La Fuerza Nacional de Seguridad de Brasil es atacada a tiros por narcotraficantes

Un vehículo de la Fuerza Nacional de Seguridad de Brasil, conformada por policías y bomberos militares de todo el país, fue atacado a tiros con fusiles de asalto el pasado 10 de agosto, en una comunidad próxima a Línea Amarilla, Río de Janeiro.

Cuando entraron por engaño en una localidad conocida como Boca del Papá, en Vila de João, Zona Norte del Río, los agentes se enfrentaron traficantes de droga, fuertemente armados, que abrieron fuego. Como resultado, tres policías militares que iban a bordo del vehículo fueron alcanzados por las balas resultando heridos, algunos de gravedad.

Luego del ataque, tropas cercaron toda la comunidad y los accesos a la Favela da Maré y la región de la Ilha do Fundão y tiradores de elite del Ejército tomaron posiciones en la Favela do Timbau, en la misma región. Además, fueron desplegados en el lugar efectivos de las Fuerzas Especiales de la Policía Militar, Policía Federal, Policía Rodoviária Federal y del Ejército. Hubo barridos en la comunidad hechas por la Policía Federal y por el `Batallón de Operaciones Especiales´, según informó el Ministerio de Justicia.

La presión por una reacción armada dentro de la comunidad en plena realización de los Juegos Olímpicos Río 2016 fue contenida a duras penas finalmente. Fue justamente el desconocimiento del terreno de aquella región lo que provocó el tiroteo entre traficantes y la Fuerza Nacional de Seguridad.

No es la primera vez

Hace 24 años, dos agentes de la Policía Federal (Henrique Guilherme y Marcos Vinicius Ramos de Araújo) que participaban en el operativo de seguridad de la Conferencia Internacional Eco-92 fueron brutalmente asesinados en junio de 1992 en la favela Roquete Pinto, en Ramos (zona norte de Rio), próximo a un punto de venta de drogas localizado a cerca de 2,5 km del lugar donde ahora los efectivos de la Fuerza Nacional de Seguridad fueron abaleados.

Con la muerte de los dos agentes, la Polícia Federal invadió la favela y mató a dos traficantes supuestamente involucrados con el asesinato de los federales.

Fusiles de asalto para todos los gustos

Fusiles de asalto se hicieron parte del ambiente de Río de Janeiro. Estas armas de guerra son usadas indiscriminadamente entre facciones criminales, contra fuerzas de seguridad del Estado y contra la población civil, y no hay sensacionalismo alguno en esa afirmación, pues ella está basada en números suministrados por la propia Policía Militar do Estado Rio de Janeiro (PMERJ).

Solamente en el período comprendido entre enero y julio de 2016, fueron aprendidos o capturados en el área urbana de Grande Rio más de 160 fusiles de asalto, principalmente Armalite AR-15 (60) y Kalashnikov AK (40), además de FN FAL Para y H&K G-3, calibre 7,62x51 mm y Mini-Ruger calibre .30.

Estas armas llegan al país contrabandeadas por las fronteras con Bolivia, Colombia y, especialmente, Paraguay. Para combatir esas prácticas, el Ejército Brasileiro está implementando, comenzando por el centro-oeste (frontera con Bolivia), el Sistema de Vigilancia y Monitoramiento de Fronteras (SISFRON), destinado justamente a proveer vigilancia ininterrumpida de una extensa faja usando sensores, radares, aeronaves remotamente tripuladas, globos cautivos, tropas especialmente equipadas y medios sofisticados de comunicaciones e informática.

El SISFRON se encuentra actualmente concluyendo la implementación de la fase piloto, pero recortes presupuestarios y retrasos en los pagos del material contratado aumentaron en dos años los plazos para el término de esa fase.

Los recursos para la continuación del programa están siendo objeto de discusiones en Brasilia, más hasta el momento poco se sabe sobre el PLO 2017 en terminos de inversiones para el Ministerio de Defesa y las Fuerzas Armadas

Fotos: Agencia Brasil, Ministério da Justiça