El Salvador se posiciona como líder de la iniciativa de Seguridad en Centroamérica

(Infodefensa.com) Por A. López, San Salvador – El Salvador lidera la seguridad regional en Centroamérica, con el acompañamiento de los Estados Unidos, confirmó el presidente Mauricio Funes en su discurso a la nación del segundo año de Gobierno, este 1 de junio; además de realizar otros anuncios de combate a la delincuencia en el país centroamericano.

Para Funes, El Salvador se ha convertido en un líder regional en materia de seguridad, con el apoyo estadounidense y aunque fue una afirmación sin más justificaciones en el contexto de su discurso de segundo año al frente del Poder Ejecutivo, existen hechos concretos al respecto que apoyan lo expresado por el mandatario de izquierda.

Por ejemplo, el presidente Barack Obama, en su visita a mediados de febrero pasado a El Salvador, anunció el desembolso de US$ 200 millones para apoyar labores de seguridad y prevención en Centroamérica, pero, agregó Obama, “confío en el liderazgo del Presidente Funes” para buscar con sus homólogos en la región los proyectos en los que se pueden aplicar estos fondos en específico.

El Salvador ha liderado otras iniciativas regionales, como el regreso de Honduras al escenario de la Organización de Estados Americanos (OEA), ratificada también este 1 de junio en Washington D.C., solo con la abstención de Ecuador.

En este sentido, el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), que aglutina a los países de la región, ha impulsado una estrategia regional de seguridad que necesitará una inversión cercana a los US$ 1.000 millones y que se será discutida con posibles auspiciadores, estos próximos 22 y 23 de junio en ciudad de Guatemala.

El SICA organizó en mayo un encuentro en Madrid con la Unión Europea y otros grupos y organismos, siempre en la búsqueda de financiación; a finales de abril, se organizó, de nuevo en San Salvador, una reunión con los gabinetes de seguridad del istmo con el objetivo de afinar estrategias conjuntas de combate al crimen organizado.

Funes anunció además este 1 de junio un régimen especial de servicio militar sin armas para un total de 5.000 jóvenes en riesgo de ingresar a las pandillas delincuenciales, sobre todo en aquellas comunidades y municipios salvadoreños más expuestos al crimen.

Según confirmó el mandatario en su discurso será para un período de seis meses y serán entrenados en labores de protección civil, es decir asistir a la población en casos de desastres naturales o de otro tipo.

El ministro de la Defensa Nacional, general David Munguía Payés, amplió la naturaleza del novedoso régimen de servicio militar. Se trata de un sugerencia que surgió de las reuniones con los partidos políticos que Funes organizó hace un par de semanas atrás, después que lo solicitó en su discurso del Día del Soldado salvadoreño, el pasado 7 de mayo.

Munguía Payés confirmó que se les pagará un salario como a los soldados normales, que oscila entre US$ 250 y US$ 260 mensuales; en su formación, entre otros elementos, contendrán un módulo de formación en valores y otro de instrucción en oficios, como carpintería, mecánica, entre otros.

“Será una formación diferente pero con toda la disciplina militar, como levantarse a las 4:45 a.m., hacer ejercicio, limpiar las instalaciones militares, recibir instrucción sin armas, etc. Pero un soldado se forma para la defensa nacional y estos jóvenes se formarán para la protección civil”, dijo el ministro.

El general Munguía tampoco descartó que el período de formación y servicio pueda extenderse a uno o dos años, pues de esa manera se puede hacer un proceso que vaya abarcando cada vez a más jóvenes, además que se necesitará de reformas legales, ya que la Constitución salvadoreña solo contempla el servicio militar obligatorio entre las edades de los 18 a los 35 años.

Sin embargo, la ley militar contempla el ingreso de menores de edad, pero hasta los 16 años, como mínimo y con la autorización de los padres. Pero el funcionario recordó que en las zonas en riesgo delincuencial se encuentran jóvenes en peligro de ser reclutados por los grupos criminales en edades muchos menores que pueden oscilar entre los 12, 13, 14 ó 15 años, por lo que Munguía anticipa que será necesario esa reforma legal, pero que existe suficiente voluntad política para que se logre esos cambios.

El jefe militar también consideró que se necesita refuerzo económico para este plan, el cual no especificó a qué monto pudiera ascender, ya que se pudiera necesitar de infraestructura de instalaciones especiales que el Presidente Funes nombró en su discurso como “centros de formación ciudadana”.

“Por el momento estamos pensando en las instalaciones militares con más espacio, para poder arrancar con el proyecto en un máximo de cinco meses. También vamos a tener que contratar a oficiales y suboficiales en condición de retiro para la formación de estos jóvenes, pues no podemos utilizar personal en servicio para este plan, con lo que podríamos descuidar las labores de seguridad encomendadas”, aseguró Munguía Payés.

Lo que se busca, agregó el general, “es que estos jóvenes estén ocupados todo el día, a  las 8:00 p.m., uno ya está cansado en el cuartel, con las actividades y formación de la jornada, y además tendrán turnos nocturnos de seguridad”.

El plan será integral, pues se articulará con otras instituciones del Gobierno salvadoreño, como Seguridad y  Educación, explicó Munguía.

A pesar de los detalles, no hay claridad sobre el proceso de reclutamiento, que pueda ser forzado u opcional, o la identificación de las principales áreas de riesgo, proceso que deberá ser afinado y documentado por el gabinete de Seguridad, opinó Munguía.

El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Carlos Asencio, expresó que es una oportunidad para los jóvenes e inclusive para aquellos pandilleros que busquen honestamente la reinserción social. Asencio también advirtió que la deserción, por ser un régimen de servicio militar, es un delito y es castigado por la ley.

Funes también anunció la incorporación de 1.000 policías más a las calles para labores de seguridad, por medio de un régimen especial de disponibilidad, lo que significa, aunque el Presidente no profundizó en su discurso, una nueva estructuración de horarios de servicio y descanso.