Defensa estrena presupuesto con la necesidad de un nuevo modelo financiero

El Ministerio de Defensa arranca este 2021 con un ligero aumento del presupuesto hasta los 9.411 millones de euros -un 4,5 más que en 2020- que, sin embargo, no alcanza para garantizar el correcto sostenimiento de unas Fuerzas Armadas inmersas en un incierto proceso de modernización como consecuencia de la crisis pandemia del coronavirus y la endémica falta de presupuesto.

Uno de los principales desafíos del departamento que dirige Margarita Robles de cara a este año que acaba de echar a andar es precisamente sentar las bases de un nuevo modelo financiero que permita dotar presupuestariamente las capacidades que reclaman los Ejércitos y la Armada para no quedarse atrás, en un contexto económico desfavorable. Desde hace algunos años, ministros de diferente signo vienen hablando de la necesidad de una Ley de Financiación de las Fuerzas Armadas que no termina de salir y que depende de la voluntad política.

Esa nueva ley parece hoy más necesaria que nunca. Representantes del Ministerio de Defensa han reconocido recientemente que las últimas inversiones han dejado casi sin margen al departamento para financiar nuevos proyectos a través de los Programas Especiales de Modernización (PEA). A esto hay que sumar la falta de recursos para sostenimiento, partida infradotada desde hace años, y la excesiva dependencia de los créditos procedentes del Fondo de Contingencia con los que se financian las misiones en el exterior.

La secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, trasladó en noviembre al Congreso que no habrá dinero para nuevas capacidades hasta 2028, mientras que el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Miguel Ángel Villarroya, alertó de que solo el 51% de las necesidades de mantenimiento de las Fuerzas Armadas se cubren en la actualidad. Por esas mismas fechas, tanto el jefe del Ejército, general Francisco Javier Varela Salas, como el jefe de la Armada, almirante Teodoro López Calderón, coincidieron en que la falta de inversiones avoca a la pérdida de capacidades. Ante este panorama, una nueva ley de financiación se antoja imprescindible de cara al futuro.

El Ministerio de Defensa ha aprobado en los dos últimos años un buen número de programas como el VCR 8x8, la fragata F-110, la modernización de los Chinook, los nuevos helicópteros NH90 o el famoso FCAS, pero cabe recordar también que el Ejército de Tierra, el Ejército del Aire y la Armada tienen otras necesidades, después de una década de recortes, que no pueden demorarse mucho en el tiempo como el proyecto de la Fuerza 2035, la base logística, la renovación de los F-18, la compra de aviones MRTT y de patrulla marítima o la sustitución de los Harrier, entre otras muchas. Programas, estos últimos, pendientes todos de financiación.

Colaboración interministerial y los fondos europeos

A la espera de un escenario financiero más estable y sostenido en el tiempo, Defensa buscará potenciar este año la cooperación con otros ministerios para lanzar nuevos programas y fomentar el acceso de la industria a los fondos europeos. La relación con el Ministerio de Industria es fluida desde hace tiempo a través de los PEA. El objetivo ahora es involucrar a otros departamentos como Ciencia en las fases iniciales de investigación y desarrollo de nuevos sistemas de armas.

Europa será la otra vía de financiación. El fondo de defensa de la Comisión Europea, dotado con 7.000 millones de euros, representa una oportunidad única para las empresas españolas. Defensa también aspira a beneficiarse del mecanismo de recuperación impulsado por la UE para apoyar a los países comunitarios a salir de la crisis del coronavirus. Este mecanismo no prevé inversiones directas en el ámbito militar, pero podría utilizarse para sacar adelante proyectos con un marcado carácter civil como la base logística del Ejército.

La estrecha cooperación entre ministerios deberá permitir a partir del segundo semestre de este año comenzar a materializar los compromisos adquiridos en el acuerdo de julio de 2020 entre el Gobierno español y Airbus. El consorcio europeo confía en que los contratos de los tres aviones MRTT, los cuatro C295 de patrulla marítima y el nuevo lote de helicópteros H-135 se produzcan a partir del verano.

Las misiones en el exterior y la Covid

De cara a 2021, el Ministerio de Defensa dispondrá además de 1.176 millones de euros para financiar las misiones de la Fuerzas Armadas en el exterior. La partida -similar a la de 2020- fue autorizada el pasado mes de diciembre por el Consejo de Ministros.

La principal novedad es el aumento del contingente en la misión de entrenamiento de la Unión Europea en Mali a partir de este mes de enero hasta superar los 500 efectivos y el envío a la capital del país, Bamako, de tres helicópteros NH90 del Ejército de Tierra. Esta operación estará comandada por el general español Fernando Gracia durante el primer semestre. Además, los cazas de combate Eurofighter del Ejército del Aire se desplegarán por primera vez en Rumanía y en la zona del mar Negro, dentro de la misión de la Policía Aérea de la OTAN en la región.

En el nuevo año, el departamento continúa también con la lucha contra el coronavirus, sin saber exactamente hasta cuándo durará esta batalla. El gasto en la primera oleada superó los 40 millones de euros y desde el pasado mes de noviembre, coincidiendo con la segunda oleada, la inversión en equipamiento para hacer frente a la pandemia supera ya los 15 millones, si se tienen en cuenta solo las partidas autorizadas por el Consejo de Ministros.