Rosadilla promete conceder "orientación políticas" a las Fuerzas Armadas uruguayas

01/0/2010 (Infodefensa.com) Montevideo - Luis Rosadilla, que asumió hoy como nuevo ministro de Defensa de Uruguay, afirmó que su máxima prioridad será dotar de "orientación política" a las Fuerzas Armadas y resaltó que es necesario lograr que cuenten con "poder de disuasión" a través de un proceso de modernización.

En declaraciones a la prensa local, Rosadilla, ex guerrillero y hasta ahora diputado del Frente Amplio, confirmó, asimismo, que revisará a fondo las actuales agregadurías militares en el exterior con el objeto de intentar recordar gastos innecesarios, teniendo en cuenta que "la mayoría de los soldados vive en la pobreza".

Rosadilla resaltó que uno de sus principales objetivos de su gestión será dotar a las Fuerzas Armadas de una "misión de defensa" en función de los grandes objetivos del país. "Aquí el sistema político abandonó la defensa, los partidos tradicionales y también la izquierda. Durante mucho tiempo, mientras no hubo visión".

Capacidad de disuasión

"La defensa -agregó- tiene como principal objetivo la preservación de la soberanía. No hay defensa sin capacidad de disuasión. Debemos dotar a las FFAA de esa capacidad y para ello será necesario, por un lado, modernizarlas y por otro diseñar el papel en función de la relación regional. Sin perder autonomía, nuestras Fuerzas Armadas deben operar en forma combinada", y puso como ejemplo lo que pasa en Haití.

En este sentido, el nuevo ministro de Defensa uruguayo resaltó que la modernización de las FFAA "abarcará aspectos políticos, económicos y sociales, además de institucionales, de gestión, de despliegue y de equipamiento".

En declaraciones al diario Brecha, Rosadillo dijo que a partir de ahora el Estado Mayor de la Defensa elaborará, en colaboración con el ministro de Defensa, las políticas que aplicarán los tres ejércitos -Tierra, Armada y Aire- y lo coordinará. "La política inundará todo el Ministerio. Y me propongo aplicar un criterio de consensos".

En pie de igualdad

"Es una transformación cultural donde las Fuerzas Armadas pasa a ser una parte, importante, subordinadas a la política. Por eso el criterio será que, a la hora de tomar decisiones, será necesario debatir", agregó Rosadillo quien dijo que a partir de ahora no habrá tres comandantes y un ministro. "Hay cuatro personas y todos estamos en pie de igualdad para opinar en libertad".

"Prefiero avanzar 60 centímetros con consenso que un metro sin consenso, porque en esta área la ausencia de consenso implica regresar al estadio anterior", enfatizó

El ministro de Defensa dejó claro que trabajar para poner en práctica la recién aprobada Ley de Defensa y que, entre otras cosas, introduce la figura de jefe del Estado Mayor de la Defensa que será un general de cuatro estrellas, y la principal figura dentro de la estructura militar de las Fuerzas Armadas.

Respecto a la dirección política, explicó que se incorporarán militares retirados en cargos de confianza. "Los cargos de confianza comprenden la subsecretaria, las direcciones y los asistentes en salud y social: además quiero jerarquizar políticamente las relaciones exteriores y la prensa y las relaciones públicas".

Inteligencia y agregadurías

Rosadillo resaltó que impulsará una nueva Ley de Inteligencia Militar que se regirá por la "prospectiva" aunque no quiso adelantar más detalles. "No tiene sentido que la producción de inteligencia se reduzca a informes sobre la actividad de personas o grupos de políticos, a información elaborada con base en recortes de prensa".

"La inteligencia -agregó- debe adelantarse, en todos los planos, debe proveer insumos para elaborar políticas en materia climática, por ejemplo o en la información sobre inversiones o inversores, y sobre coyunturas externas, en especial si las defensa se orienta, como es natural, a lineamientos comunes a nivel regional".

Respecto a los 34 agregados militares en el exterior -13 de ellos destinados en Estados Unidos-, el ministro de Defensa consideró que es necesario revisar a fondo sus funciones y cometidos, sobre todo si se tiene en cuenta que cuestan a Uruguay cerca de siete millones de dólares anuales.

"No se trata de recortar por recortar -enfatizó-. Pretendo estudiar cada caso para evaluar sus cometidos y sus rendimientos (...). Es posible que algunas funciones no requieran la presencia permanente de un oficial en el país de destino. Quizás sea más conveniente -por ejemplo en lo que tiene que ver con armamento y material- costear viajes puntuales, cuando lo requieren las gestiones".