La India, cerca de encargar otros cuatro submarinos Scorpene a Francia
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La India, cerca de encargar otros cuatro submarinos Scorpene a Francia

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Los astilleros franceses DCNS, que están construyendo seis submarinos Scorpene para la India en asociación con Mazagon Dock Limited (MDL), tienen grandes posibilidades de recibir un nuevo encargo del mismo país para el suministro de otros de estos buques. La flota de sumergibles de la armada india incluye actualmente quince unidades, contando nueve de la clase Kilo, de origen soviético; otros cuatro diseñados por la compañía alemana HDW; uno más de propulsión nuclear de la clase Akula que se alquila a Rusia desde 2012 y otro, el INS Arihant, también nuclear, que es el primero de este tipo fabricado en el país, aunque aún está pasando por distintas pruebas de mar antes de comenzar a operar.

Su inventario ha perdido cinco naves en los últimos quince años, en algunos casos por haber completado su ciclo de vida y en otros por su irrecuperabilidad tras algún accidente. Ante esta situación, el afán del país por mantener la operatividad de su arma submarina hace probable el encargo a DCNS de una continuidad en el programa Scorpene indio para dotarse de otros cuatro más, según fuentes conocedoras del asunto recogidas por Indian Express.

El Kalvari, que es el nombre del primer sumergible de la serie de seis Scorpene que ya se están construyendo, dentro del denominado Proyecto 75, salió del muelle de fabricación el pasado abril, como informó Infodefensa.com, y entrará previsiblemente en servicio en septiembre de 2016. Las siguientes cinco unidades se irán incorporando cada nueve meses, hasta completar el lote en 2020, según el calendario estimado. Desde entonces constituirán el núcleo de la fuerza submarina india para las siguientes dos décadas.

Las cuatro primeras unidades serán submarinos totalmente convencionales, mientras que las dos últimas dispondrán de sistemas de propulsión independientes de aire (conocido por las siglas en inglés AIP), lo que les permitirá permanecer bajo el agua durante mucho más tiempo. El programa de estos seis submarinos se estimó en un coste por encima de los 3.500 millones de euros.

El país se embarcó en 1999 en un ambicioso programa para construir 24 nuevos submarinos con los que renovar su flota, de los que el mencionado Kalvari, la primera unidad del primer lote (los seis Scorpene del Proyecto 75), debía haber sido entregada en 2012.

La construcción de estos buques sufrió una serie de retrasos atribuidos a problemas de absorción de las nuevas tecnologías durante el inicio de la ejecución; al retraso en la ampliación de la infraestructura industrial necesaria de los astilleros MDL de Bombay, que es donde se construye; y las dificultades en la contratación por parte de esta empresa de algunos elementos “por su alto costo en comparación con el coste anteriormente indicado”, según señaló, y se hizo eco Infodefensa.com, un comunicado oficial indio anunciando en 2012 el retraso de las entregas.

Antiguo desarrollo conjunto con Navantia

La obtención de un nuevo encargo para construir un segundo lote de cuatro Scorpene, de llevarse a cabo, no conllevará en esta ocasión ingresos para la española Navantia, que estaba asociada a la francesa DCNS cuando se anunció, a finales de 2005, el primer contrato indio para entregar seis naves de este modelo. La carga de trabajo originada entonces supuso a los astilleros españoles unos ingresos de 200 millones de euros.

En el último trimestre de 2010 ambas navales rompieron su acuerdo de colaboración para fabricar y vender submarinos, lo que dejó en manos exclusivas de DCNS la comercialización de los sumergibles Scorpene, tal y como fue recogido en aquel momento por Infodefensa.com.

En su momento DCNS y Navantia vendieron submarinos Scorpène conjuntamente a Chile (dos unidades), Malasia (dos unidades) e India (seis unidades). El acuerdo erigía a DCNS en responsable de la mayor parte de la fabricación (alrededor de un 65 %) mientras que la propiedad intelectual era compartida. Sin embargo las relaciones se tensaron a partir de la decisión por parte de la naval española de desarrollar un modelo propio, el S-80, sin contar con la compañía francesa y apoyándose en empresas y tecnologías de Estados Unidos, en concreto en relación con el sistema de combate que fue adjudicado a la norteamericana Lockheed Martin.

Navantia comenzó a presentar su producto a concursos internacionales, a Turquía, por ejemplo, en competencia con el Scorpène y en oposición a la estrategia que buscaba DCNS.

La situación se complicó mucho más en mayo de 2009 cuando la firma francesa denunció por plagio a Navantia al considerar que la española había copiado elementos del submarino Scorpène, fabricado conjuntamente por ambas sociedades, para desarrollar el S-80.

Imágenes: DCNS



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