02/03/2016 | Tel Aviv
G.S. Forte (enviado especial)
Las autoridades israelíes se plantean la posibilidad de dar marcha atrás en la adquisición prevista de aviones de combate F-35. El caza fabricado por Lockheed Martin presenta algunos problemas en sus capacidades de carga de armamento y de sigilo, entre otros, y además los estadounidenses se niegan a compartir el código fuente del aparato, lo que impediría que Israel pudiese modificar la plataforma en función de sus necesidades. Además, esta circunstancia le obligaría a enviar los motores que necesiten reparación fuera del país para su puesta a punto: o bien a Turquía o a la propia Estados Unidos.
De acuerdo con el portal regional especializado Middle East Newsline, Tel Aviv podría acabar dependiendo demasiado del exterior para operar un avión que ha sido rechazado por la mayoría de países de la OTAN. Además, mientras el sistema alcanza su pleno potencial vamos a tener docenas de aviones muy caros con capacidades limitadas,
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