Rusia veda el uso de aviones An-124 a la OTAN

El transporte de material militar mediante el alquiler de aviones de carga Antonov 124 (An-124) ruso ha terminado para la OTAN. Al menos de momento. Moscú ha respondido al endurecimiento de sanciones que le ha impuesto Estados Unidos cortando el suministro de este tipo de aeronaves que la aerolínea rusa Volga-Dnepr venía haciendo a los países de la Alianza Atlántica.

Estos aparatos son empleados generalmente en el transporte de material especialmente pesado, como helicópteros y carros de combate. España se encuentra en la lista de países cuyas fuerzas armadas echan mano con cierta frecuencia de estos grandes aviones, de un peso máximo al despegue superior a las 400 toneladas, para desplegar distintos equipos en sus despliegues en el exterior.

El veto ruso al uso de estos aparatos por parte de los miembros de la OTAN ha sido revelado por el semanario económico francés Challengues, que atribuye la medida a las sanciones que Washington ha decretado sobre Moscú con el conflicto Sirio de trasfondo, de acuerdo con un correo interno del Ejército francés citado por este medio.

La información recoge el “golpe para las fuerzas francesas” de esta decisión, ya que, aunque sus militares cuentan con las capacidades de sus A400M, C-130 Transall y C295, e incluso la de los C-17 de países aliados como Reino Unido y Canadá, los An 124 siguen aportando una capacidad vital para cargas muy pesadas, como blindados y helicópteros.

Para Vladimir Kozhin, experto militar de la Universidad de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO), “si los países de la UE que forman parte de la OTAN introducen sanciones antirrusas, Moscú naturalmente no deberá contribuir a la consolidación de la potencia militar de la OTAN”, según cita la agencia gubernamental rusa Sputnik. “Cualquier rechazo de suministrar los equipos rusos a la Alianza Atlántica representa una ventaja en el proceso de consolidación de la defensa de Rusia”, continúa la fuente.

Kozhin incide en que el flujo de sanciones “contra nosotros continúa incesante. Por eso”, añade, “tenemos que reaccionar”. Parte de las consecuencias de esta reacción se dejarán sentir desde ahora en la logística de los despliegues en el exterior de los aliados de la OTAN.