Ángel Escribano: "Queríamos crecer y para ello necesitamos fabricar nuestro propio producto"
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Ángel Escribano: "Queríamos crecer y para ello necesitamos fabricar nuestro propio producto"

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Escribano es un referente de la industria de Defensa del siglo XXI, capaz de integrarse en un mercado global sin dejar de ser española y con la suficiente sagacidad y flexibilidad como para mirar y amoldarse a lo que ve. Hace tres años, lo que vio esa compañía, la misma que comenzó en un pequeño taller torneando frenos de coche y que ahora fabrica estaciones de armas para todo tipo de plataformas, fue un cambio en el modelo, así que se adaptó, como lo ha hecho siempre.

Al frente de la empresa están los hermanos Ángel y Javier Escribano e Infodefensa.com ha podido hacerse un hueco en su apretada agenda para charlar con Ángel. Nos cita en la fábrica de Escribano, en Alcalá de Henares, donde se acaban de duplicar los 7.000 metros disponibles hasta ahora. No tenemos que esperar mucho. Ángel llega con zapatillas de deporte, un vaquero y un polo. Todo azul. La chaqueta y la corbata solo si lo marca el protocolo. La primera impresión ya lo retrata, tiene una velocidad más que los que lo rodean. Los deja atrás en cada quiebro de la conversación e incluso en sus movimientos cuando se gira hacia nosotros para saludarnos e invitarnos a seguirlo.

Acaba de bajarse un avión cuyo origen es una sonrisa de medio lado y nada más tocar tierra se ha plantado en la factoría para hacer su parte. Nos cita en una sala interior, en la calle el sol es machacón. Entramos en un edificio estilo Google pero serio, sin más juguetes a la vista que su propia tecnología. Administrativos e ingenieros le salen al paso asaltándole con dudas de todo tipo que resuelve sobre la marcha. Todos son jóvenes, él mismo tiene 45 años y es el veterano allí, quitando contadas excepciones que lo acompañan desde hace media vida. Le preguntamos por eso y reconoce que alguna vez le critican que vaya “demasiado rápido”. Él sonríe, “estás teniendo demasiada suerte”, nos dice que le advierten como aviso de lo que puede pasarle. Se encoge de hombros: “Puede ser”, reconoce, “lo que es seguro es que la suerte me ha pillado trabajando”.

Escribano ha pasado de mecanizar piezas a fabricar productos propios ¿es un cambio de modelo de negocio?

No, en absoluto. Escribano tiene una parte importante que es la fabricación de componentes para los grandes del sector y otra que es la inquietud de hacer su propio producto. De hecho, no se ha ido ningún cliente. Es más, los grandes de verdad nos dan más trabajo ahora que antes. Hemos sido siempre proveedores de piezas, por ejemplo, de aviones. Ahora, además, somos contratistas para sistemas que van en el avión siendo nosotros la ingeniería y el fabricante.

¿Qué les empujó a dar este paso?

Los cambios que ha habido en el propio sector. La tendencia nos la marcaron las grandes empresas internacionales, que cogieron sus listas de proveedores, pongamos que tuvieran 1.000 cada uno, y dejaron solo 50 cargándose a los 950 restantes. Nosotros, por tamaño, estábamos entre esos 950 que a partir de ese momento pasaban depender de las 50 elegidas: las Tier 1.

¿No era más seguro quedarse en ese grupo?

Las opciones eran dos: trabajar para el subcontratista que nos imponían o hacerlo directamente para las grandes compañías que estaban introduciendo estos nuevos modelos. Si te mantienes en el grupo de los 950 puedes crecer mucho si un subcontratista principal te da mucho trabajo, pero siempre estarás por debajo, la única manera de adelantarlo es tener tu propio producto. Lo que estaba claro es que iba a haber un cambio y que ese cambio era una oportunidad, así que nos paramos a pesar en ello. Siempre hemos aspirado a lo máximo, supogo que como todo el mundo en su trabajo. Para un periodista entiendo que lo máximo sería dirigir su propio periódico y vender un millón de ejemplares todos los días. Para nosotros igual, lo máximo era fabricar nuestro propio producto y venderlo.

¿Y si el cambio finalmente no cuajaba y el resto del sector no seguía esa tendencia?

Estaba claro que la política que habíamos visto en las empresas más grandes era la correcta respecto a tener un número reducido de proveedores y que eso iba a extenderse a todos los demás. Yo quería ser uno de esos proveedores, un Tier 1, por eso nos planteamos la necesidad de crecer, de apostar por la tecnología, por la ingeniería y por ofrecer un producto más completo. Nos reinventamos e incorporamos las capacidades de ensayo, de compra de material y de integración.

Suena fácil, pero ¿cómo se llega a eso?

Fuimos generando una serie de capacidades determinadas por las propias necesidades del cliente. Una vez que compramos tarjetas electrónicas en el mercado, las ensamblamos, definimos los motores, tuvimos una amplia red de proveedores de esos materiales en el mundo, supimos diseñar esos utillajes y, lo más importante, controlamos los procesos de fabricación. Una vez ahí, la pregunta fue ¿por qué no desarrollo yo mi propio producto? Y de ahí surge la ingeniería.

De ahí y de una inversión importante ¿no?

En el último año y medio hemos invertido 14 millones de euros y nuestro plan es invertir otros 12 millones más de aquí a finales de 2017. En este periodo nuestra estrategia pasa por adquirir empresas y entre eso y el aumento de nuestras capacidades para esa fecha seremos unas 250 personas que, por cierto, son el motor de todo eso, los que hacen posible que crezcamos. De momento hemos duplicado instalaciones, ahora tenemos 14.000 metros cuadrados y hemos incorporado laboratorios, el área de ingeniería, la de I+D, una sala limpia, el área de biomecánica… También hemos adquirido una línea de montaje de tarjetas, SMT, y estamos integrando todas las tecnologías que necesitan nuestros productos dentro de nuestra fábrica.

Ha llamado "motor" a su plantilla.

Si. Es la base de todo. Un orgullo para nosotros. Desde que empezamos con esto la hemos duplicado cada dos años y, si no tenemos más carga de trabajo, es porque no tenemos más personal cualificado.

¿No hay especialistas?

Suena increíble con las cifras de paro que tenemos pero es así. El 50% de los alumnos de los tres centros formativos más grandes de Madrid ya están aquí. Son dos años del módulo de FP de Mecánica y otro más de especialización, en total tres años. Necesitamos técnicos especialistas en fabricación mecánica y en la parte de ingeniería cada vez nos cuesta más encontrar profesionales con los perfiles que necesitamos, sobre todo con experiencia en Defensa, apenas los hay con disponibilidad de incorporación.

¿Cuáles son sus mercados potenciales?

En Europa y EEUU el mercado es básicamente de proveedores mientras que en Latinoamérica y Oriente Próximo, incluso en Asia-Pacífico, esperamos vender nuestros propios sistemas. En las partes más industrializadas es difícil porque hay más empresas como la nuestra y la guerra estaría en quítate tú para ponerme yo. Esa no es nuestra estrategia, tenemos mucha entrada en Oriente y en Latinoamérica donde no tienen nuestras capacidades de producción y donde sí lucharemos con quien sea.

¿La Defensa es la prioridad?

Si, aunque tenemos una sección exclusiva para ingeniería industrial destinada a aplicaciones no militares, como la de biomecánica que enumeré antes.

Foto: Escribano



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