El Tratado sobre Comercio de Armas afronta su recta final con dudas importantes

(Infodefensa.com) N. Fernández, Madrid – A pocos días de la próxima y definitiva ronda de negociaciones para lograr la aprobación del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), España aboga por resolver las diferencias en el ámbito europeo y centrarse en las cuestiones claves del texto.

Según han explicado a Infodefensa.com fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores español, “el apoyo de las Naciones Unidas es trascendental para la consecución del Tratado”. Ha sido precisamente en la Asamblea General donde se han tomado las necesarias disposiciones, tanto para la convocatoria de la Conferencia -que se celebrará en la sede de las NNUU en Nueva York, del 18 al 28 de marzo- como para su financiación. La más reciente de las decisiones ha sido la referida a la presidencia de las reuniones de marzo.

En esta ocasión el presidente de la Conferencia no será el embajador argentino que la presidiera en julio pasado, sino el embajador australiano Peter Woolcott, Representante Permanente ante las NNUU y ante la Conferencia de Desarme de Ginebra. España, al igual que la totalidad de la Unión Europea (UE), apoyó su candidatura, que fue también bien recibida por la mayoría los miembros de Naciones Unidas. Woolcott se declaró a favor de un TCA fuerte, equilibrado y efectivo, lo que supuso un punto en común con el resto de la UE.

Por otro lado, el deseo de la Comisión Europea de negociar directamente temas que le atañen –explican desde Exteriores– choca ahora con la opinión de algunos Estados Miembros (EEMM) que, sin cuestionar la capacidad jurídica y legal de la Comisión para negociar aspectos de su exclusiva competencia, consideran muy precipitada la decisión, ya que en la pasada Conferencia de julio el mandato fue otorgado a los 27 para negociar todo el TCA. Entonces, los resultados fueron satisfactorios y se garantizó la coordinación y la coherencia entre la Comisión y los EEMM.

La postura de España ante esta situación, según el Ministerio, es precisamente la de “tratar de que se resuelva el conflicto de mutuo acuerdo para concentrarse así en el fondo de la cuestión, que no es otro que el borrador del texto”. La preocupación de los Estados Miembros es la de garantizar la compatibilidad del texto final con la ley y las políticas de la UE, lo que se ha llamado ‘el acervo comunitario’, para el caso de que no se pueda introducir en el Tratado la comparecencia de una organización internacional como la UE, con voz y voto en el seno de Naciones Unidas, es decir, la introducción de la llamada cláusula RIO (acrónimo inglés de Organizaciones Internacionales Regionales).

Cuestiones claves

Por lo que respecta al debate del texto del TCA, requerirá “de grandes dosis de entendimiento y generosidad” por parte de los representantes de las NNUU, ya que el borrador incluye una serie de artículos claves, considerados por muchos expertos como las “líneas rojas” del tratado, y sobre los que es preciso debatir sosegadamente.

Entre ellos está la “regla de oro”, que es la relativa al respeto de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, y que es rechazada por algunos países asiáticos y árabes, además de Rusia y China. También está la inclusión de la munición en el apartado “ámbito”, recogida en el artículo 2, y a la que se oponen Estados Unidos y posiblemente Rusia. Asimismo, la relación entre el compromiso del tratado y las obligaciones contractuales es otro punto a discutir.

El embajador Woolcott necesitará todo el tiempo puesto a su disposición (del 18 al 28 de marzo) para llevar a cabo su trabajo, ya que, obviamente,  nueve días  de negociación son insuficientes, a menos que las coincidencias sean totales, para atraer al mayor número posible de miembros de las NNUU. Por ello, el presidente de la Conferencia  ha propuesto eliminar los pronunciamientos generales en la sesión inaugural y pide que las delegaciones transmitan éstos por escrito previamente a la inauguración de la Conferencia.