Fin de la guerra militar al crimen en México y nueva estrategia de seguridad
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Fin de la guerra militar al crimen en México y nueva estrategia de seguridad

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(Infodefensa.com) A. López, San Salvador – Con la llegada a la Presidencia de México de Enrique Peña Nieto, desde el pasado 1 de diciembre, se preveía, al menos desde su primer mensaje a la nación y otros discursos, una disminución de la guerra militar frontal contra el crimen y narcotráfico a manos de las fuerzas armadas.

¿Será también la implementación de una nueva estrategia de seguridad, de parte de Peña Nieto? Fue la interrogante en esos primeros días de diciembre y se confirmó hace pocos días.

A partir de la visita del comandante supremo de las fuerzas armadas a su homólogo Barack Obama, en la semana previa a su toma de posesión, a finales de noviembre, se comenzó a delimitar la nueva estrategia que planea dirigir durante su sexenio, en el combate al crimen el tráfico ilícito de drogas.

Según publicó El Mundo de España, el 28 de noviembre anterior, Peña Nieto mostró su interés a Obama por “reordenar las prioridades” de la agenda bilateral con el fin de que los temas de seguridad dejen paso también a los económicos y comerciales.

Ambos líderes coincidieron en señalar que las políticas de cada país influyen en su vecino y por eso mandatario mexicano dejó claro desde el primer momento que su “gran compromiso con los mexicanos” es “la reducción de la violencia” mediante una “nueva estrategia” de seguridad y la construcción de una frontera “moderna y segura”.

Pero subrayó que es “conveniente hacer un replanteamiento” para lograr una Norteamérica “más competitiva, con capacidad de generar un mayor número de empleos, fortalecer la integración y además abrir espacios de mayor relación con Asia".

Obama, que se mostró interesado en visitar México en la primera ocasión que se presente e interesado también en la ambiciosa agenda reformista de su colega mexicano, reconoció que “lo que pasa en México tiene un impacto” en Estados Unidos y por eso coincidió en la apuesta de incrementar las relaciones económicas y comerciales entre ambos países sin dejar de fortalecer la coordinación en la frontera y en la lucha contra el crimen organizado.

Estados Unidos es el principal socio de México en el combate del narcotráfico. En mayo de 2012, el Senado de los Estados Unidos aprobó el presupuesto del Departamento de Estado para operaciones internacionales, dentro del cual se encuentra los fondos del Plan Mérida, que abarca apoyo a México en su lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.

El Plan Mérida es un tratado internacional de seguridad establecido por los Estados Unidos en acuerdo con México y los países de Centroamérica para combatir el narcotráfico y el crimen organizado. El acuerdo fue aceptado por el Congreso de los Estados Unidos y activado por el ex presidente George Bush, el 30 de junio del 2008.

En los últimos años, Mérida se ha enfocado en la cooperación norteamericana con México y se ha desarrollado un programa en particular para el tema centroamericano, denominado como Iniciativa de Seguridad Regional de América Central (Carsi, por sus siglas en inglés).

Se desconoce aún las partidas en específico, pero el presidente Barack Obama pidió en febrero pasado al Congreso 234 millones de dólares para México, de los cuales 199 millones serán para apoyar la lucha antidrogas bajo la Iniciativa Mérida y 35 millones de dólares más, bajo el Fondo de Apoyo Económico (ESF, acrónimo en inglés). Además, la Casa Blanca solicitó por separado 8,5 millones de dólares en entrenamiento militar.

Sin embargo, un subcomité legislativo aprobó también en mayo del año que finaliza la iniciativa de ley para operaciones internacionales que incluye en el año fiscal 2013 al menos 282 millones de dólares bajo la Iniciativa Mérida, 48 millones más de lo pedido por la Casa Blanca.

Los fondos cubren el año fiscal 2013, que inició el 1 de octubre pasado y termina el 30 de septiembre de 2013. Los estadounidenses aún no han precisado de forma oficial el detalle de la cooperación, más allá de la millonaria cifra.

Según se informó, los fondos se enfocarán en el desarrollo de instituciones del Estado de Derecho en México, a través de entrenamiento, asistencia técnica y compras limitadas de equipo.

En cuanto a equipamiento, en el 2011, Estados Unidos transfirió a México al menos cuatro aviones CN-235-300 Persuader (entrega de diciembre de 2011), el último de los cuales fue recibido en mayo pasado; además de helicópteros Black Hawk y Bell 412, aparte de otros equipos militares y de seguridad pública.

Asimismo, la cooperación busca apoyar también a instituciones de justicia criminal, tales como agencias de policía, agencias del ministerio público, aplicación de la judicial y centros penitenciarios.

Pero este tema también ha sido objeto de muchas tensiones, tanto a lo largo de la historia, como en los últimos meses, cuando ha tenido lugar el escándalo de la operación “rápido y furioso” (que toleró el contrabando de armas a México para rastrear a grupos criminales) o el ataque de Tres Marías (policías federales mexicanos que emboscaron a un vehículo diplomático de Estados Unidos perfectamente identificado e hirieron a dos estadounidenses).

