MOOTW en Río
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MOOTW en Río

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(Especial Ceeag para Infodefensa) En una nueva etapa de la crisis de seguridad que afecta a Brasil y en particular a la ciudad de Río de Janeiro, el presidente de ese país, Michel Temer, ha autorizado una operación militar a gran escala, con el objetivo de lograr el control de la ciudad y repetir los niveles alcanzados durante la celebración de los Juegos Olímpicos del 2016. Lo anterior, responde a una solicitud del gobernador del Estado de Río de Janeiro tras la oleada de violencia desatada durante y con posterioridad al Carnaval de Río.

Para tal efecto se ha creado un mando centralizado que enfrente el problema, encabezado por el general del Ejército Walter Souza Braga Netto, jefe del Comando Militar Este, que fue largamente elogiado por su coordinación en la seguridad de los Juegos Olímpicos Río 2016.

El presidente Temer ha catalogado la situación de violencia como un “cáncer” donde el crimen organizado mantiene alto nivel de control en la ciudad. Según declaró el mandatario, aseverando que la situación requería medidas extremas como las impulsadas por el decreto presidencial: “el Gobierno dará duras y firmes respuestas, tomando todas las medidas necesarias para erradicar el crimen organizado”. La decisión fue tomada tras hechos de violencia que produjeron la muerte de numerosos policías y el asalto de bandas armadas a turistas en forma reiterada.

Se ha sostenido que una de las causas de la crisis de seguridad son las dificultades económicas que han afectado al Brasil los últimos años, obligando a las autoridades locales a reducir el presupuesto de las policías y órganos de seguridad. Dicha situación, si bien puede influir, no agota el origen del problema ocasionado en gran medida por la falta de una respuesta adecuada en el tiempo por parte de los diferentes órganos del Estado encargados de la seguridad pública, que tiene como efectos un aumento de los homicidios en un 25% desde el año 2015 hasta la fecha.

La designación de un general de Ejército demuestra la necesidad del Estado brasileño de satisfacer un requerimiento creciente de seguridad, cuya carencia amenaza gravemente la paz social. La insuficiencia se justifica en el alto poder de fuego de las organizaciones criminales, sus abundantes fuentes de financiamiento y su cada vez más sofisticada organización, lo que implica una respuesta contundente por parte del Estado. A eso se suma la falta de una reacción adecuada de los diferentes órganos del Estado.

El hecho de que el Ejército asuma este desafío de una operación militar distinta a la guerra (MOOTW, por sus siglas en inglés) implica que requiere de un adecuado resguardo jurídico y consenso político para la realización de sus acciones de control del orden. Es necesario destacar que esta operación requiere la autorización del Congreso y que considera que el mando militar supervigile las acciones de la policía. La situación de recurrencia a la acción de las Fuerzas Armadas en crisis de seguridad hacen reflexionar que el rol de estas se está ampliando por razones de Estado, no sólo en Brasil sino que en varios países de Latinoamérica, configurando una tendencia creciente en la región.

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