Los futuros obuses autopropulsados de las Fuerzas Armadas de Suiza serán fabricados por la firma británica BAE Systems o la alemana Krauss-Maffei Wegmann (KMW).
Se trata de una cifra que, como apuntó el Consejo Federal cuando anunció su preferencia por el F-35, en el verano de 2021, está “muy por debajo del límite financiero de 6.000 millones de francos suizos establecido por los votantes”, en referencia al referéndum por el que en mayo de 2019 se aprobó el programa Air 2030 de compra de nuevos cazas para la defensa del país.
Finalmente, en el nuevo referéndum de 2020, la población suiza aprobó por un escaso margen la compra de nuevos aviones de combate, y el Gobierno optó casi un año después por la opción del F-35 como la preferida, frente a los otros tres candidatos evaluados, el avión de combate Eurofighter, construido por Airbus, BAE Systems y Leonardo a través de la empresa conjunta Eurofighter; el Rafale, de la firma francesa Dassault Aviation, y el F/A-18 Super Hornet, de la estadounidense Boeing.
Este programa se basa en un desarrollo conjunto entre GDELS-Mowag, Armasuisse y el Ejército suizo que se ha estado llevando a cabo en los dos últimos años.
Empresa privatizada El AS532 (TH98) Cougar es un desarrollo del SA 330 Puma, diseñado en los años 1960, y que en la actualidad cuenta con 26 clientes internacionales confirmados, de acuerdo con el medio especializado británico Shepard.Suiza optó en 2019 por privatizar la compañía Ruag International, que desde entonces ha vendido algunos de sus negocios a terceros, como Ruag Simulation & Training (Ruag S&T), que acaba de pasar a manos de la francesa Thales, y Ruag Australia, que ahora forma parte del grupo Asdam, del país oceánico.
La consolidación complementará la presencia de Thales en el mercado terrestre en particular, al tiempo que mantendrá su experiencia en el campo de los helicópteros y las soluciones de aeronaves militares.