Ataques en Irán y la escalada en Oriente Próximo

(Especial Ceeag para Infodefensa) El pasado 22 de septiembre, en la ciudad de Ahvaz, Irán, y durante un desfile militar, se perpetró un atentado que ocasionó la muerte de al menos 25 personas, entre ellas 12 miembros de la Guardia Revolucionaria. El grupo antigubernamental Resistencia Nacional Ahvaz y el autodenominado Estado Islámico (ISIS) se atribuyeron el ataque. No obstante, el líder supremo, Ali Jameneí, incriminó a los aliados de Estados Unidos por lo ocurrido. A su vez, Teherán amenazó con un severo castigo a quienes hayan apoyado el ataque, haciendo referencia a Riad y a Washington. Previamente, el mandatario iraní, Hasan Rohaní, aseguró que su país no abandonaría su programa de misiles y que, incluso, aumentará su poder defensivo. A esto, se suma la salida del Acuerdo Nuclear de EEUU y la reimposición de sanciones, desde el mes de agosto, que han afectado la economía y la capacidad de defensa de Irán.

Los hechos reflejan el tenso escenario que se ha vivido durante este año en Medio Oriente (por Próximo Oriente). Las rivalidades entre Irán y Arabia Saudita e Israel persisten. Ese es el gran conflicto de la región y del cual se desprende la crisis en Siria, la guerra de Yemen, los conflictos internos en el Líbano y las disputas de los países del Golfo con Qatar.

Ante las pretensiones nucleares de Irán, la comunidad internacional se ve expuesta a una inseguridad global. A su vez, Estados Unidos mantiene una postura firme frente a una posible expansión de Teherán en la región, lo que podría justificar su presencia en el territorio y un mayor apoyo a las otras potencias rivales de Irán.

El mercado de los hidrocarburos es especialmente sensible a esta situación, lo que alienta la inestabilidad mundial sumada a las disputas comerciales y estratégicas de China y Estados Unidos. Otro aspecto que influye en el conflicto es la presencia rusa y turca en la región.

Rusia ha sido vital para la supervivencia del régimen sirio, con ataques aéreos y el empleo de tropas en dicho territorio. Situación que comienza a afectar los equilibrios regionales. En los últimos días, en uno de los varios ataques israelíes a fuerzas sirias e iraníes fue derribado un avión ruso. Rusia acusa a Israel del ataque. Por su parte, las fuerzas de defensa israelíes (FDI) han señalado que este suceso fue producto de fuego amigo de fuerzas sirias. Lo cierto es que la situación se ha traducido en el argumento perfecto para que los rusos aumenten su presencia en Siria y asuman un rol más activo en las operaciones militares contra los enemigos de Bashar Al Assad.

Moscú, después del incidente, ha señalado que reforzará la defensa anti aérea siria con la instalación de misiles S-300 y una fuerza permanente, con un comando en la región, lo que implica una presencia rusa cada vez más consolidada en el área y que no guarda relación con el conflicto en Siria.

Así mismo, Turquía señala abiertamente que seguirá comprando petróleo iraní, evadiendo las sanciones norteamericanas, lo que demuestra el alejamiento de Ankara de Washington y complejiza la planificación de la Casa Blanca para debilitar a Teherán.

En definitiva y, después de lo señalado por el mandatario norteamericano y el iraní, en la 73° Asamblea ordinaria de las Naciones Unidas, más lo ocurrido en la región las últimas semanas, queda de manifiesto que el conflicto se encuentra en una fase expansiva que genera una gran inestabilidad e incertidumbre no solo para la situación regional, sino que además para Europa y Asia.

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