Pero en este primer encuentro entre Obama y Peña Nieto, muy protocolario, no tuvieron cabida asuntos espinosos de este tipo, ni tampoco se trató el tema de la legalización de la marihuana, del que sí habló Peña Nieto en una entrevista con la revista Time, en la que dijo que la adopción de esta medida en Washington y Colorado crea "distorsiones" en toda la región, por lo que propuso un debate hemisférico sobre este tema que impacta en toda América Latina.

Siempre en la posible línea de su estrategia de seguridad, Peña Nieto, además de verse con el jefe de la Casa Blanca y antes de viajar a Canadá, se entrevistó también con la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, con los líderes demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi, y el Senado, Harry Reid.

En ese sentido, en el acto de salutación de las fuerzas armadas mexicanas a su comandante supremo, unas horas después de la toma de posesión como Presidente de México, el 1 de diciembre de 2012,  Peña Nieto agradeció la disciplina y la lealtad de los militares y los instruyó, “como comandante supremo a buscar y trabajar por la unión nacional”. Recordó que los militares son los pilares para la estabilidad de la nación y “nuestra nación demanda que juntos vayamos adelante… por un México en paz y próspero”, agregó.

Ha sido una alusión implícita del presidente mexicano, en este primer mes de su mandato, que se podría alejar de la guerra frontal al narcotráfico y crimen organizado que Felipe Calderón, su antecesor, declaró con el apoyo de las fuerzas armadas, durante los seis años anteriores.

De hecho, durante el periodo de transición, Peña Nieto anunció que modificaría la estrategia que implementó el ex presidente Felipe Calderón en diciembre de 2006, para pasar de un programa punitivo a uno de prevención del delito.

El 3 de diciembre pasado, Peña Nieto reiteró que tendría una nueva estrategia de seguridad, pero manifestó ante miembros de las fuerzas armadas que en tanto esta no estuviera en marcha, ellos seguirían en las calles.

Al inicio de su gobierno, en 2006, Felipe Calderón ordenó iniciar la Operación Conjunta Michoacán, en la que 6.000 elementos del Ejército, Fuerza Aérea y Policía Federal participaron en labores para combatir al crimen organizado.

Este fue el primero de varios operativos encabezados por las fuerzas armadas que ordenó el ex presidente en territorio nacional y que contó con la participación del Ejército, la Marina, la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) y las secretarías de Seguridad Pública y de Hacienda, para perseguir los recursos de origen ilícito y lavado de dinero.

Al terminar el sexenio de Calderón, las fuerzas federales participaban en 13 operativos contra el crimen organizado en Aguascalientes; Quintana Roo; Chiapas, Campeche y Tabasco; Chihuahua; Culiacán-Navolato-Sinaloa; Guerrero; la región de la laguna en Saltillo-Torreón y en Coahuila; Gómez Palacio en Durango; Michoacán; en Monterrey, Nuevo León; San Luis Potosí; Tamaulipas; Tijuana, Baja California y uno más en Veracruz.

De hecho, a mediados de este diciembre, de acuerdo con América Economía, el Gobierno de México anunció una nueva estrategia de seguridad pública con seis líneas de acción, entre las que destaca la creación de una Gendarmería Nacional con unos 10.000 elementos de arranque (algo parecido a la Guardia Nacional en Estados Unidos) y el fortalecimiento de los derechos humanos.

De acuerdo con la información del periódico mexicano Excélsior, funcionarios del gobierno federal revelaron que esta nueva corporación se nutrirá inicialmente de 30.000 militares, por una convocatoria que será lanzada en 2013.

También el próximo año, comenzará la capacitación en seguridad pública y el combate urbano de quienes integrarán la Gendarmería.

Según los funcionarios que pertenecen al área de seguridad del nuevo gobierno federal, en el proyecto de reforma y combate a la inseguridad se tiene proyectado que el presidente Peña Nieto ordene en 2015 el regreso paulatino de las tropas del Ejército a sus cuarteles.

El retiro gradual de los militares se realizará en aquellas plazas consideradas con un alto índice delictivo, donde el Ejército tiene firmado un convenio de colaboración con el gobierno estatal.

Está programado que la Gendarmería opere primeramente en Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Durango, Coahuila, Guerrero y Morelos.

Peña Nieto, al participar en la clausura de la segunda reunión extraordinaria del denominado Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP) -integrado por varios ministerios- dijo que en el nuevo plan se revisará también la figura del arraigo (detención preventiva) y se fortalecerá a la PGR.

Este nuevo plan cambia en su totalidad la estrategia del ahora ex presidente Felipe Calderón, quien sacó al Ejército a las calles para combatir al crimen organizado, con saldo de más de 60.000 muertos en el sexenio previo.

Además, según CNN México, durante su participación en la sesión del Consejo, el secretario de Gobernación de México (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, confirmó que la estrategia de seguridad dividirá en cinco regiones al país y que la base fundamental de la estrategia de seguridad del presidente Nieto será la coordinación.

Los gobernadores del país apoyaron la regionalización de la estrategia. A nombre del jefe de Gobierno del D.F. y de otros 31 gobernadores,  César Duarte, de Chihuahua, aseguró que con esto se podrán puntualizar las fortalezas y atender las debilidades en la materia que tienen las entidades.



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