Contralmirante Núñez Rodríguez, jefe Estado Mayor: "La Armada del Uruguay necesita ser replanteada en estructura y capacidades"
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Contralmirante Núñez Rodríguez, jefe Estado Mayor: "La Armada del Uruguay necesita ser replanteada en estructura y capacidades"

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(Infodefensa.com) Gabriel Porfilio, Montevideo –  La Armada Nacional del Uruguay adelanta un proceso de cambios que busca, en una primera etapa, fortalecer el apoyo logístico, para luego seguir con la modernización de los medios, señala el contralmirante Daniel Héctor Núñez Rodríguez, jefe del Estado Mayor General de la Armada de ese país suramericano, en entrevista con Infodefensa.com.

El almirante Núñez Rodríguez expone, al detalle, los distintos planes que adelanta la Armada uruguaya en sus distintos componentes, Flota, Infantería de Marina, Aviación Naval, Prefectura Naval, así como, en lo referente a organización, educación, personal, infraestructura, logística, industria naval  y a aspectos doctrinarios y estratégicos.

La Armada Nacional se encuentra en un proceso transicional, intentando dejar su base en el puerto de Montevideo para trasladarse a su base en el Cerro de Montevideo ¿En qué fase se encuentra el proceso y existe una idea clara de cuando se podrá concretar el traslado definitivo?

Comprometida en el marco de la nueva estructura de defensa, la Armada Nacional (AROU) necesita ser replanteada en sus misiones, estructura, despliegue y capacidades. Este nuevo enfoque no está de manera alguna disociado de los esfuerzos que el Estado Mayor de la Defensa (ESMADE) está llevando a cabo y que indudablemente nacen de un profundo análisis que nos permite “ver” el mundo, la región y nuestros propios intereses de una manera encadenada e integral.

Paralelamente, la Visión del Comandante de la Armada inserta en el Plan General de la Armada determinó: “Se hace necesario producir un cambio, … se llevará a cabo un redimensionamiento, … priorizando, fusionando, desactivando, replegando … con el fin de que el apoyo logístico pueda concentrarse al máximo, evitando esfuerzos innecesarios que tiendan a la dispersión de los recursos”.  Esta significaría una primera etapa seguida por otra que incluye la modernización de los medios que nos permitirá alcanzar las capacidades necesarias.

De esta forma, los cuatro primeros esfuerzos enunciados en la Decisión fueron: el Redimensionamiento de la Armada, la Concentración de los esfuerzos logísticos en apoyo a los dos GGMM de línea, el Comando de la Flota (COMFLO) y la Prefectura Naval (PRENA) y el Liderazgo centrado en Valores  y la Redistribución y Concentración de las unidades terrestres. Como se aprecia, la AROU se embarcó no sólo en una reestructura organizativa, sino también en un cambio de gestión y en un proceso de planificación estratégica como no había vivido, al menos, en los últimos 30 años.

Los actuales requerimientos operativos así como las condicionantes presupuestales y de personal, determinaron que se adoptaran medidas para optimizar la utilización de sus recursos. Ello implicó la necesidad de establecer un Plan Maestro para la redistribución de unidades que hoy están dispersas en el departamento de Montevideo, a efectos de concentrarlas en tres Áreas Navales: Área Naval Comando de la Armada (ANCAR), Área Naval Cerro – Punta Lobos (ANACE) y Área Naval Miramar - Carrasco (ANAMI). La consolidación de estas tres Áreas Navales será un proceso que llevará tiempo; el Plan permitirá su ejecución por fases. Habrá unidades que podrán relocalizarse en dichas áreas en un relativo corto plazo, mientras otras, podrán hacerlo una vez se cumplan otras instancias, como ser la enajenación de inmuebles; ó en el caso de las unidades flotantes, hoy surtas en el Área Naval del Puerto (ANAPU), una vez se disponga de infraestructura marítima en ANACE. Las Áreas Navales tendrán funciones básicas, a saber: (a) ANCAR como Comando General; (b) ANACE como Base Naval Principal, y, (c ) ANAMI como Campus Educativo Naval. Pese a existir una concentración obvia en Montevideo, la  AROU poseerá además dos bases navales secundarias: La Paloma – Rocha y Fray Bentos – Río Negro.

El velero escuela Capitán Miranda finalmente será reparado ¿esta reparación permitirá dejarlo operativo en el largo plazo o es una solución a corto/mediano plazo?

La reparación del VE Capitán Miranda constituye uno de los dos esfuerzos que la Armada realiza sobre el futuro de su capacidad para entrenamiento en la mar de sus guardiamarinas.

El otro esfuerzo está constituido por la construcción de una nave, con similares características, que lo sustituya. Con respecto a esta reparación mayor, el objetivo de la misma radica en la extensión de la vida útil de este buque por un periodo de cinco años como mínimo.

La División Escolta, espina medular de la Armada y por ende la División más poderosa, cuenta hoy en día únicamente con dos buques de guerra adquiridos a Portugal (en su momento se informó que eran una solución ‘stop gap’ hasta que aparecieran buques más capaces dentro de las posibilidades de la Armada) que están al borde de su vida útil y un buque de abastecimiento/comando y control, adquirido a Alemania. Mucho se habló (inclusive a nivel oficial) de negociaciones con Alemania para la adquisición de dos fragatas clase Bremen o un buque cutter ex USCG clase Hamilton ¿Qué hay de cierto y que perspectivas ve Ud. a corto/mediano plazo para la sustitución de los buques clase Joao Belo?

