Irán tras la salida del Jcpoa
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Irán tras la salida del Jcpoa

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La salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, conocido como el Plan de Acción Conjunto y Completo (Jcpoa, por sus siglas en inglés), suscrito el año 2015 junto con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), más la Unión Europea (UE), supuso la incorporación de un nuevo elemento de tensión al Oriente Medio (por Próximo), debido a que incrementó el grado de incertidumbre con respecto al desarrollo del programa nuclear iraní.

El establecimiento del acuerdo ha implicado beneficios importantes para Irán y la Unión Europea. Las exportaciones del bloque europeo, el 2017, se estimaron en 12.700 millones de dólares y las importaciones 11.900 millones de dólares. La importancia de este intercambio comercial radica en que Irán puede resultar una buena fuente energética para un continente con amplias carencias en ese ámbito y muy dependiente del suministro ruso, con los problemas político-estratégicos que ello ocasiona. El acuerdo impedía, supuestamente, que Teherán desarrollara su programa nuclear. Además, le permitiría a Europa obtener fuentes alternativas de energía y no depender exclusivamente de Rusia, país que amenaza los intereses estratégicos y políticos europeos, fortaleciendo su seguridad. Desde la perspectiva europea, un Irán como potencia nuclear desestabilizaría el Oriente Medio (por Próximo), aumentaría la crisis de los refugiados, e incrementaría la carrera armamentista entre los actores regionales y los bloques chiíes y suníes.

Con respecto a las consecuencias económicas para Europa, tanto Alemania, Reino Unido como Francia solicitaron al Gobierno norteamericano exenciones en la aplicación de sanciones a las empresas europeas que negociaran con Irán.

Como parte de la respuesta iraní al anuncio de la Casa Blanca, el líder supremo, Ali Jamenei, señaló que la Organización Iraní para la Energía Atómica debía iniciar los preparativos para incrementar la capacidad de enriquecimiento de uranio, teniendo que prepararse para el caso que fracasara el Tratado. Lo anterior, constituye una señal y advertencia a los otros signatarios del Pacto. Representantes de Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania se reunieron con la contraparte iraní con el objetivo de diseñar un mecanismo para implementar el Acuerdo y para que Teherán obtenga los beneficios del alivio de las sanciones. Este asunto también se trató en la Cumbre del G7 celebrada en Canadá, en la cual los países se comprometieron a asegurar que Irán no busque, desarrolle ni adquiera armamento nuclear.

Por su parte, Washington ha demostrado una inflexible postura frente a Teherán considerando la imposición de sanciones a Irán y su desvinculación del Pacto. Esto, provoca inestabilidad a nivel internacional frente a la contención del desarrollo nuclear iraní.

La retirada de un contingente importante de las fuerzas armadas de Estados Unidos desde Irak y la última etapa de la guerra en Siria, han producido una creciente influencia de Teherán en la región, estableciéndose una zona de poder desde el Golfo Pérsico hasta el mar Mediterráneo, con proyecciones a todo el Oriente Medio (por Próximo). Esta situación, ha generado una gran preocupación entre las potencias regionales que observan cómo el Estado persa ha consolidado su posición. Arabia Saudita y sobre todo Israel son los principales afectados. Irán no reconoce la existencia del Estado hebreo por ejercer soberanía en un territorio considerado como parte de la influencia islámica.

Por otro lado, Israel ha aumentado su ofensiva político diplomática frente a la amenaza que significa para su seguridad la proximidad territorial que implica tener a las fuerzas persas en Siria y la amenaza del programa nuclear iraní. Al respecto el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, realizó una gira por Alemania, Francia y Reino Unido para tratar el pacto con Irán, y si es posible evaluar el bloqueo a su programa nuclear. Jerusalén y Washington han asumido una postura conjunta en torno al incumplimiento por parte de Teherán del Jcpoa y la insistencia de ese país en torno a transformarse en una potencia nuclear.

La salida de EEUU del Jcpoa también afecta a Rusia, país que mantiene intereses en la zona, por lo que ha dado señales a Irán e Israel, de querer jugar un rol de articulador en la estabilidad de la región.

En definitiva, se observa un escenario de gran inestabilidad donde la posibilidad de que se produzca un conflicto regional y que las grandes potencias de la zona colisionen en una disputa directa es una realidad cada vez más cercana. La multiplicidad de crisis locales, sumado a la creciente influencia iraní en la región, quiebra el equilibrio geopolítico lo que podría desembocar en una crisis de seguridad global.



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