Perú empieza a gatear tras la parálisis de 2017
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Perú empieza a gatear tras la parálisis de 2017

C-27J Spartan de matrícula FAP-328 de la Fuerza Aérea del Perú en pleno vuelo. Foto: Fuerza Aérea del Perú
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El Ministerio de Defensa del Perú se viene recuperando de la parálisis absoluta de 2017 en materia de contrataciones y adquisiciones a un ritmo mejorado pero orientado a la respuesta a desastres naturales.

El 28 de julio de 2016 tomó posesión del cargo de presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, con uno de los mejores planes de gobierno, sino el mejor, de toda la campaña electoral. En materia de Defensa estipulaba una reorganización que habría de empezar en diciembre siguiente con un nuevo Libro Blanco para la Defensa. A la fecha, el Perú sigue esperando la publicación de ese importante documento rector.

2017 arribó junto con lo que se presentaba como una probable sequía para girar de la mano del fenómeno natural denominado Niño Costero a lluvias que en los primeros meses inundaron buena parte del territorio peruano. Paradójicamente, las compras militares de equipos realizadas en el quinquenio anterior, tan criticadas por la prensa y sectores de la política, sirvieron para ayudar a la población civil en la emergencia.

Ante la evidencia, el gobierno anunció la compra de helicópteros, aviones de transporte, helicópteros de búsqueda y rescate, además de radares de vigilancia. Hasta marzo de 2018 no se concretó ninguno de los anuncios. Más aún, la administración esquivó no muy elegantemente la promoción de venta de blindados LAV III al Ejército del Perú, realizada nada menos que por el presidente Donald Trump, en la mismísima Casa Blanca, ante el entonces presidente Kuczynski.

Tras el Niño Costero sobrevino otro desastre, esta vez no natural, el escándalo Lava Jato. Las tremendas irregularidades que se iban detectando en proyectos de infraestructura contribuyeron a postergar compras contempladas en los procesos de planificación del sector Defensa. En Perú, es aparente que ante situaciones de crisis no relacionadas a la soberanía nacional, uno de los primeros sectores en ingresar a la congeladora es Defensa.

A finales de marzo de este año, ingresó como presidente de la República, Martín Vizcarra Cornejo, quien formaba parte de la terna presidencial como primer vicepresidente. El atribulado escenario en el que le tocó asumir el rol de mandatario no ha sido tampoco propicio para el programa de modernización de los institutos armados, aunque sí atinó el flamante presidente a asegurar la continuidad de algunos proyectos, en particular, el segundo Buque Multipropósito de la Marina de Guerra del Perú.

En los primeros meses de 2018 ya se habían contratado la cuarta y quinta patrullera marítima PGCP-50 de la MGP.

Cambios en el ministerio

Con el presidente Vizcarra se estrenó nuevo ministro de Defensa en la persona de José Huerta, general del EP en situación militar de retiro. No obstante sus amplios conocimientos sobre el sector, la coyuntura no le ha permitido al ministro Huerta realizar compras importantes hasta el punto este año en que se ha confirmado la reparación de un par de radares en Serbia y el visto bueno a la compra de la tercera dupla de aviones de transporte medianos C-27J Spartan, aunque se ha programado para el próximo año con un fraseo por parte de las autoridades que alude a “estudios finales” en un proyecto harto conocido, que abre margen a alguna postergación si se presentara otra coyuntura complicada.

También se ha anunciado la compra de un primer lote de 20 vehículos blindados 8x8 para el Ejército y de un grupo reducido de radares para la Fuerza Aérea del Perú.

La MGP si ha logrado, en tercera adjudicación, comprar un par de lanchas rápidas de interdicción, hasta la publicación del presente artículo. La competencia entre postores ha sido intensa.

Sobre los 24 helicópteros Mi-171Sh que la FAP requiere no se tienen nuevas, tampoco sobre los helicópteros SAR, más pequeños, que se necesitan para auxiliar a la población afectada por desastres naturales.

Sin duda, la nota más positiva desde el punto de vista industrial la ha dado la apertura, hace unos días, de un nuevo centro de mantenimiento mayor de helicópteros de la compañía privada Helicentro Perú en la Base Aérea Las Palmas, donde tiene su sede principal Seman Perú S.A.C. En asociación con Russian Helicopters y el centro de mantenimiento de helicópteros de la Joya, administrado por el Ejército, se establece un sistema, una red de mantenimiento de helicópteros de origen ruso en el Perú, que bien podría tener alcance regional e incluso interregional.

En marcha, despacio pero en marcha

El sector Defensa de Perú se empieza a mover nuevamente, gateando, con pausa, pero se está moviendo en la dirección correcta de su programa de modernización. Quedan interrogantes sobre las acciones que tomará el gobierno peruano llegado el momento en que tenga que tomar decisiones sobre compras de equipos de utilidad más militar que civil, digamos, fragatas, submarinos, modernización de cazas, sin siquiera decir compra de cazas nuevos si se opta por no modernizar lo que se tiene, o aviones con radar embarcado.

Por otro lado, el Ministerio de Defensa avanza hacia la implementación del programa de interdicciones aéreas contra el narcotráfico, de la mano de interdicciones terrestres y fluviales.

Sobre el efecto de las sanciones que viene implementando Estados Unidos sobre Rusia, a causa de la anexión de Crimea, se tienen reportes en otros países, como la India, sobre dificultades para el suministro de repuestos pero a la par se continúan gestionando, en la India y otros países, las compras militares a Rusia con aparente normalidad. La última compra peruana importante de equipos nuevos a Rusia han sido los 24 helicópteros Mi-171Sh, pactada a finales de 2013, en la cual se tuvieron dificultades tres años después para completar los pagos, a causa de las sanciones indicadas.



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