El nuevo Gobierno en Uruguay promete cambios en el área de Defensa

El pasado 1 de Marzo asumió el nuevo gobierno uruguayo compuesto por una variopinta coalición de partidos políticos, denominada coalición multicolor, que van desde la derecha hasta una centroizquierda, luego de tres gestiones consecutivas de otra coalición de partidos, pero esta vez de izquierdas, agrupados dentro del Frente Amplio.

Con la llegada del nuevo gobierno, se reemplazaron todos los ministros y comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y jefaturas de otras organizaciones militares, como por ejemplo el Estado Mayor de la Defensa.

Nuevas aeronaves y buques

El nuevo ministro de defensa elegido por el presidente Luis A. Lacalle Pou es el hasta hace unos días senador de la República Javier García, un político con buena experiencia en el ramo de la Defensa, habiendo liderado la Comisión de Defensa Nacional del Senado uruguayo y siempre preocupado por la situación de las Fuerzas Armadas uruguayas y sus integrantes.

Desde su selección como ministro hasta su asunción, dejó en claro que su intención era mejorar la situación material de las fuerzas, especialmente la Fuerza Aérea y la Armada que se encuentran al borde de su inoperancia total, como así también mejorar los salarios del personal y situación habitacional, particularmente, del personal subalterno, que sufre altos índices de pobreza.

Sin embargo, ha reconocido que todo esfuerzo económico que se realice se hará condicionado a las capacidades financieras del país, limitando la compra de nuevas aeronaves y buques a posibles acuerdos entre países, como así también a planes de financiación a largo plazo y con ventajas, incluyendo la opción del leasing para la adquisición de material.

Patrulla fronteriza

Apenas comenzó a ejercer como ministro, García recalcó que las Fuerza Armadas comenzarán inmediatamente a cumplir el nuevo mandato constitucional que les otorga 20 kilómetros de jurisdicción terrestre, particularmente al Ejército Nacional y a la Prefectura Nacional Naval (Guardia Costera dependiente de la Armada), para la vigilancia y control de las zonas fronterizas con la posibilidad de ejercer la fuerza en caso que sea necesario y tendrán autorización para, en conjunto con la Policía, realizar detenciones y procedimientos para evitar y combatir el tráfico de personas, mercaderías y estupefacientes.

Varios centenares de militares estarán afectados a esta tarea, con transportes blindados de personal como así también la asistencia de radares y sistemas ópticos Aselsan montados en vehículos todo terreno Land Rover.

La efectividad o no de la gestión de García dependerá de múltiples factores, entre ellos lo acotado del tiempo que provee un mandato de gobierno, apenas cinco años, lo que ya se sabe impedirá realizar todos los cambios que se han planeado. La inexistencia, al menos hasta ahora, de una política de defensa nacional que trascienda los partidos políticos y gobernantes de turno imposibilita la continuidad de los posibles proyectos que se puedan plantear.

La situación general de las Fuerzas Armadas uruguayas, particularmente las denominadas ‘técnicas’, la Armada y la Fuerza Aérea, ha llegado a límites operativos mínimos, con el consiguiente deterioro no solo del equipo sino también del capital humano que se fuga hacia trabajos del ambiente privado o simplemente no es formado por las mismas carencias antes expresadas. Queda solo esperar para ver qué se podrá realizar para revertir la situación actual, por lo pronto, al menos la voluntad, parece estar presente.