Jugando para su afición ¿Por qué Brasil no entrará a la OTAN
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Jugando para su afición ¿Por qué Brasil no entrará a la OTAN

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Durante la primera visita oficial del presidente brasileño Jair Bolsonaro a Estados Unidos, el presidente Donald Trump habría invitado a su par brasileño con apoyo norteamericano a una posible entrada de Brasil a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Para este analista, se trata de marketing pirotécnico para los públicos internos de los dos países, ya que ambos presidentes saben que no hay forma de que tal proposición tenga éxito. Y no hay forma porque no se cumplen las reglas.

Para que Brasil se convierta en un aliado OTAN a petición de los Estados Unidos sería necesario cambiar el estatuto de la organización con la aprobación plena de los 29 integrantes.

Además, el país también tendría que hacer cambios en la legislación interna (con relación a aspectos legales y legislativos) para atender a las normas y requisitos de la Organización.

Qué dice la regla OTAN

El Estatuto de la OTAN, en los artículos 5 y 6, determina que cualquier ataque a un miembro de Europa o América del Norte se considera un ataque a todos los miembros; y especifica el alcance regional, es decir, Europa y América del Norte o las islas (bajo la jurisdicción de un miembro), ubicadas en el Atlántico Norte al norte del Trópico de Cáncer.

En el artículo 10, el documento precisa que los miembros pueden invitar, por unanimidad, cualquier otro Estado europeo para adherirse al Tratado.

Para permitir la aceptación de Brasil como miembro, ya que no estamos ubicados en Europa, ni siquiera al norte del Trópico de Cáncer, esos artículos tendrían que ser modificados, y pueden haber otras cláusulas que requieran alteración por el mismo motivo.

Qué habría que cambiar en la regla brasileña

Según el artículo 8 del Estatuto de la OTAN, sus miembros no pueden asumir compromisos internacionales contrarios a las disposiciones del Tratado.

Esto sería un problema, pues Brasil es signatario del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), y en caso de hostilidad entre un miembro del TIAR y un miembro de la OTAN, Brasil tendría que renunciar al TIAR.

Las consecuencias regionales serían obvias.

La Constitución Federal brasileña, en el artículo 84, afirma que es atribución del presidente de la República declarar guerra, siempre que sea en caso de agresión extranjera y previamente autorizado por el Congreso Nacional.

Traducido, Brasil podría verse obligado a involucrarse en un conflicto para apoyar a un miembro de la OTAN, sin haber sido objeto de una agresión directa.

Al entrar en guerra contra terceros en contra de la Constitución, el presidente estaría incurriendo en grave delito con graves consecuencias políticas y legales.

Además de cambios constitucionales para garantizar la compatibilidad de la legislación del país con la cooperación de la OTAN, está también la "asignación de recursos suficientes a las fuerzas armadas para poder cumplir los compromisos de adhesión".

Una de las directrices de la OTAN es que sus miembros deben destinar al menos el 2% del PIB a su presupuesto militar.

Brasil invierte alrededor del 1,4% de su Producto Interno Bruto en Defensa, y los contingentes en el presupuesto militares, usados ​​indiscriminadamente como forma de equilibrar gastos, es un escenario recurrente.

El precio político interno

El Gobierno Bolsonaro trabaja intensamente entre bastidores para aprobar en el Congreso Nacional la Reforma Previdenciária, que involucra incluso la Previdência dos Militares das Forças Armadas e Forças de Segurança Estaduais.

El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, politizando intensamente las acciones, ha generado un enorme desgaste institucional para el Gobierno Bolsonaro.

El llamado Paquete Anticrime del ministro de Seguridad y Justicia Sergio Moro también se ha convertido en blanco de un intenso embate político, el actual presidente de la Cámara de Diputados, politizando intensamente las acciones, generando un enorme desgaste institucional para el Gobierno de Bolsonaro.

Ante este escenario, el enfrentamiento político que el presidente tendría que enfrentar para hacer que Brasil miembro de la OTAN no compensaría el resultado final.

Además, Brasil no está preparado militarmente para tal responsabilidad.

Un país que desiste de una misión de la ONU de Imposición de la Paz en África Central por la total inadecuación de sus medios no puede entrar a la OTAN en el corto plazo.

Mientras que la Fuerza Aérea no recibe sus nuevos medios de caza y transporte (Gripen y KC390), la Marina de Brasil no disponía de nuevas escoltas y submarinos (Tamandaré y Riachuelo), y el carro de combate del Ejército Brasileño, datado de la década de 1980 (Leopard 1A5) no es sustituido, así como su artillería de la década de 1950, aspirar a una vacante en la OTAN será sólo y tan sólo marketing.

Crees que quieres.

Imágenes: Agência Brasil, NATO, Roberto Caiafa



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