En este sentido, es de recordar que para enviar, por ejemplo un lanzador de misiles antiaéreos, hay que pedir permiso a todos los países implicados en su desarrollo y construcción, luego hay que hacer firmar a los ucranianos un compromiso de que ese material se utilizará para lo que se envia (no para atacar a otros objetivos o revender en el mercado negro), y luego hay que preparar la misión a todos los niveles, hasta con sobrevuelos de prueba.