Argentina reanuda los vuelos de sus dos únicos Saab 340B

Los dos únicos Saab 340B que continúan operativos en Argentina reanudaron este lunes los vuelos. La Fuerza Aérea desmintió que su paralización hace unos días se debiese a una plaga de ratas, como se especuló inicialmente, y defendió que el motivo fueron meras “cuestiones técnicas”.

En un comunicado oficial, Líneas Aéreas del Estado (LADE), la compañía dependiente de la Fuerza Aérea y el Ministerio de Defensa que actualmente utiliza las dos aeronaves, señaló que la cancelación del servicio “no se debió a la existencia de roedores o cualquier otro tipo de plagas que pudieran afectar el normal funcionamiento de los vuelos programados”.

“La programación de los vuelos se vio afectada en función de dar cumplimiento a una inspección conforme a las regulaciones aeronáuticas vigentes”, agrega el texto, en el que se destaca que los pasajeros fueron notificados “en tiempo y forma” de la suspensión del servicio para evitar “mayores inconvenientes”, quedando a cargo de LADE “el costo que esto hubiera ocasionado”.

La aerolínea estatal es la que que actualmente opera los Saab para vuelos entre las ciudades patagónicas de Río Grande, Río Gallegos y Comodoro Rivadavia. La finalidad de LADE es unir pequeñas localidades con los centros de mayor densidad poblacional, recorridos que en el sur del país no realizan las aerolíneas comerciales.

Fundamentales desde hace nueve años

La Fuerza Aérea incorporó estos Saab en 2009, como publicó entonces Infodefensa. De esta forma, se quedó con cuatro de este modelo, pero hacía tiempo que solo dos de ellos permanecían operativos. La noticia de una baja de duración indefinida, con la posibilidad de que fuese permanente, era un duro golpe para una fuerza que afronta una falta de inversión notable en nuevo material y el creciente mal estado del actual.

Por ese motivo, saltó una fuerte alarma en los medios del país cuando se filtró, erróneamente, que el personal de LADE había encontrado virutas, cables mordisqueados y restos de excrementos, confirmando así la existencia de una plaga de ratas que finalmente, según las fuentes oficiales, no existió.