Defensa requiere una industria asociada que otorgue a las FAS ventaja operativa y autonomía de acción

(Infodefensa.com) N. Fernández, Madrid – El Ministerio de Defensa requiere de una industria asociada que, alineada con los intereses de la defensa y desde sus capacidades propias, otorgue a las Fuerzas Armadas una ventaja operativa y una autonomía de acción decisivas.

Es una de las conclusiones señaladas en el documento “Propuestas para una Estrategia Industrial de Defensa”, una serie de reflexiones estratégicas sobre industria de defensa que han sido elaboradas por un equipo multidisciplinar de expertos coordinado por la Secretaría de Estado de Defensa.

En el cuarto capítulo del documento, en el que se recogen las conclusiones, se apunta que el Ministerio de Defensa, “al margen de los imperativos de la actual situación financiera, debería, en atención a las lecciones aprendidas alrededor del proceso de modernización de sistemas, revisar en profundidad su política de armamento y material y definir con claridad, frente a terceros, los intereses industriales vinculados a la Defensa Nacional”.

En este marco, en el informe se señala un conjunto de medidas “imprescindibles” para llevar a buen término esta revisión. 

En primer lugar, se indica la necesidad de elaborar y aplicar una estrategia industrial asociada a la política de armamento y material. “La eficacia y eficiencia de la política de armamento y material descansan tanto sobre la actividad de la organización de adquisiciones como sobre el funcionamiento de la base industrial proveedora de material para la defensa”, apuntan.

Por esta razón, se requiere, “siguiendo modelos de países aliados y supliendo una carencia del nuestro, una estrategia de alto nivel realista, asociada a los fines de la política de adquisiciones, que oriente toda actividad institucional con impacto industrial y que defina, bajo parámetros propios de la defensa nacional, los intereses industriales del Ministerio de Defensa”.

Racionalización de la organización de adquisiciones

En el documento también se indica que la organización actual de adquisiciones, “con toda su dispersión”, no resulta la más óptima para definir y gestionar programas complejos ni para hacer valer los intereses industriales de la defensa nacional. Por este motivo, añaden que es “perentorio” que dicha organización evolucione hacia un modelo de cliente único e independiente, “capaz de definir y gestionar inteligentemente un amplio portfolio de programas de obtención muy complejos y en los que se sustancian muchos intereses no necesariamente alineados con los intereses de la defensa nacional”.

Asimismo, se aboga por la reconducción de los programas en curso, ya que “los elementos jurídico-obligacionales y las estructuras industriales sobre las que descansan muchos de los programas en curso o ya conclusos no siempre responden a los intereses nacionales o impiden seriamente su consecución”. Se agrega que la actual configuración de muchos programas “aumenta la dependencia respecto de terceros sobre los que no se consigue ejercer el control soberano que la importancia de los intereses sustanciados alrededor de los grandes programas exigiría”.

Respecto a la necesidad de una industria asociada, el documento recoge que  todo Ministerio de Defensa “requiere de una base industrial que, alineada con los intereses de la defensa y desde sus capacidades propias, otorgue a las Fuerzas Armadas una ventaja operativa y una autonomía de acción decisivas”, al margen de la nacionalidad de las empresas que integren esa base y al margen de la titularidad del accionariado de las mismas.

Por último, el documento recoge una serie de aspectos que caracterizarán “con una alta probabilidad” el periodo que se inicia ahora.

Entre estos aspectos están, por ejemplo, una mayor orientación a capacidades industriales, tecnológicas y empresariales, un acceso directo de la organización de adquisiciones a las autoridades de diseño o una racionalización de las estructuras y los procesos tanto de planeamiento como de obtención.

Además, se caracterizará por una valoración más detallada, en las fases preparatorias de un programa, de los riesgos industriales y tecnológicos de las distintas opciones y alternativas.

Un documento para el debate

El documento “Propuestas para una Estrategia Industrial de la Defensa” se fundamenta en los resultados de anteriores trabajos elaborados por el Ministerio de Defensa, así como en las opiniones de muchos responsables y ex-responsables de la organización de adquisiciones de la defensa y de su base industrial y tecnológica tanto nacional como extranjera.

Además, una parte importante de su contenido lo constituyen las conclusiones de las Jornadas de Política Industrial de la Defensa organizadas desde 2009 por la Secretaría de Estado de Defensa.

Igualmente, se han tenido en consideración iniciativas similares de otros países de nuestro entorno con una amplia tradición en este tipo de documentos.

“El resultado del trabajo, aunque crítico con la realidad en la que opera la política de armamento y material, se aleja de posiciones dogmáticas y se presenta como un documento abierto a la reflexión y al debate, un green paper en la muy extendida terminología anglosajona”, se indica al inicio del documento.

El secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, en una carta-preámbulo, invita a la comunidad de la defensa de España a su lectura detallada. “Háganlo con espíritu crítico y constructivo”, recomienda.

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