La segunda etapa del cambio, la modernización de los medios navales y aéreos, va directamente ligada a partidas específicas del presupuesto nacional, no así a la gestión e infraestructura que ya planteamos, que si bien necesitan de los recursos financieros para desarrollarse, pueden encararse, en parte, con el presupuesto anual de la Institución. El Comando de la Armada continúa la política comenzada en 2011 y apunta a hacer entender a los decisores políticos que como correlato de los esfuerzos del gobierno por el impulso que le ha dado a los asuntos del mar, el futuro de la AROU es ahora.

La Visión de la Armada nos permitió avanzar en “pensar la Armada”, es decir, capacidades y consiguientemente medios. La primera etapa del proceso de cambio involucra los alistamientos: moral (conducción y gerenciamiento) y conceptual (doctrina, organización y despliegue), ahora, en la segunda etapa, se requiere mayoritariamente del alistamiento físico (personal, material y logística).

Los dos Patrulleros de Alta Mar (PAM), las dos aeronaves de patrulla marítima, el sistema de sensores costeros, tres helicópteros navales multipropósito y el aumento de la cantidad de guardacostas del litoral, componen el primer esfuerzo de modernización en un claro objetivo primario de alcanzar “el buen orden” en el mar.

En tal sentido, en el próximo mes de febrero una delegación de la AROU se trasladará a Portugal para iniciar conversaciones en torno a la posibilidad de construir dos NPO similares a la clase Viana do Castelo, y en el mes de enero (2013) arribará el recientemente adquirido segundo Beechcraft B200 T, donde se le incorporará el equipo de comunicaciones HF restante.

En este rumbo, el propio ministro de Defensa Nacional Sr. Fernández Huidobro, ha manifestado la imperiosa necesidad de adquirir un sistema de vigilancia costero que reemplace a la vieja cadena de radares que poseía la Armada desde inicios de los 80. El ESMADE está encargado de su estudio inicial.

Los PAM permiten mantenernos en el mar por 25 días, incorporando dos la Armada asegura una elevada presencia (300 días al año), gran autonomía, poca tripulación y bajísimo costo logístico. Nos permitirían una casi continua vigilancia física del frente marítimo, la ZEE toda y la próxima extensión de la jurisdicción hasta las 350 millas náuticas de plataforma continental. Obviamente la cantidad de naves tiene mucho que ver con el presupuesto que se tiene y no con lo ideal.

Se mantiene nuestra necesidad de presencia en el Atlántico Sudoccidental, como hasta ahora, con naves que reemplacen a los buques clase Joao Belo. Encarar este desafío es posterior a lograr la incorporación de los PAM. Nuestra posición estratégica en el Atlántico Sur demanda, además de la defensa de nuestra soberanía, una presencia del pabellón contribuyendo con los Estados de la región sudatlántica en la seguridad cooperativa de esta parte del océano y cumplir además con los compromisos internacionales suscritos por la República; esto nos obliga a mantener unidades de combate de alta mar.

El segundo esfuerzo lo componen: el buque científico – antártico que nos permite desarrollar la capacidad de investigación y logística, propias de las necesidades de la Institución, y colaborar con los esfuerzos del Instituto Antártico, de la ANCAP y de la UdelaR, entre otros; los balizadores Sirius y Orión (próximo a botar) que nos permiten mantener el balizamiento de los canales y accesos a puertos del río de la Plata y del río Uruguay; y las unidades que atienden los aspectos de la guerra naval, como los minadores que nos permiten mantener abiertos los corredores de tránsito marítimo en el río de la Plata y en el acceso a puertos nacionales o amigos del área focal y las lanchas rápidas de ataque para ejercer la soberanía en las aguas de este “mar semi-cerrado” que es el Río de la Plata.

Cualquier decisión debe permitir contar con una AROU balanceada. Hacer más, o tratar buenamente de hacer todo, no es hacerlo bien e irá en desmedro de nuestra credibilidad organizacional.

En la medida que se aumentan las responsabilidades de la Armada ¿cuál es el panorama a nivel de personal? ¿Se planea un aumento en la cantidad de efectivos afectados al servicio?

El personal es el factor estratégico más importante para la AROU. Los recientes presupuestos han disminuido la dotación de la Armada encima de un 10%. Por tanto la institución naval está priorizando calidad sobre cantidad lo que la lleva en procura de aumentar la profesionalización de hombres y mujeres mediante una mayor capacitación, probabilidades de ascensos y ciertas compensaciones monetarias para aquellos que cumplen funciones esenciales y críticas.

En tal sentido, se ha dado el primer paso en la implantación de un modelo plenamente profesional para su Personal Subalterno. El modelo pretende hacer un uso más racional de los recursos humanos, aprovechando durante un mayor tiempo la experiencia profesional adquirida, adecuando las edades del personal a las misiones que van a desarrollar garantizando una vinculación  con la Institución más prolongada, incidiendo en la estabilidad y eficacia del sistema y mejorando sus expectativas personales.

Se establecerá un nuevo sistema de reclutamiento y capacitación cuya finalidad es consolidar la plena profesionalización. Esto fortalecerá el cuerpo de Clases y Suboficiales y su vez ofrecerá la posibilidad de optar, dentro de un abanico de alternativas de capacitación técnica, una opción ocupacional profesional de calidad. Los cambios que se sugieren están orientados a la mejora de los niveles de modernización, eficiencia y cualificación de la capacitación.

Encuadrada en el concepto de Formación Técnica Profesional dentro de la Educación Media Superior, la AROU quiere rediseñar una carrera profesional adecuada a sus necesidades. Es precisamente en este contexto, que un esfuerzo educativo gradual podría llegar a concretar, en pocos años, el reconocimiento oficial de una o más tecnicaturas navales para nuestros suboficiales.

Fotos: Armada de Uruguay



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