Como alternativa, la misma compañía israelí trabaja en el desarrollo del Iron Beam, que emplea una tecnología mucho más cara pero, una vez desplegada, apenas alcanza un coste de 3,5 dólares por cada disparo, de modo que resulta mucho más eficiente económicamente para proteger un área como la que ahora ha sido atacada, si bien precisa de un seguimiento al objetivo con el láser hasta que lo destruya, lo que limita su capacidad de abatir múltiples objetivos con una sola unidad.
El arma se basará en los avances que Rafael ya ha obtenido por su parte junto a la Dirección de Investigación y Desarrollo de Defensa (DDR&D) del Ministerio de Defensa israelí, en el marco del denominado Iron Beam, que es una suerte de sistema de defensa antiaérea con el mismo objetivo que la famosa Iron Dome (Cúpula de Hierro), pero que sustituye el uso de misiles por armas láser para acabar con sus objetivos.
En su solicitud, el Gobierno ucraniano afirma que “está muy interesado en obtener de Israel (en los términos más breves posibles) sistemas de defensa, en particular: Iron Beam, Barak-8, Patriot, Iron Dome, David's Sling, Arrow Interceptor y el apoyo israelí en la formación de operadores ucranianos”.
La empresa explica que el sistema láser Iron Beam preparado para derribar objetivos como vehículos aéreos no tripulados (UAV), cohetes y morteros por un coste que sus desarrolladores estiman en 3,5 dólares por disparo.
De esta manera Tel Aviv espera reducir los altos costes que actualmente le supone el sistema Cúpula de Hierro, en el que se emplean misiles para abatir amenazas aéreas, como cohetes y drones empleados masivamente.