Eppur si muove
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Eppur si muove

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Tras la constitución de la sociedad gestora del programa 8x8, el Secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares, ha manifestado la intención de firmar en agosto el contrato de producción para la primera fase del programa. Según Olivares los dos primeros demostradores se pondrán a disposición de la administración en junio, para iniciar lo antes posible las pruebas de evaluación operativa. Con ese calendario, y a falta de decidir el suministrador de la torre, los retrasos añadidos al programa por la pandemia podrían ser mitigados, al menos parcialmente.

En el programa S-80 se ha anunciado que la puesta a flote de la primera unidad, prevista para octubre de 2020, se retrasará hasta principios de 2021. Un retraso que no parece significativo en una perspectiva temporal amplia y con visión a largo plazo. Estos dos ejemplos ponen de relieve el esfuerzo que se ha realizado, desde los órganos técnicos del ministerio y desde la industria, para que la pandemia afecte lo menos posible a los programas, especialmente tras la decisión política de paralizar durante algunas semanas la actividad industrial.

Recientemente se han producido en Europa algunos hechos relevantes. En el ámbito de la industria terrestre, Francia y Alemania han decidido iniciar el estudio de arquitectura para el futuro carro de combate europeo por un consorcio formado por Rheinmetall, KMW y Nexter. Su financiación será de 150 millones de euros, a partes iguales entre ambos países, y deberá finalizarse en 20 meses para establecer las bases para el relevo de las flotas Leclerc y Leopardo hacia 2035. Por su parte Suecia, Alemania, Holanda y el Reino Unido han sellado un acuerdo de colaboración para la adquisición de vehículos acorazados que será liderado por Suecia.

En el ámbito aeronáutico, los jefes de Estado Mayor del Aire de los países participantes en el NGWS han acordado criterios operativos comunes para el programa, notablemente en cuanto a interoperabilidad de sistemas y evaluación de la arquitectura del sistema como base para iniciar la fase conceptual por la industria.

Aunque todavía es muy pronto para ver si se han dado los primeros pasos para la construcción de un gigante naval europeo, el acuerdo entre Francia, Italia, Grecia y España para un programa de corbetas, es un paso significativo. Algo se mueve en un sector donde, además, se están produciendo movimientos de reestructuración industrial en algunos países, como Alemania.

Los responsables políticos de Alemania, Holanda, Italia o, especialmente, Francia han manifestado la necesidad de mantener la operatividad militar, garantizar el suministro del equipamiento necesario y estar en condiciones de responder en ambiente Covid ante nuevas crisis. En Francia los presidentes de las asociaciones industriales (Gicat, Gifas y Gican) han mantenido reuniones con los miembros de la comisión de defensa de la asamblea nacional para analizar la situación de la industria. Aunque nuestros vecinos retomaron la actividad industrial a mediados de abril, hay preocupación por el impacto de la parada. La necesidad de mantener el nivel de exportaciones y la situación de 1200 pymes que trabajan en defensa y que soportan la cadena de suministro, son una preocupación especial para los diputados franceses.

A nivel europeo, la propuesta de marco financiero plurianual incluye 8.000 millones de euros para el fondo europeo de defensa en el periodo 2021 a 2027. Cierto es que la cifra supone un recorte sustantivo sobre la previsión inicial, pero es superior a algunas propuestas que pretendían reducirlo a la mitad, incluso antes de que llegase el virus. El camino para su aprobación es todavía largo, pero es un gesto interesante en un entorno ciertamente complejo para la priorización de las políticas públicas, máxime si se tiene en cuenta la previsión de que algunos proyectos de defensa con carácter dual puedan beneficiarse de otros instrumentos comunitarios.

Para las instituciones europeas la defensa no es la prioridad pero sí es una de las prioridades. Esta idea se ha visto reforzada por la carta de intenciones de los responsables de defensa de Francia, Italia, Alemania y, también, España donde plantean el fortalecimiento de la Pesco como marco de referencia para avanzar en la construcción de la defensa común. La carta introduce también la idea de acercar posturas en materia estratégica para responder, de manera más coordinada y con una visión más común, ante las nuevas crisis que, inevitablemente, surgirán en el futuro.

Como dijo Galileo el mundo "eppur si muove". La capacidad de defensa, con sus componentes militar e industrial, no debe ser una víctima colateral de la pandemia.



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