En este momento, Argentina quedaba fuera del juego, por lo que el conflicto quedó entre Paraguay y Bolivia, que no se ponían de acuerdo en los límites fronterizos de la zona y no estaban dispuestos a renunciar por el interés que despertaba la zona por su riqueza en yacimientos de gas natural y petróleo. Los enfrentamientos entre ambos países continuaron, ya que ninguno podía hacer concesiones sin que tuviese un alto coste político.