Morenés: "El Estado saldrá de Indra cuando la industria de Defensa esté consolidada"

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha indicado que “en el momento en que la industria de defensa tenga un nivel adecuado de consolidación, bien a nivel nacional o integrada a nivel europeo, no tendrá demasiado sentido que el Estado siga en Indra”.

“La participación del Estado en Indra, vía Sepi, se realizó precisamente para proteger a la compañía de la posible entrada de intereses extranjeros y para fomentar desde la propia empresa los movimientos de consolidación industrial”, explica el ministro en una entrevista al diario Expansión. “Realmente, al tener el Ministerio de Defensa los derechos políticos sobre esa participación, los efectos son exactamente los mismos aunque el propietario de las acciones sea la Sepi”, añade el titular de la cartera de Defensa.

Al ser preguntado sobre la posibilidad de que el Estado venda la participación en la multinacional tecnológica antes de finalizar la legislatura, el ministro responde que no, aunque cree que “podrá dejarse bien orientada, y precisamente para eso hemos lanzado los programas de la fragata F-110 y el vehículo 8x8”.

Morenés incide en que el lanzamiento de estos programas, en el que Navantia e Indra trabajarán juntas, se ha realizado “para sentar una doctrina industrial que acabe siendo una práctica”. Añade que, las empresas, para poner en marcha procesos costosos de desarrollo, necesitan tener algo en lo que aplicar esos procesos, y ese algo son los programas de desarrollo de defensa. “Debemos aspirar a desarrollar sistemas enteros, no solo tener capacidades parciales en los programas, sino desarrollos completos que vayan desde el diseño y la concepción del producto a su acabado final”, apunta.

En cuanto a la forma jurídica que vayan a adoptar ambas firmas para cooperar en los programas, el ministro indica que “es una decisión de esas empresas” y agrega que lo que se ha tratado de hacer desde el Ministerio es “proponer una estrategia industrial para consolidar a nivel nacional el sector de la defensa, que todavía está atomizado”, como ya han hecho el resto de los principales países europeos, cada uno con su modelo particular.

“La clave de la eficacia en el sector es estar en el estado del arte de la tecnología, lo que requiere un esfuerzo de inversión muy importante”, apunta Morenés, quien añade que, para financiar esta inversión “en un período económicamente complicado para la defensa”, es fundamental la exportación.

“No es bueno empezar la casa por el tejado. La formulación jurídico-societaria es el final del proceso, no el principio. Lo que el Ministerio ha hecho es definir unas capacidades de la industria de defensa, poner en marcha unos programas, proteger una de las empresas clave e impulsar que un tejido que tiene diferentes partes implicadas en la industria nacional se involucre en dichos programas. Ahora bien, el cómo se tenga que consolidar eso jurídicamente es una cuestión casi cultural y requiere tiempo. Yo tengo prefijado lo que quiero que suceda desde el punto de vista del hecho, no del Derecho. Y el hecho es este: que el producto sea bueno para la defensa nacional y competitivo para la empresa”, afirma el ministro.

Salida de Monzón de Indra

A la pregunta de si las relaciones del ministro con las empresas son más fluidas de cara a esa integración, por ejemplo, con el cambio de presidencia de Indra, Morenés responde que “durante las últimas legislaturas, el Ministerio ha tenido distinto tipo de relaciones con las empresas: relaciones inexistentes, relaciones existentes pero no muy imbricadas, y lo de ahora, que son relaciones encauzadas a un proyecto común con apuesta pública por los programas tecnológicos”. Respecto a lo de Indra, apunta que lo que se ha hecho es “preguntar quién se quiere apuntar a este proyecto, y el que se quiera apuntar estará, y el que no, no estará”.

En este sentido, indica que, “durante un tiempo largo tratamos de que el tema pudiera salir adelante con el liderazgo del señor Monzón, pero él no lo veía”. Añade que, después de un largo camino de reflexión, “decidimos que no era la persona adecuada, la persona que el Gobierno creía que podría sacarlo adelante”, por lo que pusieron a la persona que consideraban que podría hacerlo. “Cuando entramos en Indra no lo hicimos para quitar al señor Monzón, sino para desarrollar este proyecto y para proteger a Indra de la entrada de intereses extranjeros”, concluye.