Combate trasatlántico de gasolineras volantes

Ocurrió hace poco más de una semana. No habían pasado ni 24 horas desde que Boeing se ufanase de haber logrado volar por primera vez su avión de reabastecimiento en vuelo KC-46, cuando Airbus le metió un enorme gol en forma de comunicado informativo sobre su A330 MRTT. El modelo europeo, que lleva años operativo, ya es capaz de suministrar en el aire al avión de combate F-35, rezaba el texto.

El aparato norteamericano tiene asegurado con su propio país al mejor cliente del mundo (hasta 179 aparatos está previsto que le encargue la USAF), pero el del viejo continente acaba de demostrar que ya puede operar con la joya de quinta generación (al menos por su valor, ya que el del F-35 es el proyecto militar más caro de la historia) de la Fuerza Aérea Estadounidense (USAF).

Este duelo que se inicia ahora en los cielos ya lleva años declarado en el mercado, donde es uno de los más singulares de los que tienen lugar en el sector industrial militar de todo el mundo. Singular sobre todo en el sentido de combate individual entre dos únicos contendientes, como suele emplearse el adjetivo para referirse a las justas medievales. Porque los programas de Boeing y de Airbus se enfrentan cara a cara y prácticamente en solitario por hacerse con la demanda de aviones cisterna de última generación de multitud de fuerzas aéreas en todo el planeta.

Echando otra palada más de épica al asunto podemos decir que con la visión (imagen superior) de un A330 MRTT bombeando combustible al Joint Strike Fighter (denominación en desuso del F-35) sobre los mismísimos cielos de California, Airbus no sólo siembra la deshonra en la propio casa del competidor y empleando a un miembro de su familia como objeto de la afrenta, sino que además devuelve en parte el duro golpe que recibió en 2011 en ese mismo campo de batalla.

A principios de aquel año El Pentágono anunció la elección del aparato de Boeing para encargar 179 aviones cisterna con los que sustituir a sus antiguos KC-135 en un contrato valorado en 35.000 millones de euros. No parece fuera de lo normal, pero donde hirió a Airbus es que fue ella la que ganó originalmente en consorcio con Northrop Grumman ese mismo contrato en 2008. EADS, que en aquel momento era la denominación de la compañía europea, vio como el árbitro le dejaba sin el suculento contrato después de que su gigantesco contrincante norteamericano apelase la decisión.

Las luchas entre Boeing y Airbus, con su traslación aún más evidente en el mercado civil de aviones, rozaron un momento crítico en 2012 cuando la europea estuvo a punto de unir fuerzas con un tercero, la firma británica BAE Systems, y ganar fuerza en el combate. La norteamericana temió ver tambalear su hegemonía. Pero los gobiernos europeos implicados no se arriesgaron a perder poder en la nueva compañía y pararon la fusión. Así todo volvió al estado anterior.

Los ejecutivos de Airbus, entre otros consuelos, vienen presumiendo estos años de ganar todos los concursos a los que han presentado su A330 MRTT, con lo que implícitamente incluyen en su haber el programa estadounidense que luego les arrebataron. Entre los países a cuyos concursos ha concurrido y ganado el modelo europeo se enumeran Australia, Arabia Saudí, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Francia, Reino Unido y Singapur. Hace apenas un mes, en otro episodio de esta lucha de gladiadores sobre la arena del circo mundial, Airbus anunció que el A330 MRTT no optaría al programa japonés de aviones abastecimiento de combustible en vuelo, porque los términos del concurso abierto por el país favorecían a su “rival estadounidense Boeing”.

De momento el KC-46 no estará completado y plenamente operativo hasta 2017, pero ya ha comenzado a volar (imagen inferior) y su fabricante asegura que es más barato que el Airbus. Así que el combate suma y sigue, aún con más fuerza, en el futuro. Los siguientes capítulos conforme vayan ocurriendo, como siempre, en Infodefensa.com.

Fotos: Airbus y Boeing