Encuentros de hoy, decisiones de mañana

(Infodefensa.com) Madrid - Septiembre ha comenzado con dos eventos que pueden tener relevancia para el futuro de la defensa española, uno en clave internacional y otro en el ámbito doméstico.

La reunión del Consejo del Atlántico Norte, celebrada en Cardiff los días 4 y 5 de septiembre, ha planteado en grandes titulares el refuerzo de la capacidad de respuesta de la OTAN frente a amenazas convencionales y la preocupación por la amenaza que plantea el Estado Islámico. Una lectura inicial de la declaración final permite deducir un claro giro hacia el este en dos direcciones: Rusia e Irak/Siria. El sur se atiende de reojo.

Aunque el resultado de la cumbre se ha planteado como un éxito en cuanto al fortalecimiento del papel de la Alianza, apreciamos una doble debilidad. En primer lugar una debilidad política, ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo global frente a la amenaza islámica radical. Solo la insistencia norteamericana ha permitido un acuerdo entre 10 países, no respaldado por la Alianza como organización, para hacer frente a esta amenaza. Además de Estados Unidos, Canadá y Australia, formarán parte de esta coalición Dinamarca, Turquía y los cinco grandes países europeos en defensa, entre los que incluimos a Polonia.

En segundo lugar, la decisión de “constituir una fuerza conjunta de reacción rápida” con capacidad de actuación a corto plazo, no es sino una “institucionalización” de la Fuerza de Respuesta de la OTAN que contará, de acuerdo con lo que se ha anunciado, con una sede permanente en el Cuartel General germano-polaco con sede en Stetin, uno de los Cuarteles Generales existentes para atender a contingencias. El Secretario General Rasmussen ha dicho que con esta medida se envía un claro mensaje a Moscú. Nos preguntamos si ese “claro mensaje” no evidencia nuestra debilidad en medios convencionales.

Polonia, como participante en la alianza frente al Estado Islámico y actor principal en el “freno” a Rusia, aparece reforzada en el marco global de la Alianza, como anunciábamos, hace tan solo unas semanas. De hecho la próxima cumbre se celebrará en Varsovia en 2016.

El papel español en la cumbre ha sido más que secundario. Efectivamente “más este no significa menos sur”, pero el área sur queda relegada a una segunda prioridad como en tiempos de la Guerra Fría. La lógica se impone, puesto que si queremos más sur tenemos que poner algo más de entusiasmo en el esfuerzo de la defensa colectiva. Como dice el documento final hay que estudiar lo que puede hacer la OTAN en conjunto por la estabilidad global, pero sus miembros de forma individual deben realizar igualmente su examen de conciencia.

De ahí que se retome el objetivo del 2% del PIB en 2025 como esfuerzo en defensa con un 20% en inversiones. Largo lo fiamos, pero al mismo tiempo se ha acordado, recordemos que a nivel de jefes de Estado y de Gobierno, que aquellos países miembros que no lleguen al 2% en la actualidad, no deberán introducir reducciones adicionales en sus presupuestos de defensa para materializar el compromiso colectivo.

La declaración hace un llamamiento al refuerzo de las capacidades convencionales y a la potenciación de la cooperación industrial tanto a nivel intraeuropeo como en su componente transatlántico. Este llamamiento permite enlazar Cardiff con Marbella, dónde se ha producido la XIX edición de los encuentros del Foro España – Estados Unidos. Una edición significativa, por la presencia de S.M. El Rey y porque la defensa ha tenido un protagonismo que no tenía desde el noveno encuentro celebrado en Miami en febrero de 2004. Por parte norteamericana han asistido el Secretario de la US Navy y la presidenta de General Dynamics. Las relaciones con la US Navy han podido plantear aspectos relacionados con el escudo antimisil, esa especie de “línea Maginot” actual, en la que contribuimos desde Rota, pero también otros ligados al desarrollo de la fragata F110 en la que la colaboración entre Indra, Navantia y Lockheed Martin puede resultar esencial.

Han trascendido contactos entre el ministro Morenés y la señora Novakovic. Muy probablemente habrá estado sobre la mesa el futuro de los vehículos de combate 8x8 y las posibilidades de General Dynamics, frente a otras opciones puramente europeas para este programa, puesto que se trata de una necesidad esencial para el Ejército de Tierra. La decisión sobre este programa deberá tener en cuenta cuestiones relacionadas con política doméstica, sin perder de vista consideraciones sobre el panorama futuro de la industria terrestre europea. Conviene recordar que durante la cumbre de Gales el Ministerio de Defensa británico ha anunciado la adjudicación a General Dynamics del contrato para la fabricación de 589 vehículos Scout, cuyo desarrollo se ha basado en el Pizarro español y que podrá traducirse en carga de trabajo para las plantas del grupo en España.

Las futuras decisiones sobre programas terrestres y navales en España, pueden haberse visto influidas por los contactos mantenidos en Marbella. En ambos casos se presentan claras implicaciones en cooperación industrial, en el ámbito europeo o trasatlántico, pero son esenciales para que podamos estar en condiciones de asumir nuevos compromisos en el marco colectivo en un escenario muy próximo y prioritario para nuestros intereses, como es el flanco sur de la Alianza. Los presupuestos para 2015, que se presentarán en breve, darán indicaciones sobre el nivel de compromiso con “la seguridad y defensa como pilar básico para el desarrollo de una sociedad”.

Declaración del Encuentro de Gales.