miembro del ejército de Panamá como EOD 1, un integrante del Ejército de Brasil como desminador básico y uno como EOD 2, un integrante del Ejército de Argentina como desminador básico y otro como EOD 2, además de 8 cursos especiales de Explosivos.

“Este es el impacto de la formación y/o capacitación que materializa el Ceddex, entidad donde se ha formado a la totalidad de los integrantes de las Unidades de Desminado Humanitario de Chile, quienes realizan trabajos para la eliminación de los campos minados o áreas de peligro a lo largo del país, aplicando un riguroso proceso que consta de cuatro fases: estudio de impacto, estudio técnico, despeje y certificación”, explica Soto.

La primera fase consiste en el proceso de recolección de información y análisis de todos los antecedentes referidos a una o más áreas de peligro o campos minados, el objetivo principal es poder establecer la localización y efectos en la población civil para poder determinar su despeje y prioridades. El estudio de impacto se realiza solamente a través de antecedentes existentes, sin ingreso a los campos minados o áreas de peligro, “El trabajo consiste, fundamentalmente, en acudir al lugar sospechoso de contener minas, para realizar un reconocimiento de las áreas posiblemente minadas y recolectar información de la población, así como complementar la información geográfica y estadística del área de peligro o campo minado, afirma Soto.

Trabajo de desminado en Chile. Foto: Ministerio de DefensaLa segunda fase o estudio técnico es un reconocimiento detallado de los campos minados y de las áreas peligrosas, que fueron identificadas en la primera etapa. Es la fuente principal de información para planear de forma posterior las labores de desminado y normalmente, implicará el acceso a la zona sospechosa, su demarcación y la confección de mapas. “El objetivo es, inicialmente, reducir el área minada identificada en el estudio de impacto, identificar el tipo de amenaza, las condiciones geológicas y características predominantes en la zona de empleo, para determinar luego la forma de trabajo y los medios a emplear”, comenta el mayor.

La tercera fase es el despeje y tiene como principal objetivo la destrucción de las minas antipersonales y REG. El despeje se puede llevar a cabo de forma manual empleando las técnicas de desminado manual (TDM), con las respectivas secciones de desminado manual o un despeje con medios mecánicos, para lo cual el Ejército de Chile posee dos máquinas Minewolf, tres Bozena 5, una Sifting Excavator y una Deminning Loader.

“En este punto, la mayor dificultad es la compleja realidad geográfica, que varía desde el desierto costero y altiplano por el norte, hasta el extremo sur austral, donde se sitúan principalmente CM y AP, obligando a disponer de recursos financieros que se deben adecuar a la realidad local de trabajo”, señala el jefe del Ceddex.

La última etapa es la certificación, que consiste en la inspección de terrenos despejados, es el Ceddex quien la realiza en representación de la Autoridad Nacional de Desminado, verificando la calidad del trabajo y de esta forma entregar la confianza de que se han removido y destruido los explosivos.

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