Consecuencias del cambio de gobierno francés para su sector de Defensa

(Infodefensa.com) Por Paul Edouard Martin– (*) Es cierto que los resultados de las últimas elecciones municipales francesas no constituyen, en sí mismos, una sorpresa. Al observar la vida política nacional de los últimos meses y el nivel de popularidad de los miembros del Gobierno, la sanción del Partido Socialista en elecciones intermediarias resultaba inevitable. Aunque no hay que subestimar la importancia de los temas locales en la orientación del voto, las razones de la abstención masiva del electorado de izquierda parecen muy claras.

Más allá de la pérdida de control del partido de François Hollande a nivel de los municipios y de la cooperación inter-comunal, la Unión para un Movimiento Popular (UMP) consigue confortarse en su papel de principal actor de la oposición. En su seno, Jean-François Copé recupera una legitimidad simbólica que, hasta ahora, le faltaba. Por primera vez en su historia, el Frente Nacional (FN) tiene la oportunidad de anclarse localmente a pesar de sus dificultades para encontrar candidatos y cumplir con las reglas de paridad al momento de componer las listas. La constitución de una base de apoyo local es claramente un objetivo de Marine Le Pen y se debe entender en el contexto de su estrategia de normalización de la imagen de su partido tanto en el ámbito ideológico como en el terreno de las competencias necesarias al ejercicio del poder. Sin embargo, al nivel nacional sigue careciendo de apoyos en la administración para constituir una alternativa realista. Dicho esto, su progresión y las consignas de voto de la UMP reflejan la pérdida de credibilidad de la estrategia de frente republicano que permitía, hasta ahora, mantener el FN al margen de la vida política post-electoral francesa.

La principal consecuencia de estos resultados se encuentra en la puesta en marcha del cambio de gobierno que se esperaba ya desde hacía varios meses. No se trata aquí de volver a hacer el listado de los ministros nuevamente en puesto sino de ver en qué medida puede este cambio influir en el sector francés de la defensa.

Sin duda la noticia más importante en este sector es que Jean-Yves le Drian se mantiene en el puesto de Ministro de Defensa. Además de beneficiarse del balance positivo de su acción anterior en la calle Saint-Dominique (Sede del Ministerio de Defensa), sale reforzado del cambio de gobierno. Se dice incluso que F. Hollande –con el cual tiene una proximidad histórica– le propuso el puesto de Jefe del Gobierno, ocasión en la que apoyó a Manuel Valls para este cargo. En un contexto en el cual se busca cumplir con 50 millones de euros de ahorro, estas simpatías en el nivel más alto del Estado pueden resultar determinantes al momento de defender los compromisos de la Ley de Programación Militar 2014-2019. Sus tomas de posiciones responden a las principales preocupaciones de los actores de la defensa. Bien acogido tanto por el sector castrense como por el mundo industrial, le toca ahora, en los próximos meses, avanzar la compleja reforma del sistema Louvois (Logiciel Unique à Vocation Interarmées de la Solde: software único para el pago de los salarios de los militares) y defender la no menos sensible cuestión del presupuesto que descansa sobre negociaciones políticas pero también comerciales. Hasta ahora se desconoce el grado de reforma interna del Ministerio de Defensa. Será una buena indicación de las orientaciones adoptadas por Le Drian para el futuro, especialmente respecto a la cooperación con la administración encargada del comercio exterior.

Otra de las particularidades del nuevo gobierno francés es la presencia de dos ministros en Bercy (Sede del Ministerio de Economía y Finanzas). Así, Michel Sapin está encargado de las finanzas públicas y, por su parte, a Arnaud Montebourg, le corresponde la cartera del Ministerio de Economía. Esta situación plantea -de la misma manera que la disminución del número de ministerios deseada por F. Hollande para obtener un “gobierno de combate”- el desafío del nuevo reparto de direcciones generales en los ministerios. El ejemplo más claro es el del comercio exterior, tradicionalmente vinculado a Bercy. De hecho, su atribución ha sido debatida entre el Ministerio de Economía y el de Asuntos Exteriores, lo que la oposición no ha tardado en calificar de primer fracaso del Gobierno. Si, al final, parece que Laurent Fabius, Ministro de Asuntos exteriores, salió ganador de aquella oposición interna, las críticas no acabaron. En efecto, el nombre que circula para la dirección de este sector administrativo crucial es el de Fleur Pellerin, autora de una declaración muy detallada sobre la dimensión estratégica de Alcatel-Lucent, que ha provocado la ira de varios observadores opinando que, si es cierto que algunos hechos se conocen en círculos de especialistas, no hacía falta por lo tanto una confirmación oficial del Estado.

Finalmente, se puede sacar una conclusión interesante más orientada hacia un análisis de largo plazo de la política francesa en asuntos de defensa. El mantenimiento de J-Y Le Drian en el MINISDEF, fruto directo de los múltiples apoyos que tiene en las Fuerzas Armadas como en el sector industrial de la defensa se puede explicar por mandatos y misiones anteriores. Explicación que, además, se puede extender a varios de los concejales que componen su equipo. Es probable que, entre las personalidades políticas que han sido elegidas en municipios donde se concentran componentes centrales del complejo industrial-militar nacional – y que, como él, consiguen desarrollar una red de contactos personales a nivel local - se encuentren actores del sector para los años que vienen. De hecho en varios casos se trata claramente de una estrategia de carrera para políticos profesionales que han elegido la opción de especializarse en un sector definido. El caso de J-Y Le Drian es muy claro: alcalde de Lorient de 1981 a 1998, presidente del Consejo Regional de Bretaña de 2002 a 2012 y ex-miembro para el Partido Socialista de la Comisión de Defensa en la Asamblea Nacional. Las demás regiones dónde se concentra el sector, como la región PACA (dónde el 20% de la actividad industrial local corresponde a industrias de defensa) y, en otra medida, la región Centro (10%) merecen entonces una atención especial (1).

(*) PAUL EDOUARD MARTIN es licenciado en Ciencias Politicas y Máster en Estrategia, Inteligencia y Gestión del Riesgo por la Universidad de Lille

(1) Cifras CIDEF 2013, excluyendo, por supuesto por sus particularidades a la región Île de France.