Viabilidad, control y responsabilidad compartida, principios de la estrategia industrial de Defensa
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Viabilidad, control y responsabilidad compartida, principios de la estrategia industrial de Defensa

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(Infodefensa.com) N. F., Madrid – La estrategia industrial de la Defensa debe regirse por unos principios de alto nivel que, fundamentados en la realidad, orienten a los principales responsables de la organización de adquisiciones. Estos principios deben ser la viabilidad, la dirección y el control estratégico-industrial, y la responsabilidad compartida.

Así se recoge en el documento  “Propuestas para una Estrategia Industrial de Defensa”, elaborado por un equipo multidisciplinar de expertos coordinado por la Secretaría de Estado de Defensa.

Respecto al principio de viabilidad, el informe indica que pretende “adaptar el modelo de adquisiciones en el que se fundamenta la política de armamento y material a la realidad del complejo e hipercompetitivo entorno en el que opera”.

“Todo sistema de adquisiciones, si se desea que perdure en el tiempo, debe planificar en el largo plazo sus esfuerzos, a fin de que la acumulación de decisiones que se adoptan a través de él no consuma al propio sistema e impida atender los compromisos asumidos, y se pueda mantener adecuadamente lo adquirido o liberar nuevas adquisiciones en el futuro”, se explica en el documento. “No habrá ventaja operativa o competitiva alguna que no se pueda mantener en el tiempo. Ni vale la pena alcanzar ventajas específicas cuyo coste bloquee el conjunto del sistema”, agrega.

Se indica también que la dimensión más obvia de este principio es la financiera y está ligada a la limitación de recursos y la eficiencia en su gestión.

Como posibles medidas a llevar a cabo, el documento apunta la conveniencia de someter los programas de especial importancia a auditorías continuas de naturaleza operativa y financiera, así como ligar efectos jurídicos de reconducción de los programas a los resultados obtenidos.

En cuanto a la dimensión industrial, ligada a la capacitación y la competitividad de las estructuras industriales sobre las que se asientan los programas, los expertos señalan que, en el futuro, la organización de adquisiciones de la defensa debería “atender a las capacidades nacionales ya adquiridas, fomentar capacidades tecnologías críticas -necesariamente en número reducido- y acudir directamente, aumentando el control de cliente y de regulador, a aquellos proveedores del mercado internacional que aporten esos parámetros”.

Mayor control de las adquisiciones

Según el documento, el principio de dirección y control estratégico-institucional propugna “recuperar el núcleo de la actuación administrativa en la gestión indirecta de los recursos que se asignan a la política de armamento y material”.

En este sentido, se recomienda crear un ente único para las adquisiciones de la defensa y, en relación con ello, se resalta “la necesidad de aumentar la visibilidad y el control directo sobre los subcontratistas o, por lo menos, sobre aquellos subcontratos más críticos”.

Se explica que las empresas subcontratistas, muchas de ellas PYMES, “son la clave del progreso y la evolución, ya que son ellas las que, en gran número de ocasiones, aportan las principales innovaciones y desarrollos que se incorporan a los sistemas”.

“Esta realidad choca con la falta de motivación que muestran los principales primes a la hora de fomentar desarrollos en subcontratistas nacionales que puedan acabar convirtiéndose en una alternativa competitiva a los suministradores habituales de los tecnólogos o de los países de referencia del accionariado del prime”, se asegura.

Por último, se apunta que el principio de responsabilidad compartida entre el Ministerio de Defensa y su base industrial proveedora implica esencialmente “cooperación subordinada a los intereses industriales de la defensa nacional y de la política de armamento y material, asunción compartida de los riesgos asociados a los programas, y  ausencia de injerencias en la esfera privativa de cada parte”.



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