La defensa de Europa
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La defensa de Europa

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(Especial Ceeag para Infodefensa) El presidente de Francia, Emmanuel Macron, apeló a la creación de un “auténtico ejército europeo” en pos de una defensa independiente de la participación de Estados Unidos. Esta iniciativa ha sido apoyada por el líder de los liberales europeos (la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa, ALDE) y por Alemania.

Como antecedente se encuentra la Iniciativa Europea de Intervención (IEI) de Macron, mecanismo de cooperación europea en materia de defensa. Los países signatarios son Alemania, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Estonia, Francia, Portugal, España y Reino Unido. De acuerdo al gobierno francés, este proyecto busca una cooperación entre los países para reaccionar juntos fuera del marco de la OTAN y de la Unión Europea.

La concepción de una autonomía militar basada en una independencia política de Francia no es nueva. Ha sido una constante en la estrategia francesa desde el siglo XIV. Ya desde la presidencia del general De Gaulle, Paris buscaba mantener una propuesta propia, con independencia de sus aliados occidentales, cimentado en un poder nuclear autónomo. Es desde esa situación que se debe entender su constante conflicto con la OTAN, alianza de la que sale de su mando integrado en el año 1966, para regresar sólo a partir del año 2009. Sin embargo, Paris es consciente que de dicha autonomía es insostenible de manera absoluta. Desde su derrota en la guerra franco prusiana (1870) no visualiza una estrategia en solitario, salvo en temas vinculados con sus antiguas colonias, según lo señala Bruno Colson.

Es desde esta perspectiva que debe entenderse esta iniciativa del presidente Macron, pero ahora desde una visión continental, teniendo en cuenta que Francia posee las fuerzas armadas más grandes y poderosas de la Unión Europea e incorporando al Reino Unido, país que le sigue en poderío militar y con intereses estratégicos compartidos. Esta nueva propuesta es aún más radical que el eurocuerpo, fuerza de acción rápida

fundada por Alemania y Francia al cual se sumaron otras tres naciones europeas, por cuanto la concepción de éste se encuentra supeditada a la OTAN y la Unión Europea, cuestión que no sucedería en este caso.

La visión de una fuerza independiente de la OTAN surge en un momento en que la Casa Blanca está exigiendo una mayor colaboración de sus aliados en la alianza atlántica, demandando un gasto de 4% del PIB de cada país miembro de la coalición y en donde EEUU es el principal contribuyente. La reticencia de algunos países europeos a aumentar su responsabilidad fiscal con la organización pone en tela de juicio la factibilidad de una alianza militar separada de Washington.

Macron apela a sentimiento europeísta. Sin embargo, no todos los países miembros de la Unión Europea han estado dispuestos a asumir una integración en materia de defensa. Como señala el líder opositor al gobierno de Macron, Laurent Wauquiez, para esto se pretendería una concentración de poder de decisión, lo que se intentó después de la Segunda Guerra Mundial y fracasó.

Lo anterior, trae consecuencias políticas regionales e internacionales. En cuanto a las primeras, se debe considerar que esto ocurre en un contexto electoral de los próximos comicios europeos, donde declarar una postura independiente de Washington puede traer réditos, aunque es muy difícil que Europa logre un mayor aporte para su defensa. En cuanto al ámbito internacional, Donald Trump señaló a través de su red social Twitter que Europa debería pagar primero su parte a la OTAN. Washington está sufriendo una fuerte presión de China y Rusia en materia de gasto armamentístico y sus aliados parece que no están dispuestos a asumir dicha situación.

La autonomía militar que apoyan Macron y Merkel obedece a que Estados Unidos, en parte, no logra suplir totalmente sus necesidades de seguridad, como se ha visto en la situación que afecta el norte y centro africano. También se debe a que existen diferencias sobre algunos de los objetivos estratégicos primarios, donde Europa y Francia, en particular, insisten en expandir su concepción universalista de derechos, mientras que Washington ha entrado en una fase de realismo político más duro. Algunos analistas enfatizan en que el modelo OTAN ha sido exitoso en sus objetivos esenciales, pero para algunos gobiernos, como el alemán, tiene una estructura muy rígida para responder a las nuevas necesidades de seguridad europeas.

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