La política de seguridad y defensa de Francia
EDICIÓN
| INFODRON | INFOESPACIAL | MUNDOMILITAR | TV
La Ventana >

La política de seguridad y defensa de Francia

|

Cuatro palabras pueden resumir los objetivos de Francia en relación con su política de seguridad y defensa: soberanía, protección, defensa y respuesta. El contenido del discurso del presidente Macron ante la comunidad de defensa francesa, pronunciado en Tolón el pasado 19 de enero, se puede resumir de esa manera.

La intervención que tradicionalmente pronuncia el Presidente de la República al inicio de cada año, de alguna manera similar a la de nuestra Pascua Militar, tiene en 2018 una significación especial. Es así porque se produce poco antes de la promulgación de la nueva edición de la Ley de Programación Militar para el periodo 2019-2025 y en un contexto europeo ciertamente cambiante.

La ley refleja las conclusiones de la revisión estratégica publicada en octubre pasado. Su nacimiento se remonta a la ley programa 60-1305 de 8 de diciembre de 1960, emitida tan solo dos años y medio de la llegada al poder de De Gaulle tras el golpe del 13 de mayo de 1958 en Argel. Un contexto bien diferente del actual. El repaso de los antecedentes permite apreciar la continuidad y coherencia de los objetivos estratégicos franceses a lo largo del tiempo.

Este año esos objetivos, enunciados por Macron tras la frase de "quiero una Francia fuerte", se enmarcan dentro del compromiso con la OTAN y bajo la premisa de que Francia es, y quiere seguir siendo, el motor militar de Europa. En consecuencia debe disponer de un sistema de defensa fuerte, moderno y potente. Unos adjetivos que tienen muchas implicaciones.

En el horizonte 2030 se plantea un nivel de ambición para Francia, y también para Europa, que permita adaptar las Fuerzas Armadas a los desafíos del terrorismo global y por el retorno de las amenazas estatales de corte clásico. Una adaptación a la que las Fuerzas Armadas están acostumbradas pero que, ahora con mayor razón, debe acompañarse con medidas que permitan la anticipación a las amenazas futuras, con las correspondientes derivadas en equipamiento y tecnología.

De forma coherente con ese nivel de ambición política y con el liderazgo europeo que quiere ejercer Francia, se dedican a Defensa un total de casi 200.000 millones de euros durante el periodo de programación. Un incremento del presupuesto de 1.700 millones anuales hasta 2022, que se duplicaría entre 2023 y 2025. El incremento responde igualmente a la necesidad de alcanzar el compromiso del 2% de PIB según criterios OTAN, al que se llegaría en 2025 si la situación macroeconómica lo permite. El presupuesto actual francés se sitúa en el 1,7% del PIB nacional.

El plano material recibe una atención significativa. Entre otros se consideran prioritarios, y se dotan en consecuencia, el programa Scorpion para el Ejército, la entrega de ocho fragatas Fremm para la 'Royale', y 28 nuevos Rafale para el Ejército del Aire. También es significativo mencionar el énfasis que tanto la intervención presidencial como el contenido de la ley pone en el factor humano. No solo en cuanto al incremento de las retribuciones del personal militar sino en otros gastos como formación, asistencia a veteranos, apoyo a las familias o infraestructura.

Unos planes de equipamiento basados en niveles de esfuerzo económicos coherentes con los objetivos políticos fijados al máximo nivel. Según parece en el futuro más inmediato la defensa europea desfilará al ritmo de 'Le boudin'.



Los comentarios deberán atenerse a las normas de participación. Su incumplimiento podrá ser motivo de expulsión.

Recomendamos


Lo más visto